Las variaciones en las vulnerabilidades emocionales se han registrado mientras las adolescentes permanecieron en el programa (no se indagaron en el relevamiento de egresadas 2019).
La información analizada en este apartado no responde a diagnósticos médicos sino a la evaluación del equipo profesional del programa en relación con la presencia (o no) de rasgos de depresión.
La información analizada en este apartado no responde a diagnósticos médicos sino a la evaluación del equipo profesional del programa en relación con la presencia (o no) de rasgos de depresión. Al momento de iniciar su participación en el programa, las jóvenes con rasgos de depresión estaban comprendidas en poco más de un tercio, y esta situación se retrajo ya que al final del paso por Jakairá sólo estaban en esta situación una de cada cuatro.
La presentación de rasgos de depresión afecta a más jóvenes de Chacarita (53,6%) que de Traslasierra (21,6%).
En cuanto al vínculo que puede establecerse entre los rasgos de depresión y las condiciones en que se implementa el programa Jakairá, se observa que la depresión ha sido más pronunciada entre las jóvenes de Chacarita. En tal sentido, mientras en esta sede se registra casi un 20% que al finalizar el programa manifestaba rasgos de depresión, este resultado sólo implicaba al 5,4% en Traslasierra. Además, en el primero de estos ámbitos menos de la mitad (46%) nunca presentó dichos rasgos, mientras en la sede de Córdoba esta misma condición alcanzó a alrededor de un 78%.
La depresión tiene un impacto considerable en las trayectorias educativas de las jóvenes. Quienes nunca presentaron rasgos de depresión han avanzado más aceleradamente en la trayectoria educativa. Entre ellas, un 28% pudo completar el secundario durante el programa, cuando entre las que manifestaban rasgos de depresión al inicio sólo lo hicieron un 8,3% y entre las que perduraban estos rasgos al finalizar, apenas alcanzaron a 5,6%. Cabe destacar que la presentación de rasgos de depresión no generó impacto diferenciado en las trayectorias laborales.
se ve afectada por el consumo problemático, teniendo escasas variaciones entre el momento del inicio y del final del programa.
El consumo problemático está más presente entre las jóvenes que participaron del programa en Chacarita. De ellas, el 35% consumió en algún momento mientras que en Traslasierra tal condición comprendió al 21%.
Quienes se vieron afectadas por el consumo problemático al inicio y al final del programa han tenido menor acceso al título secundario (un 17,4%), en comparación con quienes nunca declararon haber consumido (un 58,2%).
Se observa mayor presencia del consumo a mayor edad de ingreso al programa de las adolescentes, y en las egresadas de Chacarita (un 35%, a diferencia de Traslasierra que tuvo un 21%).
En el transcurso de la participación en Jakairá, se produjo una disminución de las jóvenes que sufrían maltrato físico, ya que inicialmente representaban al 26% del total y al final del programa se acotaba al 19%.
De acuerdo con el análisis de la continuidad del maltrato físico se ha identificado que un 67% nunca había sido maltratada, y un 14% había sido maltratada y había logrado poner fin al maltrato durante su participación en el programa. No obstante, un 12,4% era víctima de este tipo de maltrato tanto al inicio como al finalizar el programa, y un 6,6% había comenzado a ser víctima durante su participación y continuaba siéndolo al finalizarlo.
ha sido víctima de maltrato psicológico
logró erradicarlo durante su participación en el programa