3.1 Una transcripción.
3.1.1 La obra para flauta sola en la poética de Salvatore Sciarrino.
El mundo sonoro de Salvatore Sciarrino (Italia, 1947) está dominado por el timbre y la exploración de la técnica instrumental. Se construye sobre el delgado límite entre el sonido y el silencio, es decir en el límite difuso donde, en lo apenas audible, se basa la mayor atención. Sciarrino exige en su música, no sólo la atención concentrada a efectos de sonidos microscópicos, sino también, una renuncia a la escucha tradicional. Por ello, no piensa en el timbre como un elemento desvinculado de la forma. Su objetivo es crear una música que, como los seres vivos, se transforma, respira, se regenera.
El vasto repertorio para flauta sola se puede dividir en dos grupos. El primero es un numeroso conjunto de obras donde Sciarrino plasma sus ideas tímbricas y formales: All'aure in una lontananza (1977); Morgana. Parafrasi di Brazil (1983); Hermes (1984); Come vengono prodotti gli incantesimi? (1985); Canzona di ringraziamento (1985); Venere che le Grazie la fioriscono (1985); Fra i testi dedicati alle nubi (1989); L'orizzonte luminoso di Aton (1989); Addio case del vento (1993); Immagine Fenicia (1996-2000); Morte Tamburo (1999); L'orologio di Bergson (1999); Lettera degli antipodi portata dal vento (2000); Autostrada prima di Babilonia (2014); Il pomeriggio di un allarme al parcheggio (2015).
Si bien cada una de estas obras tiene su propia poética, se pueden establecer algunas recurrencias tímbricas que funcionan como vertebradores del discurso musical. Uno de los recursos para mantener la atención es la intensificación, es decir el aumento progresivo de la densidad de materiales (Ven vengono prodotti gli incantessimi?, donde el continuo de golpes de lengua es interrumpido y reemplazado progresivamente por otro material). La idea de la técnica de montaje y de acumulación representa, en su manera de pensar, un trayecto de un estado a otro, un tipo de crecimiento. En cuanto a la estrategia de la sorpresa, habla de little Bang, una pequeña explosión sonora vinculada a la puntuación que trata de romper la continuidad. De este modo, el little Bang es la interrupción de un ambiente sonoro previamente establecido, o figuración, que abruptamente se borra o desaparece.
En algunos casos, el compositor exige la amplificación de la flauta (Immagine Fenicia) pero en otras (Morte Tamburo) explicita la necesidad de una acústica seca.
Sus discursos musicales están construidos de sombras, pero de aquellas sombras del sonido, y de una tímbrica elaborada. En palabras del propio Sciarrino: vamos conducidos hasta los límites del silencio, donde nuestro oído se afila y la mente se abre a cada suceso sonoro, como si lo oyese por primera vez. La percepción viene así a regenerarse y la audición se convierte en fuertemente emocional.
El segundo grupo de obras corresponde al corpus conformado por transcripciones, elaboraciones y cadencias de obras de compositores del pasado. Ahí se destacan sus Cadenze e fermate per i Concerti per flauto K.313, K. 314, K. 315 de W. A. Mozart (1989) y la Toccata e fuga in re min. BWV 565 di J.S. Bach. Elaborazione per flauto solo (1993). Para Sciarrino, escribir una cadencia es una especie de restauración integral y de una delicadeza extrema. Su trabajo de compositor es el de la inventiva, la cual se agranda cuando se ve obligado por los diversos aspectos de un estilo determinado.
En los dos casos, y lejos de una actitud de rechazo, la música de Sciarrino asume la tradición y la trata a manera de reliquia.
3.1.2 Marco de referencia: la transcripción.
En términos generales, una transcripción musical implica reescribir una obra para clarificar algún aspecto, para adaptarla de un instrumento a otro, o bien para dejar registro en notación de música de tradición oral.
