Introducción

Los medios de entretenimiento, como canciones, películas, videojuegos, series, libros etc. nos muestran mucho sobre cuestiones que no hemos vivido. Por ejemplo, aunque no hayas pisado una cárcel, debes saber ciertas cosas sobre cómo es estar en una gracias a películas o series que hayas visto. Por esto mismo, aunque no lo parezca, una representación adecuada es muy importante, sobre todo de grupos marginados, ya que puede ayudar a cambiar la opinión publica de estos a una más realista y positiva.

Pero muchas veces se hace todo lo contrario. En este caso, nos centraremos en la representación de las enfermedades mentales, que suelen ser estigmatizadas, tachando a cualquiera que padezca de problemas de salud mental como un loco, un egoísta, un peligro para la sociedad o alguien violento. Afortunadamente, en los últimos años ha habido un auge de representación más correcta en los medios, aunque igualmente sigue siendo muy común la demonización y menosprecio de muchas enfermedades mentales, como la depresión. Mucha gente y obras han impulsado la idea de que todos a veces estamos deprimidos, que es solo estar un poco triste y pasar una mala racha. Esto es completamente falso, ya que un episodio depresivo puede acabar llevando a incluso riesgos físicos, como intentos de suicidio o autolesión, si la persona no cuenta con el apoyo médico y el entorno necesario.

Por esto mismo hemos decidido mostrar algunos ejemplos de representación algunos buenos y otros no tan buenos.