El Bachillerato, tiene como finalidad proporcionar al alumnado la formación, la  madurez intelectual y humana, los conocimientos y las habilidades que le permitan  desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y  competencia.

La materia no es nueva para el alumnado, la diferencia con los estudiuos de ESO es el grado de exigencia. El alumnado de bachillerato debe ser consciente de que se trata de unos estudios superiores y que van a tener que trabajar y dar lo mejor de ellos mismos si quieren conseguir unos buenos resultados en las pruebas de acceso a la universidad. Otra de sus características es que no es obligatorio cursarlo, por esta razón se espera  de los alumnos que cursan Bachillerato un comportamiento adecuado a las  normas y un trabajo y dedicación al curso digno; en el caso contrario, se aplicarán las  medidas adecuadas de acuerdo con la normativa de régimen interno. 

La materia de Lengua Castellana para este curso se fundamenta en el estudio de la  Lengua, el comentario lingüístico, la sintaxis compleja y en el estudio de las tipologías  textuales. El curso se estructurará a partir del estudio de las unidades de la lengua (de  menor a mayor) y de las diferentes tipologías textuales. 

Se trabajarán dos lecturas obligatorias (que prescriben las PAU), así que se trabajarán  aquellos aspectos más destacados de la literatura que afecten y circunden nuestros  intereses, es decir, las lecturas. 

El bachillerato tiene como finalidad proporcionar a los alumnos y alumnas formación, madurez intelectual y humana, conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia sin los condicionantes de género. Asimismo, esta etapa debe permitir a los alumnos y alumnas la consecución de las competencias indispensables para su futuro formativo o profesional y capacitarles para el acceso a la educación superior.

El objetivo de las materias de lengua y literatura se orienta tanto a la eficacia comunicativa en la producción, recepción e interacción oral, escrita y multimodal, como a favorecer un uso ético del lenguaje que ponga las palabras al servicio de la convivencia democrática, la resolución dialogada de los conflictos y la construcción de vínculos personales y sociales basados en el respeto y la igualdad de derechos de todas las personas. De esta forma, las materias contribuyen a la progresión en el desarrollo de todas las competencias clave al final del bachillerato.

También debe contribuir a capacitar al alumnado para realizar una gestión eficaz de la información en los procesos de selección, reelaboración y construcción de conocimiento. El enfoque que se adopte debe capacitar a los estudiantes para aplicar de forma integrada los saberes desarrollados, ya sea en la producción de textos que respondan a un formato y situación determinados o en el desarrollo de soluciones a problemas aplicados en contextos diversos. Del mismo modo, las materias deben hacer posible que, partiendo de los aprendizajes desarrollados y de la capacidad de argumentación, con criterios lógicos y éticos, el alumnado adopte una posición convenientemente justificada y tome decisiones coherentes ante una problemática social, política, económica, ambiental, sanitaria, científica, etc.

Las enseñanzas de bachillerato:

a) Tienen una función orientadora para facilitar la toma de decisiones para con el futuro profesional y académico del alumno o alumna.

b) Deben facilitar la construcción de unos itinerarios flexibles, que permitan la diversificación de los caminos formativos a partir de la modalidad escogida mediante la opcionalidad propia del bachillerato.

c) Deben contribuir a configurar trayectorias personales abiertas, que permitan incorporar el reconocimiento de estudios cursados en otras entidades oficiales reconocidas.

d) Deben garantizar la inclusión educativa, la atención personalizada, la participación del alumnado en las estructuras de centro y la convivencia y la puesta en marcha de mecanismos de refuerzo y flexibilización, alternativas metodológicas y otras medidas adecuadas como la diversificación de las actividades.

Las materias del bachillerato:

a) Tienen un enfoque competencial para desarrollar aprendizajes en entornos reales y facilitar el uso integrado y eficaz en contextos distintos a aquellos en los que se producen.

b) Proporcionan una formación que facilita una sólida cultura integral y que aporta gusto por el conocimiento, por el trabajo y por el aprendizaje, rigor en el trabajo y preparación para el itinerario académico y profesional posterior.

c) Contribuyen al desarrollo de las competencias clave, a través de la consecución de las competencias específicas correspondientes.

d) Se pueden agrupar en ámbitos para impartirlas de forma integrada en función del proyecto educativo y de la autonomía de centro.

e) En las diferentes materias se realizarán actividades que estimulen el interés por la lectura y el hábito lector y la capacidad de expresarse correctamente en público.

f) Las lenguas extranjeras deben priorizar la comprensión, la expresión y la interacción oral. Las lenguas oficiales sólo deben utilizarse eventualmente como soporte, dado el nivel competencial alcanzado por los alumnos en la etapa anterior.

