Semana 3 CRS: Capítulo 12 La Marcha de Su Hogar

Rebuilding Wisdom on Día 18,

Semana 3:

"La Marcha de Su Hogar"

Muchas mujeres se encuentran con doble trabajo, doble responsabilidades y doble estrés. Se espera mucho de nosotras: que cuidemos de nuestros hogares, de las necesidades de nuestros esposos y de nuestros hijos, además de proveer para nuestras familias. Hacemos esto incluso si estamos enfermas, embarazadas o si recién hemos dado a luz a un bebé. Muchas de nosotras debemos vestir a nuestros hijos, darles el desayuno lo más rápido posible, pensar qué les daremos de comer en el almuerzo y alistarnos nosotras también. Dejamos a nuestros hijos en los brazos de otro mientras lloran, y muchas veces, nosotras también lloramos cuando vamos rumbo al trabajo. Nuestra vida no es más que prisa y una vaga sombra. ¿Qué pasó? ¿ Cómo es que las cosas se volvieron tan complicadas para nosotras? La mayoría de nuestras madres nos dejaban en la escuela y tenían tiempo para jugar cartas.

Muchas mujeres cristianas usan el ejemplo de la mujer de Proverbios para justificar su trabajo fuera de la casa. Parece gustarles la independencia y la libertad de las tareas mundanas de ser una ama de casa. Algunas personas creen que la mujer de la que habla Proverbios trabajaba fuera de la casa y que ese es el plan de Dios para las mujeres. ¿Habrá pretendido Dios una esposa y madre que trabaje fuera de la casa y lejos de sus hijos, como la mayoría de las madres trabajadoras hacen ahora?

Debemos ser cuidadosas al enseñarle a las mujeres sobre la mujer de Proverbios, teniendo cuidado además de no agregar o quitar nada a Su Palabra. Cada una de nosotras debe conocer todas las Escrituras que se refieren a las mujeres, esposas, y especialmente a las madres, antes de tomar la desición tan importante de comenzar o continuar trabajando lejos de nuestra casa y de nuestros hijos. Sobre todo, debemos buscar al Señor y su Plan para nuestras vidas. Frecuentemente, nuestros planes no son Sus planes, por lo tanto, nuestra meta interferirá o inhibirá Su plan perfecto para nuestra vidas.

Mi propósito en este importante capítulo es ayudar a cada una de nosotras a renovar nuestras mentes, buscando Su Palabra como nuestras respuestas, para que podamos aplicarlas a nuestras vidas. Entonces, vayamos más allá dejando nuestra voluntad a un lado y abracemos Su voluntad. El deseo de mi corazón es que usted sea liberada de la esclavitud de la necesidad de realizar su vida con una carrera o la necesidad económica de tener que trabajar fuera de su hogar. Esto le permitirá a usted ser libre para encargarse de las necesidad de su esposo (si usted está casada), sus hijos (si los tiene), y de otras mujeres que el Señor traiga a su vida, “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

Aunque este capítulo habla principalmente a las mujeres que actualmente están casadas y tienen hijos, la sabiduría contenida en este capítulo equipará para su asomboroso futuro a aquellas de ustedes que no se han casado aún o que aún no han tenido hijos. Les proveerá de puntos de vista y guía que pocas de nosotras teníamos cuando llegamos al matrimonio o dimos a luz a nuestro primer hijo. Así que, mientras ustedes, mujeres jóvenes, leen este capítulo, háganlo con un corazón abierto mientras yo comparto años de experiencia (éxitos y fracasos) y sabiduría (de buscar al Señor solamente) que oro para que bendigan sus vidas.

Sus Propios Esposos

Sus propios esposos. Cuando se trata de ser sumisas, debemos reconocer que la Biblia nos dice con quienes debemos de serlo, si estamos casadas. “Esposas, estad sujetas a vuestros propios maridos, como al Señor” (Efesios 5:22). “Ustedes esposas estad sujetas a vuestros maridos..” (1 Pedro 3:1). “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor” (Colosenses 3:18). “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea” (Génesis 2:18).

Trabajadoras en el hogar. El libro de Tito nos dice que las mujeres deben ser “prudentes, castas, cuidadosas de su casa..” (Tito 2:5). En contraste, se nos dice que la ramera “es alborotadora y rencillosa; sus piés no pueden estar en casa” (Proverbios 7:11). Evidentemente, el hogar es un refugio seguro para todas las mujeres y el lugar en el que debemos sentirnos cómodas y contentas.

Repartir el botín. “En las casas, las mujeres se reparten el botín.” (Salmos 68:12). En esta Escritura, aprendemos sobre una de las recompenzas de las mujeres que se quedan en la casa. Aquellas que somos bendecidas quedándonos en casa somos capaces de tomar ventaja de las ventas en liquidación y ofertas especiales o de “repartirnos el botín” de las madres que trabajan. Una mujer que trabaja frecuentemente se ve forzada a comprar ropa para su familia y para ella a precio regular, puesto que su tiempo para comprar es muy reducido. Muy a menudo, las madres trabajadoras o esposas, no sólo se pierden del ahorro de comprar en liquidación, además gastan más en alimentos. Una esposa y/o madre que es bendecida quedándose en casa tiene más oportunidad de cocinar las comidas desde cero y no necesitará comprar las comidas preparadas que son más costosas. Además ella tiene tiempo de hacer uso de descuentos para los alimentos. Sí, quedarse en la casa es una forma de ahorrar dinero y ser un buen mayordomo del dinero del Señor. Más que eso, le provee a la mujer un profundo sentido de realización de ser una ama de casa y de cuidar de su familia.

Trabajo e Hijos

Cuando usted esté en su casa. Es importante conocer las leyes de Dios y entender cómo funcionan. Al seguir las leyes de Dios, estaremos protegidas. Aquí está una de las leyes de Dios, “Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7). En otras palabras, debemos enseñarles a nuestros hijos todo el día. Cuando estamos corriendo medio enloquecidas con todo lo que se espera que hagamos, ¿cómo tendremos tiempo de sentarnos, incluso por algunos minutos, con nuestros hijos en nuestros propios hogares?

“Tiempo de Calidad” contradice lo que se nos enseña a hacer en Deuteronomio 6:7. Las Escrituras además nos exhortan “Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza” (Proverbios 19:18) .

