Antes de ingresar a Jakairá, un 18% de las adolescentes tenía trabajo y, luego del programa, dicho porcentaje asciende al 63%.
Se evidencian cambios positivos respecto de la inserción laboral de las egresadas: desde un momento inicial en que pocas tenían trabajo (alrededor de 20%) hasta la situación opuesta después de haber egresado de Jakairá, donde la mayoría (un 63%) tiene trabajo.
Es importante aclarar que hay un 5,8% de egresadas que no se encuentra trabajando, pero sí está estudiando.
En el análisis de la trayectoria laboral de las egresadas de Jakairá se destaca que la situación más frecuente es la de aquellas que comenzaron su participación en el mercado laboral después de haber egresado (en torno a 30%), seguida por quienes empezaron este recorrido durante su paso por Jakairá (22,3%), constituyendo ambas situaciones poco más de la mitad de lo registrado entre las egresadas del programa. Un porcentaje no tan menor (apenas superior al 20%) no registró actividad laboral en ninguno de los momentos analizados.
Casi la mitad de las egresadas de la sede de Chacarita que continúan trabajando, lo hacen desde antes o durante su paso por el programa, mientras que esa inserción temprana sólo abarca a una de cada diez jóvenes de la sede de Traslasierra. Cabe señalar que este resultado seguramente se encuentra afectado por el hecho de que el programa de Traslasierra funciona principalmente con adolescentes escolarizadas, lo cual suele retrasar la inserción laboral. Por otra parte, el contexto de Traslasierra no presenta tantas oportunidades laborales.
A la hora de dimensionar la incidencia de la trayectoria educativa en la trayectoria laboral se halló un estrecho vínculo. Quienes tienen secundario completo, tienen más probabilidades de tener trabajo actualmente y, quienes alcanzaron el título secundario a menor edad, han tenido en su gran mayoría alguna experiencia laboral.