Desde muy pequeños siempre nos hacen una pregunta que a lo largo de los años se vuelve más importante para nosotros. ¿Qué quieres ser cuando grande? La primera vez que contesté esta pregunta, según mis recuerdos, fue en “kindergarden” y mi respuesta fue “ser maestra”. Obviamente, esta respuesta ha ido cambiando a lo largo de los años, desde psicóloga, terapista física, cirujana, fisiatra, quiropráctico hasta terapista ocupacional, pero realmente nunca estuve muy segura. Cuando llegué a mi año “Senior” en el cual tenía que tomar una decisión de qué quería estudiar, comencé a buscar información de profesiones relacionadas con niños, entre ellas Terapia Ocupacional, que fue la que llamó más mi atención. Me aceptaron en el Recinto de Río Piedras en Educación Física, pero antes de comenzar hice los trámites para cambiarme a Educación Especial con concentración en Problemas del Aprendizaje ya que era algo más directo a lo que quería. Mis planes eran graduarme de bachillerato y hacer una maestría en Terapia Ocupacional.
Cuando comencé en mi primer semestre en la universidad me integré a una asociación de Ambiente Marino. Como mencioné en “Conóceme” me encanta la naturaleza, especialmente si está el mar incluido. Después de dos semestres, de participar en las actividades, adquirir un poco de conocimiento y participar como voluntaria en proyectos de corales en Culebra me di cuenta de que es lo que me apasiona. Por estas razones, he decidido cambiar de concentración, seguiré en educación, en Biología y con interes de hacer un “minor” en Ambientales.
Realmente nunca me vi como una maestra, seleccioné educación especial porque no sabía en qué hacer mi bachillerato si mis planes estaban en hacer una maestría en terapia ocupacional. Sin embargo, desde que descubrí que me apasiona el ambiente marino y que quiero pasar mi vida trabajando en esto, supe que también quiero pasar tiempo educando y ayudando a aquellos a los que le gusta esta especialidad. Puntualizando que me parece muy importante fomentar el cuidado de nuestro ambiente y la concienciación de las medidas se pueden tomar para esa dirección.
Estuve en un Colegio desde primer grado y desde séptimo grado pertenecí a un grupo de pastoral en el cual hacíamos varias actividades, entre ellas, ofrecer charlas a los estudiantes. De estas charlas participé varias veces e incluso fui el recurso de algunas. Esa experiencia es lo más cerca que he estado de ser “líder” en algún salón de clases o “enseñar”. Más allá, solo he ayudado a mis sobrinos con sus tareas. Sin embargo, cuando sea maestra o profesora, me gustaría ser lo más dinámica y visual posible y que mis estudiantes participen de la clase con sus ideas, conocimiento u opiniones del tema. Cuando supe que quería cambiar al área de biología y ambientales recordé a una maestra que tuve, casualmente de ambientales y biología, que siempre quise muchísimo y me encantaba como daba su clase, que se notaba que le gustaba de lo que hablaba y eso me inspiraba muchísimo. En cuanto al momento de dar clases, algo que sé que voy a mejorar con el tiempo como estudiante, y que ya he ido trabajando en eso, es que dar presentaciones y hablar frente a un público; por el momento este reto lo sigo atendiendo. A pesar de todo, he desarrollado varias presentaciones con éxito, así que me siento encaminada.
La pasión por enseñar y lo que enseñas es lo más importante del magisterio y pienso que es algo que a veces falta en los maestros y/o profesores. A lo largo de mis años de estudio en Puerto Rico he pasado por las manos de maestros a los que se les nota la pasión por lo que hacen, que aman lo que enseñan y que aman transmitir su conocimiento a sus estudiantes y los ayudan a entender. También, encontramos otros maestros que lamentablemente no tienen pasión por lo que hacen y ofrecen una clase mediocre.
En términos generales, considero que los maestros no tienen los recursos que necesitan para todo el trabajo y la responsabilidad que conlleva una responsabilidad tan importante de educar al futuro del país y es una profesión a la que no le dan el valor que merece. Los educadores se encargan del futuro de los profesionales, cada uno de los profesionales que se forman día a día pasan por las manos de muchos maestros y debe ser una profesión que se respete y que sea vista igual de importante que la de un doctor, abogado, etc.