La disciplina es definida como “enseñar a alguien a obedecer reglas o a comportarse de una forma ordenada o controlada.” Hemos visto el fruto del comportamiento de nuestros hijos cuando debemos dejarlos solos o dejarlos al cuidado de alguien más. Nadie tiene el mismo amor e interés en el crecimiento emocional, espiritual e intelectual de nuestros hijos como nosotras, sus madres. Cuando trabajamos, no podemos esperar darles el mismo tiempo y atención a nuestros hijos como lo puede hacer una madre que es libre de quedarse en casa con ellos. Sabemos que nadie puede tomar nuestro lugar cuando se refiere al amor, sacrificio y paciencia con nuestros hijos, y aún así, muchas madres escogen trabajar. Cuando somos engañadas o llevadas a violar los principios de las Escrituras relacionados con el rol de las madres, tendremos que lidear con los malos frutos. ¡Nuestros malos frutos son los hijos rebeldes y demandantes que vemos en todas partes en estos días!

Ayuda idónea para el. El Movimiento de Liberación Femenina ha incitado a las mujeres a tratar de copiar el rol del hombre en la sociedad. Desafortunadamente, en lugar de liberarla, han conseguido someterla a la esclavitud. Nos empujan a salir y trabajar, dejando atrás a nuestros hijos, nuestros hogares y nuestros esposos. Regresamos a la casa exhaustas de un día completo de trabajo, entrando a nuestros roles como amas de casa hasta que caemos en nuestras camas, exhaustas y rendidas.

Creada única. Dios creo al bebé dentro del vientre de una madre y le dio a ese bebé el alimento de los pechos de ella. Dios además le dio a ella la paciencia y la capacidad de criar a los hijos de una forma tal que moldea la vida del niño. Este es el fundamento del amor del que depende la familia. Sin embargo, cuando comenzamos a “deformar” nuestros roles, esto tiene un efecto devastador en nuestros hijos, nuestros hogares, nuestras familias, nuestra sociedad y nuestro mundo entero. El efecto más olvidado y pasado por alto es el efecto que ha tenido sobre la propia mujer.

Casa dividida. “Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie” (Mateo 12:25). Una táctica del enemigo es dividir para conquistar. Al dividir la casa por medio de que la esposa trabaje fuera de su hogar, el enemigo ha logrado las siguientes conquistas:

Nuestros hijos. Cuando su madre se ha ido, los niños buscarán la dirección y aprobación en sus amigos, los mismos amigos que los llevan al uso de las drogas, el alcohol, el sexo y la pornografía.

Nuestras hijas. Cuando la madre está trabajando lejos de su casa, y está muy ocupada en las tardes para pasar tiempo con sus hijas, ellas buscarán la seguridad de sus amigas y novios, mientras ellas pasan de niñas a mujeres, con los correspondientes cambios hormonales y de sus cuerpos.

Madres. Cuando las madres comienzan a trabajar fuera de la casa, ellas comienzan a tener “su propia vida” justo como sus esposos, con sus trabajos y sus amigos en el trabajo. Incluso algunas de nuestras propias madres están ahora “de regreso en el trabajo” (o trabajando por primera vez).

Nuestros esposos. Muy a menudo cuando la esposa tiene un trabajo, ocurre una división en la relación del esposo y la esposa. Sus intereses están ahora divididos, debilitando el matrimonio. Un resultado muy común es la infidelidad o la apatía, que eventualmente llevarán al divorcio.

Esta riqueza es fruto de mis manos. El esposo y la esposa están divididos además sobre qué y cuándo comprar, porque cada uno tiene “su propio dinero”. “No se te ocurra pensar: Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos. Recuerda al Señor tu Dios, porque es El quien te da el poder para producir esa riqueza... " (Deuteronomio 8:17 – 18). Cuando la esposa aporta una parte de los ingresos en el hogar, presenciamos un daño muy fuerte en su matrimonio, porque genera independencia entre el esposo y la esposa. La revista Business Week ve el divorcio desde un punto de vista financiero. Su estudio mostró que “cuando una mujer puede proveer por sí misma, ya no necesita estar casada.” Lo que fallaron en señalar fue que, frecuentemente, el esposo se siente insatisfecho por la falta de atención de su esposa. El busca esa atención, usualmente en su lugar de trabajo, y entonces su esposa se enfrenta con un esposo en adulterio. Acarrea mal sobre su hogar. “El ambicioso acarrea mal sobre su familia” (Proverbios 15:27). Muchos esposos animan a sus esposas a ayudar financieramente a través de su regreso al trabajo, sin darse cuenta los efectos malignos que esta desición tendrá en su familia entera. Esto va a retar su autoridad y tendrá efectos devastadores en su matrimonio y especialmente en sus hijos.

Parece que casi todas las mujeres que se casan mantendrán sus carreras al menos hasta antes de tener hijos.

El esposo no se da cuenta de lo que está sacrificando en su búsqueda de la ganancia económica. Tener una esposa cuyo principal trabajo es cuidar de su hogar, preparar sus alimentos y que esté allí para él cuando regrese a casa cada día, es la experiencia de “volverse una sola carne” o “ser inseparables,” que ninguna cantidad de dinero puede comprar.

Afanándote para conseguir riqueza. Con más dinero, en lugar de “salir adelante” financieramente, las parejas usualmente incrementarán sus gastos, y, en el mayor de los casos, estarán en una situación financiera peor que antes que la esposa saliera a trabajar. Proverbios 23:4 dice, “No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas. ¿Creemos en la promesa de Dios? “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). Su camino es perfecto. ¡Tu puedes confiar en El! Si estás cansada de trabajar fuera del hogar, clama a El y sólo a El. No corras a decirle a tu esposo sobre esta situación. (Lea “Ganado sin una Palabra” en relación al principio de buscar al Señor, en lugar de hablar con su esposo).

Una casa dividida contra sí misma se derrumbará. Las mujeres que trabajan fuera de sus hogares están supuestas a dividir sus lealtades y sus prioridades entre su trabajo y su hogar. “Como él conocía sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumbará” (Lucas 11:17). Cuando las mujeres son empleadas, ellas deben cumplir y responder a todas las necesidades y deseos de sus jefes, sólo para mantener sus empleos. A menudo se les pide sacrificar valioso tiempo con sus familias por trabajar hasta tarde, llegar más temprano o trabajar los fines de semana. Ellas comienzan a mostrar gratitud por su jefe cuando esta debería ser dada solamente a sus esposos. Cuando sus jefes les hace un cumplido sobre su apariencia o sobre su trabajo, ellas se entusiasman. Sus jefes las pueden invitar a almorzar o darles un bono o regalos. ¿Existe alguna conciencia de que muchas esposas dejan a sus esposos y huyen con sus jefes o compañeros de trabajo? ¡Ya no se trata sólo que el esposo se va con su secretaria o su compañera de trabajo! Las mujeres también están dejando a sus esposos en un porcentaje alarmante, sobre todo debido a que las mujeres casadas se encuentran dentro de la fuerza laboral. Nadie puede servir a dos señores. Las mujeres que trabajan fuera del hogar se encontrarán a sí mismas en dos mundos que compiten. Cada mundo tiene un grupo diferente de demandas y recompenzas. Las Escrituras nos dicen que no podemos servir a dos señores; nadie puede. “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro” (Mateo 6:24). ¿Y no es exactamente eso lo que pasa? Comenzamos a seguir a uno y luego comenzamos a odiar al otro. Una esposa o ama el trabajo, y su familia y su hogar se convierten en una molestia, u odia el trabajo porque preferiría estar en casa.

