5. Distopias

EL PELIGRO INMINENTE

PRESENTAMOS DOS DISTOPÍAS IMPORTANTES

En la primera parte del siglo XX aparece una gran pérdida de confianza en la ciencia. Entonces surgen las anti-Utopías, las Distopías, un aviso sobre las cosas que estaban en camino en el futuro.

¿UN FUTURO MEJOR?

Samuel Butler (1805-1902) y su famoso Erehwon.

Erehwon es “nowhere” al revés y significa “en ningún sitio”, lo cual no parece excepcional. Presenta conceptos satíricos de tres ideas:

1. La muerte

2. Los derechos de los animales

3. Los derechos de las plantas.

Era en esencia una Utopía satírica, porque no estaba en oposición a Darwin. Su ironía se mostraba en tres capítulos con referencia a la evolución del hombre en relación con las máquinas. Hoy en día, su sátira está más cerca de la verdad de lo que Butler pudo imaginar en su tiempo. Y como es muy relevante hoy en día como advertencia que vale la pena considerar con sinceridad, la presentamos aquí.

Presentamos algunas claves con respecto a esta tema.

“Pero otras cuestiones surgen ante nosotros. ¿Qué es el ojo humano sino una máquina para que la pequeña criatura que se sienta en su cerebro pueda ver? Un ojo muerto es casi tan bueno como uno vivo durante un tiempo tras la muerte. No es el ojo el que no puede ver, sino el ser inquieto el que no puede ver con él.

¿Son los ojos humanos, o la gran máquina de ver la que nos ha revelado la existencia de mundos y de otros mundos más allá, hasta el infinito? ¿Qué es lo que ha hecho que el hombre se familiarice con el paisaje de la Luna, las manchas del Sol, o la geografía de los planetas?

El ser humano está a merced de la máquina de ver para estas tareas, y es impotente a menos que la adjunte a su propia identidad y la convierta en parte intrínseca de sí mismo.

“Y tomad el tan cacareado poder de cálculo humano. ¿Acaso no tenemos máquinas que pueden realizar todo tipo de sumas con mayor rapidez y precisión que nosotros? ¿Qué alumno aventajado de cualquiera de nuestros colegios Erewhon y universidades de Sinrazón puede comprarse de igual a igual con estas máquinas?

De hecho, en cualquier operación en la que haga falta precisión, el hombre se lanza a la máquina como opción preferible a sí mismo.

Nuestras máquinas de sumar nunca descuidan una cifra, ni nuestros telares una punzada; la máquina está alerta y activa, mientras que el hombre está cansado; tiene la mente fría y tranquila mientras que el hombre es corto y romo; no necesita reposar, mientras que el hombre debe dormir o caerse; siempre en su puesto, siempre lista para el trabajo, su ardor nunca decae, su paciencia nunca se agota; su poder es más fuerte que el de centenares de hombres, y más veloz que el vuelo de las aves; puede excavar la tierra y caminar sobre los ríos más largos sin hundirse. Este es el árbol verde; ¿qué será entonces cuando esté seco?

“¿Quién dirá que el hombre ve u oye de verdad? Es tal cúmulo y aglomeración de parásitos que no está claro si su cuerpo es más de ellos que suyo propio, o si en el fondo es algo más que otro montón de hormigas. ¿Y por qué no va el hombre a convertirse en una especie de parásito de las máquinas -un cariñoso áfido que cosquillea a las máquinas?

DEPENDENCIA

“...Aunque las máquinas nunca lleguen a oír tan bien ni a hablar tan sabiamente, siempre seguirán haciendo una cosa o la otra en beneficio nuestro, no suyo; el hombre será el espíritu gobernante y la máquina el siervo; tan pronto como la máquina deje de desempeñar el servicio que el hombre espera de ella, está condenada a la extinción; las máquinas guardan con el hombre la misma relación que los animales inferiores... le deben su existencia misma y su progreso a su capacidad de servir a los deseos humanos, y deberán ser ahora y siempre inferiores al ser humano.

“Todo eso está muy bien. Pero el sirviente se aproxima al maestro con movimientos imperceptibles; y hemos llegado a tal situación que, ahora mismo, el hombre debe sufrir terriblemente si deja de beneficiar a las máquinas.

Si todas las máquinas fueran aniquiladas de golpe, de modo que al hombre no le quedara ni un cuchillo ni un trozo de tela ni nada más que el cuerpo desnudo con el que nació, y si se le desposeyera de todo conocimiento de las leyes mecánicas de modo que no pudiera fabricar más máquinas, y si toda la comida hecha por máquinas desapareciera de modo que la raza humana quedara como desnuda en una isla desierta, nos extinguiríamos en un plazo de seis semanas.

Esto nos evita proponer la completa aniquilación de toda maquinaria, pero desde luego indica que deberíamos destruir tantas máquinas como nos podamos permitir, no vaya a ser que ejerzan una tiranía total sobre nosotros.

“Es cierto que, desde un punto de vista bajo y materialista, parece que los que más crecen son los que emplean maquinaria dondequiera que es posible usarla con provecho; pero ése es el arte de las máquinas -sirven para poder mandar.

