María Inmaculada Romero Bujan es una bióloga especializada en plantas invasoras y exóticas, sobre las cuales hizo su tesis doctoral sobre la vegetación del valle del río Cabe (Lugo), dirigida por Javier Amigo Vázquez en el Departamento de Botánica de la Facultad de Biología de la Universidad de Santiago. En su curriculum vitae cuenta con más de 70 publicaciones internacionales de artículos o libros.
La bióloga afirma que "los principales problemas que nos podríamos encontrar serían la pérdida de la biodiversidad y la homogeneización de nuestros paisajes". Por esa razón, según esta profesora, "daría igual estar aquí, en Galicia, que en cualquier otra zona del Norte de España, porque el paisaje sería el mismo”. Esto ocurre porque “cuando una planta que procede de otro territorio llega a uno que no es el suyo, ocupa ya un espacio y, por lo tanto, va echando a las especies autóctonas de ese sitio”.
—Las plantas invasoras son un gran problema en Galicia, ya que afectan a nuestro entorno y a las especies autóctonas de manera negativa. ¿Por qué ocurre esto?
—Ya te imaginas que es porque los nutrientes en un principio no son infinitos. Además, cuando una planta que procede de otro territorio llega a uno que no es el suyo, ocupa ya un espacio y, por lo tanto, ya va echando a las especies autóctonas de ese sitio. Como tiene que alimentarse, también toma nutrientes y, entonces, si come ella, no comen otras. A mayores, hay más problemáticas. Las especies exóticas invasoras suelen tener unos patrones comunes: no solo se reproducen sexualmente, sino que también se propagan vegetativamente. Por lo tanto, enseguida tienen múltiples “hijos”, por así decirlo, que son clones, y todos comen. Entonces, se produce una alteración que llamamos ciclos biogeoquímicos.
—Ha enumerado las causas, pero, ¿cuáles son los efectos que tienen estas especies exóticas sobre los seres humanos?
—Pueden tener consecuencias muy diferentes; por ejemplo, efectos relacionados con la salud, como es el caso aquí en Galicia. No sé si lo conocéis, pero eso pasa con los plumachos o plumeros, la hierba de la pampa, que florece en septiembre. Esta planta tiene unas unidades enormes, unas panículas florales muy grandes, con lo cual genera muchísimo polen. Ese polen produce alergias, y ya sabéis que muchos somos alérgicos al polen y especialmente la gente más sensible.
—El principal efecto de las plantas invasoras es que pueden actuar como depredadoras, impidiendo el desarrollo de las especies nativas. En Galicia, ¿cuáles son las especies más impactantes en este sentido?
—Desde mi perspectiva tenemos algunas como es el caso de diferentes especies del género carpobrotus, que es lo que se conoce vulgarmente como uña de gato, que se desarrolla mediante estolones, esto quiere decir que sobre la superficie del suelo, forma una especie de tapiz, con lo cual no deja que se desarrollen otras especies. Pero también hay otras que son enormes de tamaño, que tienen unas macollas muy grandes, como es el caso de cortaderia selloana. Yo creo que, básicamente, salvo la cortaderia, otras especies que se reproducen mediante estolones, además de semillas, como es el caso de las especies del género carpobrotus y varias que tienen estos sistemas de propagación vegetativa y muchas gramíneas, lo que llamamos generalmente gramas, es lo más problemático.
—¿Cuáles son los modos principales de reproducción de las plantas invasoras en Galicia y España y en qué se diferencia con el resto del mundo?