Mantente a distancia del necio. Adicionalmente, cuando las mujeres trabajan fuera del hogar, comienzan a sufrir muchas presiones destructivas. Trabajar con otros, especialmente con personas no cristianas, se cobra su precio en nosostros espiritualmente hablando. Aunque muchas mujeres sienten que ellas son la “luz” en su lugar de trabajo, la mayoría de las mujeres cristianas realmente nunca hacen la diferencia. Las Escrituras nos enseñan “Manténte a distancia del necio, pues en sus labios no hallarás conocimiento” (Proverbios 14:7), y “No se dejen engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33). Si tu lugar de trabajo está causando que comprometas tus creencias, eventualmente corromperá tu moral.

No te juntes con el que habla de más. Hay que reconocerlo, nosotras las mujeres tenemos muchas debilidades comunes; una de ellas es la habladuría. Un pasatiempo común de las mujeres en el lugar de trabajo es el chisme. Parece que no podemos evitarlo. Cuando una compañera de trabajo tiene un problema con su esposo todas nos unimos y arremetemos juntas contra el, antes de hablar de nuestro propio esposo. Luego cuando nosotros o una compañera tiene problemas con el nuevo jefe, todas murmuramos y nos quejamos todo el día, todos los días, sobre él o ella. Proverbios 20:19 dice, “El chismoso traiciona la confianza; no te juntes con la gente que habla de más.”

La marcha de su hogar. Cuando trabajamos fuera de la casa no nos queda otro camino que comenzar a descuidar responsabilidades importantes en nuestro hogar. “Está atenta a la marcha de su hogar...” (Proverbios 31:27). No somos capaces de hacer las cosas que haríamos si tuviéramos tiempo, tales como hornear, mantener nuestras casas limpias y en orden, y especialmente enseñar a nuestros hijos. Hasta el tiempo para la preparación de los alimentos se ve reducido al mínimo y siempre se hace de prisa. “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Damas, Satanás es un ladrón; ¡se está robando la vida abundante que Dios tiene para cada una de nosotras! Hasta las necesidades de sus esposos son puestas en segundo plano. Muchas veces, él tiene que valerse por sí mismo cuando se trata de las comidas o tener su ropa limpia y planchada. ¡Damas, hay mujeres en los lugares de trabajo de sus esposos que están buscando esposos que han sido descuidados! Yo lo sé. Cuando nosotras trabajamos, no podemos estar en la puerta para recibir a nuestro esposo porque estamos recogiendo a los niños en la guardería, haciendo mandados y de compras en el supermercado. Muchos hombres encuentran esto muy parecido a vivir como solteros, sin los beneficios de la paz y la tranquilidad. ¿Puede tener esto algo que ver con la elección de los hombres de tener sus propios apartamentos en lugar de quedarse en casa?

Cada uno es tentado. Cuando el esposo se da cuenta que el oído atento de su esposa ya no está, mientras que su esposa corre por las noches para estar lista para el siguiente día, la tentación está tocando a su puerta. Ya que los hombres no confían generalmente en otro hombre, ellos encuentran ese “oído atento y comprensivo” en otra mujer, usualmente, pero no siempre, en su trabajo. “Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1: 14-15). Sí, la muerte – muerte del matrimonio en proporciones epidémicas.

Cuando su esposo le anuncia que se va, ella es la primera en decir “vete” o “no dejes que la puerta te golpee al salir.” De pronto, ella se encuentra sentada en un pequeño apartamento con un cheque de beneficencia y estampillas para comida. ¿Que pasó? Recuerda, todo comenzó con ella “trayendo un poco de ingreso.” Honestamente, el dinero y las profesiones simplemente no valen el precio que nosotras las mujeres estamos pagando.

Causa de tropiezo. “Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeños” (Lucas 17:2). ¿Está su trabajo fuera de la casa dando un mal ejemplo a otras mujeres? ¿Hay alguien que ha visto la maravillosa vida que usted refleja y ella ha decidido regresar a trabajar porque le funciona tan bien a usted? ¿O está ella tratando de quedarse en casa pero su esposo cree que ella es una no hace nada porque tu esposo le ha dicho a su esposo cuánto dinero traes tu a casa?

Lecho sin mancilla. Si usted está trabajando mientras sus hijos están en la escuela, usted no estará allí para cuando ellos regresen de la escuela. Muchas mujeres creen que el “tiempo apropiado” para ir a trabajar (o regresar a estudiar) es cuando sus hijos están en la escuela. Muchos niños estan pasan horas pegados frente al televisor viendo programas inmorales. No los deje en ese lugar de tentación. Estudios alarmantes revelan que la cama de los padres es el lugar en el que se dan la mayoría de las relaciones sexuales prematrimoniales, cuando los padres están fuera trabajando. Considere lo que dice Hebreos 13:4 “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.”

Comer un pan de fatigas. Se escribe artículo tras artículo para darle a las mujeres consejos sobre cómo hacer que sus esposos les ayuden en la casa, ya que las mujeres están ayudando con los ingresos. Todos esperan que ellos hagan “su parte” de los quehaceres del hogar. Los estudios han confirmado lo que las mujeres ya sabemos: La mayoría de los hombres rara vez ayudan en el hogar. Las mujeres se están matando “haciéndolo todo.” Damas, Dios nos dice que “tenerlo todo” es vanidad. “De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor, cuando Dios lo da a sus amigos mientras duermen” (Salmos 127:2).

No existe. Una esposa trabajadora es financieramente imprudente. Muchas madres sienten que deben trabajar fuera de la casa con el fin de cumplir. Ella gana más, pero luego termina pagando más impuestos e incluso gasta más. En lugar de reducir los gastos comprando sabiamente o haciendo un poco del trabajo por ella misma, ella debe conformarse con los precios más altos. “No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas” (Proverbios 23:4). Si usted se pregunta a dónde se va ese dinero extra, aquí están sólo algunas mujeres que han compatido sus experiencias sobre trabajar y gastar.