Elementos generales de la evaluación

1. La evaluación del proceso de aprendizaje rige y orienta el proceso educativo, tanto en su vertiente educativa como calificadora, y debe ser:

a) Continua, con el fin de permitir constatar los avances y detectar las dificultades en cuanto se produzcan, averiguar sus causas y tomar las medidas necesarias para que el alumnado pueda continuar con éxito su proceso de aprendizaje. Para que la evaluación sea continua, deben establecerse pautas para la observación sistemática y el seguimiento de cada alumno o alumna a lo largo de su proceso formativo. En cualquier momento del curso, cuando la evaluación palese dificultades en el proceso de aprendizaje del alumno o alumna, el profesorado, en colaboración con el especialista de orientación educativa, si procede, debe establecer el orientación y el soporte necesarios.

b) Global, a fin de tomar en consideración tanto la situación de cada alumno o alumna en cada una de las materias o ámbitos en particular, como su evolución de conjunto.

c) Diferenciada según las materias o ámbitos, de forma que se tengan en cuenta tanto las particularidades de los elementos singulares del currículo como su coordinación y coherencia.

d) Formativa en sí misma, en tanto que proporciona información que debe permitir mejorar los aprendizajes del alumnado, los procesos de enseñanza empleados y la práctica docente.

El bachillerato tiene como finalidad facilitar la consecución de las competencias indispensables para el futuro formativo y profesional, y capacitar al alumnado para el acceso a la educación superior.

Para cumplir estas finalidades, es necesario que esta etapa contribuya a que el alumnado progrese en el grado de desarrollo de las competencias que, de acuerdo con el perfil competencial de salida del alumnado al final de la enseñanza básica, se debe haber conseguido al finalizar la educación secundaria obligatoria. 

Las competencias clave que se recogen en este perfil competencial de salida son las siguientes:

- Competencia en comunicación lingüística. 

− Competencia plurilingüe. 

− Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería. 

− Competencia digital. 

− Competencia personal, social y de aprender a aprender. 

− Competencia ciudadana. 

− Competencia emprendedora. 

− Competencia en conciencia y expresión culturales.

Estas competencias clave son la adaptación al sistema educativo español de las establecidas en la Recomendación del Consejo de la Unión Europea de 22 de mayo de 2018 relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente. Esta adaptación responde a la necesidad de vincular estas competencias a los retos y desafíos del siglo XXI, así como al contexto de la educación formal.

Dado que las competencias clave se alcanzan necesariamente de forma secuencial y progresiva a lo largo de toda la vida, es necesario adecuarlas a este otro momento del desarrollo personal, social y formativo del alumnado que supone el final del bachillerato. 

Con carácter general, debe entenderse que la consecución de las competencias y los objetivos del bachillerato está vinculada a la consecución y desarrollo de estas competencias clave. Por eso, los indicadores operativos de cada una de las competencias clave constituyen el marco referencial a partir del cual se concretan las competencias específicas de las diferentes materias. Esta vinculación entre indicadores operativos y competencias específicas propicia que de la evaluación de estas competencias se pueda inferir el grado de consecución de las competencias clave esperadas en el bachillerato y, por tanto, la consecución de las competencias y los objetivos previstos para el etapa.

Dada la naturaleza propia de la materia , en bachillerato se priorizan las siguientes competencias:

Competencia en comunicación lingüística (CCL)

La competencia en comunicación lingüística supone interactuar de forma oral, escrita o firmada de forma coherente y adecuada en diferentes ámbitos y contextos y con diferentes propósitos comunicativos. Implica movilizar, de forma consciente, el conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que permiten comprender, interpretar y valorar críticamente mensajes orales, firmados, escritos, audiovisuales o multimodales evitando los riesgos de manipulación y desinformación, así como comunicarse eficazmente con otras personas de forma cooperativa, creativa, ética y respetuosa.

La competencia en comunicación lingüística constituye la base para el propio pensamiento y para la construcción del conocimiento en todos los ámbitos del saber. Por eso, su desarrollo está vinculado a la reflexión explícita sobre el funcionamiento de la lengua en los géneros discursivos específicos de cada área de conocimiento, así como a los usos de la oralidad, la lengua de signos o la escritura para pensar y aprender . Por último, hace posible apreciar la dimensión estética del lenguaje y disfrutar de la cultura literaria.

Competencia plurilingüe (CP)

La competencia plurilingüe implica utilizar diversas lenguas, orales o firmadas, de forma apropiada y eficaz para el aprendizaje y la comunicación. Esta competencia supone aprovechar las experiencias propias para desarrollar estrategias que permitan mediar y realizar transferencias entre lenguas, incluidas las clásicas, y adquirir o mejorar destrezas en las lenguas oficiales (e, incluso, en la lengua o lenguas familiares si son otras) . Integra también dimensiones históricas e interculturales orientadas a conocer, valorar y respetar la diversidad lingística y cultural.