—Las estrategias son las mismas en todos los lados. Es lo que comenté antes: además de tener reproducción sexual, tienen diferentes tipos de propagación vegetativa, ya sean rizomas, estolones o bien otro tipo de órganos invernantes como tubérculos o bulbos debajo del suelo. Estos son cosmopolitas, estas especies que tienen este tipo de desarrollo igual que las exóticas invasoras. A día de hoy tenemos plantas a las que llamamos cosmopolitas porque viven en todos los territorios por el proceso de la globalización. Al igual que si te vas a Estados Unidos, a Nueva York y vas con un chándal de Zara, allí encontrarás tropecientos mil. Las plantas invasoras más agresivas, como nosotros, que también como tenemos una facilidad de movernos y hay muchísimos canales de transporte, las podemos encontrar en muchísimas zonas del planeta.
—Aparte de lo que ocurre aquí en Galicia, ¿cuáles son los principales riesgos que corre el mundo por culpa de las plantas invasoras?
—Es el proceso de globalización, de homogeneización, decimos así. Si todos tenemos las mismas plantas en nuestro paisaje, se produce una pérdida de calidad del paisaje y, a su vez, una homogeneización del mismo. Y entonces perdemos esa singularidad que tiene nuestro territorio.
—Entre los árboles foráneos de Galicia, la especie más extensa es el eucalipto. ¿Cuáles son los efectos más importantes que tiene esta especie en los árboles propios de Galicia?
—El eucalipto es el problema que afecta a toda la vegetación general, no solo a los árboles. Al eucalipto algunos la consideramos una especie exótica invasora. Aunque no todas las especies que se plantan en Galicia son cultivo, el eucalipto generalmente es un cultivo, pero es un cultivo que necesita muchísima agua. Los troncos de eucalipto, esas cortezas que tienen, que se descortezan, no permiten que la fauna se instale en ellas y que generen sus pequeños refugios. Además, algunas especies parecen ser capaces de emitir por las raíces sustancias que llamamos alelopáticas que impiden el desarrollo de otras especies y muchas más cosas. Pero el eucalipto es un problema muy importante para abordar exclusivamente ese tema.
—¿Si plantamos un eucalipto al lado de una fruta, una verdura o un río podría llegar a afectar?
—No tiene porqué. Lo único que sucede es que ahí vamos a tener esa planta, ya que después, el día que queramos sacarla, erradicarla de ahí, será muy complicado. Es un proceso muy complicado.
—Entre los arbustos más extendidos en nuestra tierra están las mimosas, que se pueden ver en lugares como la autopista de Santiago a Ourense. ¿Qué problemas suponen para los arbustos propios de aquí?
—Te estás metiendo en un territorio muy complicado, en una planta leñosa y caducifolia, una especie invasora allá donde las haya, con una capacidad de germinación de sus semillas muy importante. Como tú bien dices, por ejemplo, en Ourense, en el Miño, la vegetación de la ribera ha sido sustituida por acacias. El problema ahí es la erradicación. Pero en Galicia ya hay gente que lo está haciendo, como el Grupo Montescola y otros más que hacen un proceso que es muy complicado: descortezan las acacias. Pero en los ríos es un asunto muy complicado porque los bosques de la ribera tienen un papel muy importante, pero han sido sustituidos por acacias y lo que pasa con nuestros ríos, es que en invierno tienen un régimen torrencial, porque llueve mucho, van con mucha agua, y en verano, cuando bajan, es cuando ponemos árboles en la ribera. Sin embargo, a esos árboles, en verano, no les da tiempo a desarrollar sus raíces para arraigarse bien a la tierra. Enseguida viene el invierno y los árboles se nos van. La restauración de árboles de la ribera es uno de los problemas más complejos que tenemos, pero por eso hay que ir empezando a descortezar acacias. Hay estrategias, como poner los árboles autóctonos detrás de las acacias, para que cuando se eliminen estas que ellos ya hayan prendido. En fin, hay que ir trabajando poco a poco.
—La uña de gato está ampliamente expandida por toda la costa gallega. ¿De qué manera podría coexistir esta especie sin que dañe los ecosistemas locales?