“La comida que compro usualmente está lista o parcialmente preparada, comida rápida o comida de restaurante por la rapidez y la conveniencia. Esto ocurre casi cinco veces a la semana. Simplemente estoy muy cansada para cocinar, y siento que me merezco un descanso.

“ Ya no compro en los lugares y de la forma que solía hacerlo. Compro ropa a precios regulares en lugar de comprar en liquidación, o comprar en las ventas de garage y en las tiendas de segunda mano o confeccionarlas yo misma, lo cual me encantaba hacer. Me he dado cuenta que no mantengo la ropa de la familia en buenas condiciones (remendada y planchada) como solía hacerlo. En lugar de eso, la regalo y compro nueva.”

“Me he dado cuenta que necesito más ropa por persona. La ropa extra es necesaria para mis hijos y mi esposo porque no puedo lavar tan seguido como solía hacerlo. Además necesito mejor ropa para mí que nunca había necesitado antes de comenzar a trabajar.”

“Ahora que estoy trabajando, pensamos que podemos pagar una buena educación cristiana para nuestros hijos. Yo solía enseñar a mis hijos en la casa; ahora no tengo esa opción.”

“Solíamos tener sólo un vehículo. Me quejaba y pensé que ganaría mucha libertad. Ahora tenemos un segundo auto con los pagos que esto conlleva, seguro, mantenimiento y gasolina extra. En realidad no hemos salido adelante de ninguna forma. Ahora además de trabajar para pagar el auto, mi esposo me tiene corriendo por todos lados haciendo todas las cosas por él, ¡las cuales él solía hacer por mí!.”

“Creímos que estábamos haciendo más dinero hasta que llegó el tiempo de pagar impuestos. Nos dimos cuenta que en lugar de ahorrar más dinero, pagamos impuestos más altos porque ahora estamos en una banda impositiva superior.”

“Para cuando pago por el cuidado de nuestra única hija después de la escuela y el recibo de la guardería, me di cuenta que es cerca de la mitad del salario mínimo.”

Enseñando lo que es bueno. Si usted es una mujer mayor que trabaja fuera de la casa, no tendrá el tiempo libre para cumplir el mandamiento dado a las mujeres mayores de enseñar a las mujeres jóvenes. Tito 2: 3 – 5 dice, “A las ancianas ... Deben enseñar lo bueno, y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios”. Por supuesto, sabemos que el ejemplo de una esposa que trabaja fuera de la casa lo dice todo. Muchas mujeres mayores realmente no necesitan el dinero; ellas no saben qué hacer con su tiempo, o sienten que se van a enloquecer porque tienen a sus esposos jubilados todo el tiempo cerca de ellas. Aquí hay algunas sugerencias:

En lugar de pasar tiempo en el trabajo, ¿por qué no ayudar a las madres jóvenes e inexpertas? Las mujeres jóvenes a menudo no son guiadas por sus propias madres y podrían aprovechar su ayuda con consejos piadosos y dirección sobre cómo criar y disciplinar a sus hijos de forma adecuada. Usted además estará disponible para estar con su propia hija o nuera durante o después del nacimiento de sus nietos.

Si usted se queda en su casa en lugar de regresar a la fuerza laboral, usted estará disponible para abrir su casa a la hospitalidad, para la guianza espiritual o como un “refugio” para las mujeres jóvenes que están experimentando un día difícil.

Muchas mujeres mayores están compartiendo las filosofías del mundo sobre el matrimonio y la crianza de los hijos porque, mientras trabajan, están inundadas con las opiniones del mundo. Esto en última instancia las vuelve totalmente ineficientes en lo que respecta a la orientación espiritual, ya que se han rodeado de la charla tonta e ideas del mundo.

Mujeres mayores, tenemos una influencia vital en la sabiduría piadosa, pero se perderá si usted elige el camino del mundo en lugar del camino de Dios. “A las ancianas ... ¡deben enseñar lo que es bueno!” (Tito 2:3).

Ganado sin una palabra. La pregunta es, ¿qué pasa si un esposo le dice a su esposa que ella debe trabajar? Antes que nada, dece cuenta que es el lugar de su esposo rescatar el día. El es el salvador del cuerpo. “Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios 5:23). Muchas veces, es la esposa la que sugiere que ella debería regresar a trabajar, dirigir un negocio desde casa o recortar los gastos. ¡Sólo quédese callada! “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa” (1 Pedro 3:1 - 2). Quédese quieta, cállese y ore cuando haya una crisis financiera, y deje que su esposo haga lo que sienta que debe hacerse. Respételo quedándose en silencio y aceptando sus sugerencias, incluso si sus sugerencias son que usted regrese a trabajar – entonces confíe en Dios para librarla. (Lea “Ganado sin una Palabra”).

Busqué al Señor. ¿Qué pasa si su esposo insiste en que usted regrese a trabajar, o si usted sugiere por error regresar a trabajar, o qué pasa si su esposo la ha dejado? “Busqué al Señor, y Él me respondió; me libró de todos mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de verguenza” (Salmo 34: 4- 5). Mientras usted busca al Señor en su angustia, ¡tendrá la bendición adicional de lucir radiante! En mi búsqueda del Señor por su respuesta, me topé con una verdadera sorpresa. Larry Burkett escribió un libro titulado Mujeres Dejando el Trabajo, ¡los testimonios son sorprendentes! Estos le demostrarán la fidelidad de Dios para con la esposa. Evite las medidas financieras que el Sr. Burkett le da para volver a casa o quedarse en casa. Aférrese a los testimonios ya que le inspirarán a confiar totalmente en Dios y no depender de las "obras de la carne." ¡El punto es obedecer a su esposo y orar! Dios te concederá las peticiones de tu corazón de permanecer o regresar a casa. Ore para que el Señor le de el favor de su esposo, tal como lo hizo con Daniel cuando él no se contaminó con la comida del rey.

Testimonio 1: Recientemente oré por una mujer a quien le dijeron que ella jamás tendría hijos. Sin embargo, Dios tiene la última palabra y ella concibió. Ella y su esposo siempre habían vivido con un doble ingreso, así que sus familias continuaban tratando de hacerla reconsiderar ser una madre que se quedara en la casa. Desesperada, ella adquirió este libro de Larry Burkett y sintió completamente DESANIMADA, ya que Larry enfatiza la necesidad de “planificar” y “¡ahorrar fondos antes de tiempo!” Le dije que DEJARA de leer lo que él escribió y que leyera los testimonios. ¡Animada en su fe, ellos tuvieron a su bebé, ella se está quedando en la casa y ellos viven mejor ahora que cuanto tenían dos ingresos! ¡Este es Dios recompensando a aquellos que creen en El, no en ellos mismos o en un segundo cheque!

