"Tu Primer Amor"
Vale la Pena Todo Seguir a Dios para Restauración!
Encontré vuestra página web a través de otra cuando buscaba a alguien que hubiese conseguido restaurar su matrimonio.
Primero aprendí que Dios sana todo dolor y amargura. Después, aprendí a perdonar a mi esposo. Cuando me convertí en una persona generosa y amable con él, empezó a notar la diferencia. Me mantuve aparte y nunca contacté con el. El siempre me llamaba y fuí viendo como su corazón se iba volviendo hacia nuestros hijos y hacia mí.
También aprendí a detenerme en la Palabra de Dios, especialmente cuando mi esposo no nos daba ninguna oportunidad para la restauración. Él había renunciado a nosotros totalmente. El Señor me bendijo con dos mujeres que me ayudaron a creer cuando tenía dudas.. Acudía a su página web y leía los testimonios de matrimonios restaurados. Finalmente declaré que un día escribiría mi testimonio y ¡aquí estoy!
Compré Cómo Dios Puede y Restaurará Tu Matrimonio y Una Mujer Sabia. Encargué copias para una amiga y para mi hermano también . Recomiendo encarecidamente ambos recursos para animarte en tu caminar.
Realmente agradezco al Señor porque ha sido fiel y cumplido su Palabra. No solo eso, sino que también otros que están a mi rededor tienen la oportunidad de ser testigos de lo que Dios hizo por nosotros. Fue un largo camino, pero el Señor se mantuvo dándome Su Palabra.
Además, ÉL me enviaba personas - a algunas de ellas la conocía y a otras no, para animarlas a creer. Hace unas semanas, cuando bajaba del coche de un amigo, me encontré con una pareja y su hijo de 5 años me dijo: “ hermana, doy gracias al Señor porque tu esposo va a regresar”
Más tarde en Diciembre mi esposo tuvo una gran pelea con la OM, hizo las maletas, abandonó su casa, y se mudó con un amigo, pero la esposa de su amigo no lo quería ahí. EL no tenía otro lugar a donde ir. Así que me llamó ese día, renunció a su trabajo y vino a casa después de vivir fuera del estado con la OM.
El estaba quebrantado, pero el libro “ Cuaderno de trabajo de la Mujer Sabia” me había preparado para su regreso. Las cosas fueron inestables al principio. Había aprendido a escuchar al Espíritu Santo diciéndome que no comentase nada de las cosas de él que a mi no me gustan y que dejase que ÉL completase el trabajo que comenzó en mi esposo.¡ Alabado sea el Señor!
G.S., RESTAURADA en Pennsylvania