—No podría coexistir por su tipo de propagación. La uña de gato, como muchas de las plantas invasoras, provienen de la jardinería. Y los humanos, que no tenemos mucha cabeza, nos dedicamos a expandirla en las segundas residencias de la costa, pues muchos humanos pensamos que poniendo la uña de gato, como nadie puede competir con ella, es mejor. Esta comienza a expandirse y, entonces, la sensación que da es que parece que es un jardín cuidado. Otra de las razones es que no necesita ningún cuidado y pensamos que, si ponemos uña de gato, los ladrones o los ocupas creen que están habitadas esas casas. Lo que forman es lo que los ingleses llaman “the carpet”, como una alfombra sobre la superficie del suelo, y si tú tienes una alfombra, las otras plantas no pueden vivir porque necesitan luz y agua.
—La falsa acacia es una planta invasora que se esparce muy rápidamente. ¿De qué modo podríamos frenar la expansión?
—Cuando vemos plantas nuevas, arrancarlas, y no dejar que prosperen. Es lo mejor porque nacen de semillas anualmente.
—Acaba de decir que para reducir las plantas invasoras lo mejor sería arrancarlas. ¿Eso no llevaría a que las plantas autóctonas que estén cerca de las arrancadas sufran daños?
—No, les haces un favor. No, porque cuando germinan ya miden bastante. Es bastante fácil si tiras de ellas, ya que sale toda la raíz limpia. También hay que tener en cuenta que si no te sale es que están conectadas con la planta madre mediante un rizoma o un estolón; es decir, la mayor de todas, y en ese caso no hay que tirar más porque ahí sí que podrías dañar las especies autóctonas. Pero si es una planta que aún no ha germinado, la raíz te sale perfecta.
—Sabiendo que si quitamos las especies con químicos, podemos llegar a dañar las plantas autóctonas, ¿hay alguna otra posibilidad de quitarlas sin poner en riesgo a las otras especies?
—Químicos fuera. Hay muchos que venden herbicidas que nos dicen que no dejan residuos, y otros muchos que no nos lo creemos. Pero estos químicos, sobre todo en nuestras tierras, en las que llueve un montón, todos esos productos se van a los ríos y mares con la lluvia. Así que químicos los mínimos. Hay que hacerlo todo de forma manual y respetando el ecosistema y alterar lo menos posible nuestras tierras, y, como dije antes, una forma puede ser arrancándolas de raíz. Pero hay muchas iniciativas. Por ejemplo, unos compañeros míos de un proyecto que estamos haciendo que se llama ReNatur Outes, están restaurando toda la ribera del río de Outes, que pasa por todo el “concello”. Para ello están descortezando las acacias y otros están trabajando con parches para que quede mucho suelo al desnudo. Y en esas zonas tratar de cultivar e implantar plantas autóctonas que luchen contra las invasoras para favorecer la biodiversidad. Pero es una tarea muy costosa y compleja.
—El polen suele producir alergias. ¿De qué manera afectan las plantas invasoras negativamente al aire que nosotros respiramos?
—Aquí mismo no sé, pero en el Principado de Asturias, en Oviedo, te puedo asegurar que la cortaderia selloana, esta hierba de la Pampa, del Plumacho, cuando florece, ya que las plantas invasoras florecen cuando les corresponde en su territorio, sí que producen unas alergias tremendas. Sobre todo a la gente mayor y a las personas que tienen el sistema inmune debilitado por cualquier motivo. La hierba de la pampa está produciendo serios problemas.
—Si el eucalipto afecta a árboles de la zona, ¿por qué no toma medidas el gobierno?
—Ahí ya entras en una cuestión que a mí no me compete. El eucalipto lo tratan como un cultivo en Galicia, y el cultivo genera un dinero; y si tú eres el gobierno tendrás que ofrecerle a la gente una alternativa. O si le dices: "Oiga, si usted cuando le toque la tala, elimina el eucalipto y empieza a añadir especies autóctonas en su terreno, ¿cuánto pierde? Entonces yo le doy esa diferencia o, si cabe, un poco más". Imagínate ahora como logren meternos lo de Altri ya es “apaga y vámonos” porque ya tendremos eucalipto hasta en la sopa. Yo creo que todo es negociable. La cuestión es que el gobierno esté interesado en el medio natural.