Testimonio 2: Estela* llegó a la congregación con un gran dilema. Su esposo que la había dejado por otra mujer le estaba pidiendo que regresara a trabajar. Las hijas de Estela recién habían entrado a la secundaria y ella siempre había planeado quedarse en casa con ellas durante este tiempo crucial de sus vidas.

Esa noche, todas oramos fervientemente al Señor que la liberara. Además le aconsejamos que se sometiera a su esposo y que hicieran un currículum juntos, como él le había pedido. La semana siguiente ella compartió que no importaba lo duro que tratara, no podía ni siquiera lograr una entrevista (incluso con su increible experiencia y referencias). Por semanas, continuamos orando por su liberación. El esposo de Estela se estaba acercando a ella mientras ella se sometía a su solicitud. El había comenzado a debilitarse en su deseo de que ella trabajara, ¡y entonces le dijo que regresaría a casa con ella y sus hijas en los próximos meses!

Sin embargo, una noche cuando entré a la congregación las mujeres habían llegado antes y estaban en ferviente oración de nuevo. Cuando me les uní, me sorprendí por lo que escuché. Estela y las otras mujeres estaban orando de forma diferente. ¡Ellas estaban orando para que ella adquiriera un trabajo en una prestigiosa firma legal en la que se había entrevistado esa mañana! Confronté a Estela y al grupo, pero ellas insistían en que esa debía ser la dirección del Señor.

Estela obtuvo el prestigioso trabajo. Ella ha estado trabajando en el centro de la ciudad con su nuevo estilo de cabello y su ropa fabulosa. Hace casi siete años desde que su esposo le dijo que regresaría a casa. Si eso no fuera suficientemente triste, una de sus hijas se dio cuenta que estaba embarazada durante su último año en la escuela superior, y su otra hija se involucró al siguiente año con un hombre divorciado mucho mayor que ella. Testimonio 3: Bobbie* estaba confiando en el Señor en cuanto a su matrimonio y tratando de aprender a ser una esposa sumisa, aunque su esposo estaba viviendo con otra mujer. Una noche, su esposo le dijo que tendría que vender el auto de ella para ayudar con algunas de sus deudas. El prometió que le daría algo más en que conducirse. (El auto había sido un regalo de la madre de Bobbie, estaba en buena condición y estaba pago). En sumisión, Bobbie puso un anuncio en la ventana del auto con su número de teléfono. ¡Sin embargo, ella oró como loca por su carro para que “no se vendiera”! El entonces decidió poner el precio en el anuncio y lo bajaba cada semana. Aún así, no había llamadas. Entonces, una tarde, él expresó lo increíble que era que nadie quisiera ese buen vehículo. ¡El le dijo a Bobbie que había hecho otros arreglos y que quitara el aviso de la ventana del auto!

Bobbie conservó el auto que el Señor protegió por años. Aunque el auto tenía 15 años, su mecánico le dijo que tenía muchas, muchas millas más por andar. Ella dice que lo conserva porque le recuerda la fidelidad de Dios ¡y se lo dio a sus hijos para que lo condujeran!

Tal es el caso de Sara que obedecía a Abraham. “Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban en Dios, cada una sumisa a su esposo. Tal es el caso de Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor. Ustedes son hijas de ella si hacen el bien y viven sin ningún temor” (1 Pedro 3:5 - 6). Si su esposo está firme en la idea de obtener mayores ingresos, siga los pasos a continuación:

¡Primero, segundo y tercero, usted debe orar, orar y mantenerse orando y confiando en Dios! Pídale a Dios que cambie el corazón de su esposo, que provea el dinero que ustedes necesitan y que le ayude a reducir sus cuentas. La deuda es realmente el problema, así que pídale que la saque de las deudas.

El está listo para ayudar. Lo más importante, tenga su corazón firme en permanecer en su casa. “El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles...” (2 Crónicas 16:9). Si usted cambia de parecer y quiere ese grandioso trabajo, entonces Dios ciertamente se lo dará.

Cuidado. ¡No cuide a los niños de otras “mujeres trabajadoras” para completar sus ingresos! Usted está alentando a esas madres a permanecer en el lugar de trabajo con toda la destrucción que vendrá sobre sus familias. Además, ellas se sentirán seguras, sabiendo que sus hijos están bajo el cuidado de una “buena mujer cristiana.” No sea engañada en pensar “Bueno, si ellas tienen que trabajar, sus hijos merecen un cuidado cristiano.” Lea el libro Who Will Rock the Cradle? (Vea nuestra Lectura Sugerida al final del libro). Si una mujer le pide que cuide a sus hijos mientras ella trabaja, ayúdela temporalmente mientras usted la alienta a quedarse en casa.

Lo convierte de nuevo. Aproveche cada oportunidad de compartir con las mujeres trabajadoras sobre la destrucción que trae el trabajar fuera del hogar, especialmente si tienen hijos pequeños o adolescentes. "Hermanos míos, si alguno de ustedes se extravía de la verdad, y otro lo hace volver a ella, recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío, lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados" (Santiago 5:19-20). ¡Recuérdele a ella que sus hijos necesitan de su madre; todo lo demás es un engaño! Recuerde, el enemigo es el autor de la mentira. ¡Él es un ladrón! No se convierta usted misma en una madre de la mentira.

Tranquilidad. Muchas mujeres que tienen guarderías en sus hogares han sacrificado las necesidades de sus propios hijos y familias. Sus hijos adquieren muchas influencias destructivas y enfermedades infecciosas. La tranquilidad de sus hogares es destruida definitivamente. "Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete donde hay discordia" (Proverbios 17:1).

Mayordomía

Deuda. Sin duda la mayor razón por la que las mujeres tienen que trabajr es que somos una sociedad en deuda. En lugar de esperar por las cosas que queremos, compramos al crédito. En lugar de vivir por nuestros medios, vivimos por encima de ellos. Romanos 13:8 nos dice “No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.”

Saliendo de las deudas. Debemos orar y trabajar con Dios para salir de las deudas. Este debe ser el deseo de nuestro corazón (y nuestras oraciones). Rendir esta situación a Dios puesto que entre más tratamos o esperamos que nuestros esposos traten, peor se pone la situación de las deudas. A menos que abracemos este deseo, las mujeres seremos (o ya hemos sido) “forzadas” a trabajar. “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10). El plan del enemigo es robarse a nuestros hijos (en la guardería), dividir nuestros hogares (con dos trabajos), y en última instancia destruir nuestra familia (a través del divorcio o el adulterio). Presente esta situación a Dios y confíe en que para El no hay nada imposible.