La transcripción como procedimiento se utiliza desde hace varios siglos y ha sido una práctica usual en diversos momentos de la historia, como en el barroco por ejemplo. Se pueden resaltar algunos casos paradigmáticos vinculados a esta tesina, como las transcripciones de Franz Liszt (1811-1886) para piano de las canciones de Schubert y de las sinfonías de Beethoven. En cambio, el caso de Ferruccio Busoni (1866-1924) es particular ya que la transcripción como proceso compositivo ocupó gran parte de su producción. Prácticamente toda su obra es reinterpretación de un material preexistente (material ajeno, de otras transcripciones o de transcripciones propias). Para él: composición, edición, interpretación, incluso concierto y grabación, todo es transcripción.
En la actualidad, gozan de gran relevancia las transcripciones de György Kurtag (Rumania, 1926) de los Preludios Corales BWV 599, 600, 601, 611, 614, 618, 619, 633, 635, 637, 643, 644, 656, 687 y 711 de Bach para dos pianos, piano a cuatro manos y seis manos.
En el caso propiamente de Bach, su mujer Ana Magdalena contó en sus crónicas cómo le encantaba a su marido transcribir durante horas las partituras de Händel y cómo hablaba siempre de él y de su música con verdadera devoción. Sin embargo, Bach sólo se encontró a sí mismo tras pasar por una fase italiana. Bukofzer menciona al respecto que se adueñó con entusiasmo de los conciertos para violín de Vivaldi y los transcribió para órgano y clavicémbalo. También resulta relevante su transcripción del Stabat Mater (1736) de G. B. Pergolesi transformándolo en el Salmo 51 Tilge, Höchster, meine Sünden (1740) BWV 1083, con solo cuatro años de diferencia.
El compositor italiano, Salvatore Sciarrino se interesa particularmente por la transcripción, pero prefiere más la palabra elaboración para referirse a este procedimiento, dado que reelabora el material original para actualizarlo. Por ello, desde 1969, Sciarrino intitula alguna de sus obras Elaborazioni para instrumentos con o sin voz y muchas de ellas concebidas a partir de obras de Bach, Gesualdo, Scarlatti o Mozart. Por ejemplo: Canzoni del XX secolo. Elaborazioni para orquesta (1985/87); Adaptación de Mozart a 9 Anni. Elaborazioni per orquesta de época (Dal 'Quaderno Londinese Di Schizzi') (1993); Medioevo presente. Elaborazioni para instrumentos y voz (1995); Le voci sottovento. Elaborazioni da Carlo Gesualdo para voz e instrumentos (1998); Adaptación de Pagine (Gesualdo, J.S. Bach, D. Scarlatti, W.A. Mozart, Porter, Gershwin). Elaborazioni da concerto para cuarteto de saxofones (1998); Adaptación de Scarlatti: Canzoniere [Sonate L. 238, 230, 222, 428, 439, 445, 448 di D. Scarlatti]. Elaborazioni da concerto para cuarteto de saxofones (1998); Sophisticated Lady. Elaborazione per big band da Duke Ellington (1999); Esercizi di tre stili. Altre elaborazioni da Domenico Scarlatti per quartetto d’archi (1999).
Sciarrino afirma que para llevar a cabo cualquier tipo de música antigua en los medios modernos es necesario poner en juego otra área del pensamiento. Se trata de la necesidad de revivir lo que no tiene voz. Scarlatti, el clasicismo, el mundo actual: tres componentes en aparente discrepancia que vienen aquí para combinarse. Después de todo, opina en 1986, estamos en la era de las comunicaciones entre varias distancias. Por último concluye categóricamente:
En estas elaboraciones licenciosas, sus perspectivas ilusorias pueden sorprender al oyente y sin embargo, no están hechas para sorprender; sino que se derivan de una certeza: de que la música antigua se puede transformar y vivir una nueva era en contacto con el espíritu moderno.
En suma, una transcripción instrumental sería equivalente a una traducción teatral que fluye en la boca del actor que está hablando en traducción. En este sentido, la cualidad idiomática es estructural.