—Los eucaliptos tardan unos diez años en crecer y servir para hacer madera, mientras que el pino, la especie autóctona, tarda de veinte a treinta años. ¿Sería rentable a nivel económico y medioambiental, quitar todos?
—El eucalipto no se utiliza para madera, porque sabemos que la madera de eucalipto es una mierda, es muy mala. Es una madera muy blanda. Cuando se usa para suelos te dicen que no puedes pasar una fregona porque si no enseguida absorbe la humedad y se levanta; es decir, que no es una madera buena para construir. ¿Para qué se utiliza el eucalipto? Para pasta de papel, para celulosa. Entonces ahí tenemos otro ciclo y es otro problema. Ahí ya participamos la sociedad. Pueden producir eucalipto, pero nosotros podemos usar menos papel y, así, podemos hacer todos pequeños esfuerzos para tratar de reducir el cultivo. Que no sea todo eucalipto eso ya depende no solo de las autoridades que regulen el cultivo del eucalipto, y ahora técnicamente estamos en una moratoria que no se podría cultivar más eucalipto del que hay en Galicia, pero también depende de la sociedad. Esta no es una cuestión que dependa solamente del gobierno, sino que tenemos nuestra aportación personal, nuestro granito de arena. Si decimos: “Bah, esta libreta ya está empezada. Bueno, la tiro. Mamá, cómprame otra libreta nueva”, eso no es así. Tenemos que pensar en desarrollar estrategias como sociedad, pero que empiezan por ser estrategias individuales para no consumir toda esta pasta de papel, o, también, para no utilizar esta fibra, la que utilizan los de Zara, la viscosa, que consume muchísima agua. Ahora mismo entras allí en Zara a comprarte algo, y muchas veces te llama la atención que todo tiene como unas bolitas. Es la viscosa. Claro, es todo baratísimo. ¿De dónde sacan la viscosa? De los eucaliptos. Tampoco necesitamos tanta ropa. Cuando empecéis a viajar más por Europa veréis que la gente con la ropa no es como aquí, que cada temporada mira lo que está de moda y se lo compra. Allí la gente se compra un pantalón y no lo tira hasta que se rompa; es decir, no están preocupados con el asunto de la moda, y piensan que eso es una “trangallada”. A medida que vayáis cumpliendo años lo veréis. Comprar tanta ropa es una cuestión exagerada. Estos son pequeños esfuerzos que tenemos que ir haciendo todos, independientemente de la educación que tengamos.
—Si no hacemos nada para quitar las plantas invasoras, ¿qué problemas nos podrían llegar a causar en el futuro?
—Los principales problemas con los que nos podríamos encontrar serían la pérdida de la biodiversidad y la homogeneización de nuestros paisajes, por lo que nos daría igual estar aquí, en Galicia, que en cualquier otra zona del Norte de España, porque el paisaje sería el mismo: carpobrotus y cortaderia selloana. Entonces, una pobreza tremenda. Ahora porque viajamos poco en coche, pero antes, que viajábamos más en coche, cuando llegabas a Galicia lo sabías por la fisionomía de nuestro paisaje, por la vegetación que teníamos y ahora, si todo lo que tenemos son eucaliptos, carpobrotus y cortaderia selloana, pues es una miseria. Yo desde luego no quiero vivir en un mundo así, pero no me va a dar tiempo. Es un reto que tenéis que afrontar las nuevas generaciones: trabajar en este sentido, tratar de paliar la pérdida de biodiversidad con vistas a un futuro y mantener nuestros ecosistemas, nuestros hábitats. Al fin y al cabo es nuestro patrimonio el que tenéis que mantener, no es el de otros.