Pero él gasta demasiado. Muchas mujeres culpan a sus esposos por sus gastos excesivos, y muy a menudo esto es cierto. Sin embargo, su exceso de gastos no es nuestro problema. Afortunadamente es problema del Señor porque las mujeres no son cabeza de sus esposos. “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo” (1 Corintios 11:3). No diga nada sobre sus gastos (gánelo sin una palabra). Dele el respeto que Dios nos manda a darles. “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras” (1 Pedro 3:1). Además, debe asegurarse que la viga no está en su ojo. ¿Está usted gastando en exceso también? Testimonio: Shari* aprendió el concepto de salirse de las deudas y nunca más quiso utilizar una tarjeta de crédito. Sin embargo, ella no era la que realmente gastaba en la familia. Su esposo, quien la había abandonado, era el que gastaba en exceso. Sin embargo, Shari quería hacer lo que fuera para no tener que usar una tarjeta de crédito, y dejar a su esposo en las manos del Señor. Ella declaró el verso en 1 Corintios 7:14. “Porque el esposo no creyente ha sido santificado por la unión con su esposa...”

Cuando ella necesitaba ropa interior nueva para uno de sus hijos o un corte de cabello para ella, su esposo le decía que lo cargara a la tarjeta porque las cosas estaban “un poco apretadas.” Gentilmente, ella le dijo “pensándolo bien, puedo esperar por el corte de cabello y será fácil reparar la ropa interior.” Perplejo, él le pidió que le explicara por qué no hacía el cargo a la tarjeta. Ella respetuosamente le contó a su esposo lo que había aprendido y su deseo de no poner a su esposo en mayores deudas. El le dijo que estaba “bien” hacer los cargos, pero que era su desición.

Shari aprovechó esta oportunidad para entregarle a su esposo todas sus tarjetas (un salto de fe para ella) ya que Dios bendijo a Shari por su fidelidad. Shari está de regreso con su esposo, y ellos están trabajando juntos para salir completamente de las deudas. Su esposo le dijo que, cuando ella no compró la ropa interior o dejó de cortar su cabello a causa de sus convicciones acerca de no usar más las tarjetas de crédito, ¡él estaba seguro de que ella realmente se había enloquecido! ¡Alabado sea el Señor que el marido de Shari también ha dado el paso!

Contentamiento. Como mujeres, debemos comenzar por contentarnos y vivir dentro de los medios y provisiones que nuestros esposos cómodamente pueden proporcionar. “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre” (Filipenses 4:11). “Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso” (1 Timoteo 6:8). Al recordar estar contentas, podemos ayudar a nuestros esposos a cumplir el siguiente versículo: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8). Las revistas, los comerciales y las vitrinas nos tientan a querer cosas de las cuales ni siquiera sabíamos o sin las que podríamos vivir. Hágase un favor y aléjese de la tentación.

Fe. ¡Las mujeres necesitamos tener fe que Dios proveerá para nuestras necesidades, y frecuentemente, para nuestros deseos también! “Pon tu esperanza en el SEÑOR; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el SEÑOR!” (Salmo 27:14). Cuando he necesitado algo, se lo he presentado al Señor, y me he regocijado cuando de alguna forma El me bendice con más de lo que yo esperaba. Esto ha sido especialmente cierto desde que me convertí en una madre soltera de seis hijos que aún viven en la casa. Aunque yo debería (y mis hijos deberían) recibir menos, lo opuesto es la verdad – nunca hemos sido más bendecidos con regalos inesperados o precios especiales cuando estamos buscando algo que necesitamos. No deje que la “mentalidad de pobreza” se meta en su cabeza o en sus conversaciones “¡no podemos pagar por eso!” ¡El Señor es el mejor y más fiel Esposo que una familia puede necesitar, así que dele a El la alabanza y confíe en Él por lo menos tanto como antes usted solía confiar en que su esposo proveería!

Amor al dinero. El Dr. McGee una vez dijo que no era el dinero el que era malo, sino el “amor” al dinero. “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores” (1 Timoteo 6:10). “Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen...” (Hebreos 13:5). Las mayores trampas cuando usted tiene el “amor al dinero” son:

Sumergiéndose más en la deuda. Una vez que la esposa comienza a trabajar, en lugar de salir de las deudas, la pareja probablemente se meterá en deudas más grandes. Usted compra más y aumenta su nivel de vida.

"No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas" (Proverbios 23:4).

Sentirse atrapado. Muchos hombres que cayeron en la inmoralidad con alguien en el trabajo, expresaron su deseo de abandonar sus empleos o posiciones, pero se sintieron atrapados a causa de las deudas. "Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo"(1 Corintios 6:18). En RMI, vemos que la mayoría de los hombres que caen en adulterio lo han hecho en su lugar de trabajo. Puede que ellos no tengan la fuerza espiritual para "huir" puesto que sus familias dependen de sus salarios. José tenía la fuerza espiritual, oremos para que su esposo tenga la misma fuerza espiritual. "Entonces la mujer de Potifar lo agarró del manto y le rogó: ¡Acuéstate conmigo! Pero José, dejando el manto en manos de ella, salió corriendo de la casa" (Génesis 39:12).

Deje de comprar. Una forma de parar con el modo de gastos es organizando el desorden en su casa. Lea el libro de Don Aslett llamado Clutter ́s Last Stand acerca de organizar su vida. A medida que empiece a ver una gran cantidad de sus posesiones como desorden, usted dejará de hacer compras innecesarias.

¡Funcionó para mí!

Pero el SEÑOR juzga los motivos. Ore por su esposo para que sea capaz y esté dispuesto a mantener a su familia. Una de las razones por las que su esposo no está apoyando a su familia plenamente puede ser debido a que usted maneja las finanzas. Un hombre es arrancado de su masculinidad cuando su esposa paga las cuentas. Los hombres no son conscientes de cuánto dinero entra y cuánto sale. Si él está a cargo, puede verser motivado a trabajar más para ganar más o de recortar sus gastos y los de él.

Muchas mujeres se sienten muy incómodas cuando sus maridos controlan las finanzas. Les parece que es demasiada sumisión. Muchas mujeres no quieren que sus esposos sepan incluso cuánto dinero gastan o en qué lo gastan. Ellas preferirían "controlar" el dinero. Este es un gran error. Podemos decir que manejamos las finanzas porque somos mejores con los números, tenemos más tiempo o somos más responsables, pero Proverbios 16:2 dice: “A cada uno le parece correcto su proceder, pero el SEÑOR juzga los motivos”. ¡Tenemos que estar bajo la autoridad de nuestros esposos en todo! “Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” (Efesios 5:24). Confíe en la Palabra y pruebe este método de que su esposo controle las finanzas y la chequera. Oberve si usted no tiene un mejor esposo y un esposo más responsable a quien amar y respetar.

Testimonio: Debbie* y Nancy* fueron a la escuela juntas. Se casaron con una semana de diferencia la una de la otra. Sin embargo, las dos tenían conceptos totalmente diferentes sobre quien debía controlar las finanzas. Ambos esposos eran muy irresponsables con el dinero. Debbie decidió que para salir adelante, ella debía hacerse cargo. Nancy, por el otro lado, había visto la destrucción que ocurrió en su familia mientras crecía y su madre controlaba la chequera y pagaba las cuentas. Así que ella sabía que Dios debía tener un mejor plan para ella.

Estas señoras han estado casadas por dieciocho años. Debbie ha trabajado todo el tiempo que lleva casada y aún viven en el mismo condominio que compraron después de casarse. Una vez, cuando era el cumpleaños de Debbie, Nancy le preguntó al esposo de Debbie qué le daría para su cumpleaños. Avergonzado, el señaló que no tenía forma de darle algo. Dijo que si él le pedía un poco más de dinero a ella, ella preguntaría ¿para qué?, a lo cual ella respondería entonces que no necesita nada y allí terminaría el asunto. Su esposo sí tenía un buen corazón. El terminó llendo a la tienda de abarrotes donde ella trabajaba como cajera y le había llevado un ramo de flores. El dijo que era la única forma en la que podía sorprenderla.

Nancy sabe que ella tomó el camino correcto. Su esposo ha sido el único proveedor por muchos años y tienen una casa grande con terreno para ellos y sus hijos. ¡El bono extra de aplicar este principio bíblico, aunque ella no sabía que era un principio bíblico, es la razón por la cual ella es una mujer bendecida! Ella tiene muchas joyas bellas, un armario lleno de ropa hermosa, e incluso un abrigo de piel. Ella dice que jamás se habría comprado todas estas cosas, ¡pero su esposo insitió! Además dice que ella no ha tenido un sólo día de preocupación o de insomnio por la falta de dinero, aunque las cosas se han puesto apretadas en algunas ocasiones.

Tal vez usted no quiere joyas o un abrigo de piel, ¡pero estoy segura que usted agradecerá tener un esposo que le demuestre cuánto la aprecia y que asume las cargas de su vida!

Servidor de todos. Muchas mujeres sienten que no están utilizando sus “talentos dados por Dios” si se quedan en la casa a cuidar de su esposo y sus hijos, pero ese no es el mensaje de Cristo. “Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9:35). Jesús habló esas palabras a los apóstoles cuando ellos trataban de competir para ver quien era el más importante. Jesús les dijo además de sí mismo “así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir” (Mateo 20:28). Jesús podría haber sido cualquier cosa que quisiera. Pero, El “eligió” servir. Usted también tiene muchos talentos. ¿Eligirá usted seguir a Cristo en la servidumbre? Ciertamente no hay mejor lugar para ser una servidora que como esposa y madre, cuando tenemos en cuenta la Palabra de Dios. ¡El dice que nosotras somos “Importantes”!

Oremos todas el salmo 37: 4 -9 en nuestros corazones. “Deléitate en el SEÑOR, y Él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en Él, y Él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. Guarda silencio ante el SEÑOR, y espera en Él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra.” (Salmo 37: 4 – 9)

¿Qué pasa si estoy divorciada?

Ya que ahora estoy divorciada, puedo comprender a aquellas de ustedes que les encantaría quedarse en casa, pero deben mantener a su familia. Desde que mi esposo se negó a pagar la manutención infantil, y yo firmé los papeles aceptando eso, estoy exactamente donde usted se encuentra (o tal vez en una posición más difícil, ya que tengo seis hijos que viven en el hogar). Dios permitió esto porque El quería que yo fuera capaz de alentarla a usted.

Primero, si aún no lo ha hecho, tiene que tomar a Jesús como su Esposo. Aunque a veces me refiero a mí misma como una “madre soltera,” esto abre una puerta para contarles acerca de convertirse en la Novia del Señor, que es mucho mejor que ser una esposa. Una esposa es el complemento del hombre, pero nuestro Hombre, Jesús, es completo en sí mismo. Una esposa es además una ayuda idónea, o una compañera , pero Jesús tiene el Espíritu Santo; ¡entonces, simplemente podemos ser Su novia!

Cuando usted piensa en una novia, usted probablemente pensará en una mujer enamorada, una mujer que es amada, apreciada y bien cuidada. Con esto en mente, ser al único proveedor no encaja en la imagen. Yo creo fervientemente en esta promesa, “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). ¿Usted cree eso? Si usted dice, “Sí”, entonces dejemos que cada una de nosotras comience a confiar en el Señor en todo; incluyendo, y especialmente, nuestras finanzas y satisfacer las necesidades de nuestra familia.

Al principio, hice mi mejor esfuerzo por saber cuáles eran las cuentas que habían, el dinero que ingresaba, etc., etc. ¡Cuando usted se fija en cosas como estas, su fe definitivamente está siendo probada!! Mientras me sentía más y más abrumada con la cantidad de dinero que necesitaba, más se lo dejaba a Dios. ¿Sabes que es por eso que Él sigue trayendo esas cosas a tu vida? No es el diablo, sino Dios, que quiere que por fin le entregues todo a El. Sin embargo, si usted se está quedando sin dinero, asegúrese de tomarse el tiempo de aprender y practicar el diezmo. ¡Si me dice que no puede permitirse el lujo de diezmar, le diré que no puede darse el lujo de no hacerlo! No importa lo que pase, aquellos que diezman saben que cuando lo hacen, siempre tienen suficiente, aunque parezca imposible que ellos puedan tener suficiente. Lo contrario también es cierto, aquellos que no diezman siempre están en necesidad. Es el único principio en el que Dios nos dice "Pruébame". Así que adelante, pruebe este principio. Si usted quiere entender mejor el diezmo, lea "Abriendo las Ventanas de los Cielos."

Cada vez que rendí mis finanzas al Señor, me di cuenta que tenía suficiente, y el estrés (que suprime al Espíritu Santo) disminuía. Sin embargo, mientras más me fijaba en eso, hacía cuentas, planificaba y trataba de ahorrar o cortar gastos, más me faltaba lo que necesitaba y me sentía más estresada. El Señor me preguntó una vez ¿por qué confiaba más en mi esposo de lo que confiaba en El como mi esposo? Vaya eso me afectó. Les puedo decir que no es fácil, pero una vez se disciplina a usted misma a simplemente confiar sus finanzas al Señor, ¡Él se encargará de usted más allá de sus sueños más extravagantes!

¿Y qué pasa con su trabajo? Creo que cada una de nosotras somos llamadas a un ministerio; punto. Nuestro ministerio está en nuestros hogares y en el lugar donde trabajamos. Confiar a Dios sus finanzas será el comienzo de confiar en Dios para que le permita quedarse en casa y salir del trabajo, si este es el deseo de tu corazón. Muchas más mujeres (y hombres) trabajan desde la casa, lo cual trae los mismo beneficios que mencioné en este capítulo. Usted podrá decirme que debido al tipo de trabajo que usted realiza, no podría hacerlo desde su casa, ¿pero quién sabe los planes que Dios tiene para usted? Sus caminos y Sus planes están más allá de los nuestros. Nuestra parte es solamente rendirnos a El una y otra vez. ¡El hace el resto!

La mayoría de nosotras debemos esperar a que Dios actúe. Si usted ha sido llamada a esperar a que el Señor la regrese a su casa, asegúrese de aprovechar bien el tiempo que le queda en el trabajo y de mantener una actitud adecuada. Tampoco tiene que contarle a todos, Dios conoce su corazón. ¡Por favor, por favor, por favor no busque a su ex esposo para que le brinde ayuda! Esto es una trampa. No deseo lo que mi ex marido pueda darme aunque tenga un buen trabajo y fuera generoso con sus ingresos. ¡Es a propósito que no acepto nada de él ya que deseo que mi Esposo tenga toda la gloria que se merece! Mi Esposo tiene recursos ilimitados y le encanta bendecirme (y a usted). ¡Así que, búsquelo sólo a Él para todo y sea bendecida sin medida! ¡Dios me ha puesto a propósito en esta posición de no tener ayuda, seis niños, y todos mis libros robados y destruidos para probar el punto de que no hay nada que Él no puede hacer! Nada es imposible para él. La elección es suya. ¿Va a confiar en él, o va a utilizar sus recursos limitados para proveer para su familia o para usted misma?

¿Qué pasa si aún estoy soltera, y/o no he tenido hijos aún?

Para aquellas de ustedes que aún están solteras, es casi seguro que necesiten trabajar. Algunas mujeres están trabajando desde sus hogares, lo cual ha demostrado ser un medio ambiente que se adapta bien a las mujeres, ya que a menudo se alivian algunas de las presiones e influencias impías que se producen en el lugar de trabajo.

Lo más importante es mantenerse en la voluntad de Dios. Aunque he animado a mi hija mayor a no buscar seguridad económica en la fuerza laboral, la he animado a buscar al Señor para que esté preparada para cumplir el llamado que El tiene en su vida. Ella ha trabajado para mí como tutora y niñera de mi hijo menor, y ha tomado algunos trabajos pagados dentro de su iglesia, para que esté lista para ser la esposa de un pastor (el deseo del corazón de ella). He animado a todas mis hijas a que me ayuden a preparar los alimetnos, a ser niñeras y ayudar en la guardería de la iglesia para prepararlas en sus futuros roles como esposas, amas de casa y madres.

El Señor comenzó indulgentemente preparándome para ser madre cuando yo era jóven, proveyéndome de muchas oportunidades para cuidar a mis sobrinas y sobrinos. Además ayudé a mi hermana y mi cuñada cuando lo necesitaban y trabajé en la guardería de una iglesia antes de casarme. Mediante la siembra en la vida de estas madres y niños, el Señor me preparó y me bendijo con la capacidad para cuidar de mis propios hijos.

Sin embargo, yo no fui bendecida con la preparación para ser una ama de casa, como aquellas de ustedes que han leído mi libro workers@home. Por eso me he tomado tiempo para enseñar a mis hijas cómo hornear y cocinar para nuestra familia, además de cuidar a los niños y los bebés a través de su trabajo como niñeras voluntarias en la guardería de la iglesia.

No importa su edad, más allá de buscar mayor conocimiento intelectual a travéz de cursos universitarios, cumplir tu rol como ama de casa y madre es una misión que vale la pena afrontar. Busca al Señor para que revele su plan para ti. Sólo El sabe lo que tu futuro tiene preparado; por ello, ¡El te guiará a las experiencias correctas y las oportunidades para prepararte para tu asombroso futuro! La sabiduría contenida en este capítulo te ayudará mientras te preparas para tu futuro, ya que es la sabiduría que muchas de nosotras hemos ganado, puesto que tenemos hijos, esposos y hogares que cuidar. Búscalo con todo tu corazón para lograr la intimidad que lleva al contentamiento en cualquier situación, no importa donde te encuentres ahora, ¡espere a que su futuro se revele!

¡Dejemos que nuestros corazones regresen a casa!

Compromiso personal de obedecer el mandamiento de Dios de ser trabajadoras en la casa y enseñar esto a las mujeres jóvenes. “Basado en lo que recién he aprendido de la Palabra de Dios, rindo esta área de mi vida al Señor. Mi deseo será pedirle al Señor permanecer o regresar al hogar deacuerdo a Su voluntad. Es mi deseo ser una ayuda para mi esposo (si estoy casada) y enseñar y capacitar a mis hijos mientras doy gracias por el hogar que Dios me ha dado, cuidándolo bien y haciéndolo más que una prioridad en mi vida. Además, es mi deseo compartir amorosamente esta verdad con otras mujeres trabajadoras y orar para que ellas también regresen a su hogar. ”

Fecha: ___________________ Firma: _________________________________

Advertencia: Sea muy cuidadosa de los conceptos del comercio en multi-niveles, especialmente aquellos que le ofrecen grandes cantidades de dinero por poco trabajo. “El tacaño ansía enriquecerse, sin saber que la pobreza lo aguarda” (Proverbios 28:22). Muchos grupos le dicen que sólo se trata de que la gente firme, pero

Proverbios 13:11 dice, “El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece”. Lo más preocupante sobre el comercio en multi-niveles es la forma en que estos asesores hacen que usted explote a sus amistades.

Mientras escribía esto, hace años, recibí una llamada telefónica de un hombre a quien yo ni siquiera conocía. Dijo que había conocido a nuestra familia en una reunión hace años. Empezó a adular a mis hijos, mi esposo y yo, y siguió por varios minutos. Luego me enteré de la verdadera razón de su llamada: había un negocio en el cual estaba buscando individuos preparados como mi marido y yo. Esto ha ocurrido decenas de veces antes. "En sus palabras no hay sinceridad; en su interior sólo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños" (Salmo 5:9).

~ Selah ~

y el pan que come no es fruto del ocio.

-Proverbios 31:27

Está atenta a la marcha de su hogar,

Una Mujer Sabia Capítulo 12: La Marcha de Su Hogar

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