Ellas no albergan resentimiento contra el hombre por destruir una raza entera de congéneres, siempre que cree otra raza mejor para sustituirla; al contrario, le recompensan con generosidad por haber adelantado su desarrollo. Es al descuidarlas cuando provoca su ira, o cuando usa máquinas inferiores, o cuando no se esfuerza lo suficiente por inventar otras nuevas, o cuando las destruye sin sustituirlas; pero eso es lo que debemos hacer, y además hacerlo rápido; pues aunque nuestra rebelión contra su poder naciente causará sufrimiento infinito, ¿adónde llegarán las cosas si no lo hacemos?

“Ellas se han alimentado de la abyecta preferencia humana por los intereses materiales sobre los espirituales, y le han traicionado al hacerle suministrar ese elemento de lucha y guerra sin el cual ninguna raza puede progresar. Los animales inferiores avanzan porque luchan entre sí; los más débiles mueren, los más fuertes se aparean y transmiten su fuerza.

Las máquinas, al ser incapaces de luchar, han conseguido que el hombre luche por ellas: mientras cumple esta función sin rechistar, todo va bien -o al menos así lo cree; pero en el momento en que deja de esforzarse al máximo por el progreso de la maquinaria animando a las buenas y destruyendo a las malas, queda atrás en la carrera de la competición; y eso significa que experimentará incomodidad de varias maneras, y quizá muera.

“De modo que incluso ahora las máquinas sólo sirven a condición de que se las sirva, y eso en sus propios términos también; al instante en que no se cumplen sus términos, se retiran, y ya se machacan a sí mismas y a cuantos estén a su alcance, o se vuelven hoscas y se niegan a trabajar.

¿Cuántos hombres viven a esta hora en un estado de vasallaje en relación con las máquinas? ¿Cuántos pasan toda su vida, desde la cuna a la fosa, cuidándolas de día y de noche?

¿No está claro que las máquinas nos están ganando terreno, cuando pensamos en el número creciente de los que están sujetos a ellas como esclavos y los que dedican toda su alma al avance del reino mecánico?

SUPERIORIDAD

“Sin embargo, el aspecto más importante a considerar como motivo de alarma es que mientras antes los animales eran los únicos estómagos (medios de supervivencia) de las máquinas, ahora hay muchas que tienen estómago propio y consumen ellas mismas su alimento.

Este es un gran paso hacia su conversión en algo, si no animado, tan parecido a ello que no se distinguirá de nuestra propia vida en un grado mayor que los animales respecto de las plantas. Y aunque el hombre siguiera siendo en algunos aspectos el ser superior, ¿no está eso de acuerdo con la práctica de la naturaleza, que le permite cierta superioridad a animales que, en general, se han visto sobrepasados hace tiempo?

¿Acaso no le ha concedido a la hormiga y a la abeja retener superioridad sobre el hombre en la organización de sus comunidades y en los arreglos sociales, al pájaro en el vuelo, al pez en la natación, al caballo en fuerza y velocidad, al perro en sacrificio de sí mismo?

REPRODUCCIÓN

“Algunos con los que he conversado al respecto dicen que las máquinas nunca podrán convertirse en seres animados o cuasi-animados en tanto en cuanto no tienen sistema reproductor, ni parece que lo vayan a tener nucna.

Si se cree que eso significa que, por mucho que lo deseemos, nunca vamos a presenciar una unión fértil entre dos máquinas a vapor, con sus crías jugando al pie de la nave, lo admito de buena gana.

Pero la objeción no es demasiado profunda. Nadie espera que todos los rasgos de las organizaciones existentes ahora se repitan con fidelidad absoluta en una clase de vida completamente nueva. El sistema reproductor de los animales es muy distinto del de las plantas, pero ambos son sistemas reproductores. ¿Es que la naturaleza ha agotado sus fases respecto a este poder?

CUANDO LAS MÁQUINAS HACEN MÁQUINAS, ESO NO ES REPRODUCCIÓN

“.... (las máquinas) son complejas ahora, pero ¿cuánto más simples y más inteligiblemente organizadas pueden hacerse dentro de cien mil años?

Pues el hombre cree ahora que sus intereses le impulsan en esa dirección; emplea una cantidad incalculable de trabajo y tiempo y pensamiento para hacer que las máquinas generen otras cada vez mejores; ya ha conseguido hacer muchas cosas que en un tiempo parecían imposibles, y no parece haber límites para los resultados de las mejoras acumuladas si se les permite pasar con modificaciones de generación en generación.

Siempre hay que recordar que el cuerpo humano es lo que es porque ha asumido su aspecto actual a través de las circunstancias y los cambios ocurridos a lo largo de millones de años, pero esa estructura nunca avanzó a velocidad remotamente comparable con la que avanzan las de las máquinas. Este es el aspecto más alarmante de la cuestión, y se me debe disculpar que insista en él tan a menudo."

LA CATÁSTROFE DE LA RETIRADA

El aire que respiramos apenas es más necesario para nuestra vida animal de lo que el uso de cualquier máquina, con cuya fuerza hemos aumentado nuestro número, lo es para nuestra civilización; son las máquinas las que actúan sobre el hombre y lo hacen hombre, en la misma medida en que el hombre ha actuado sobre las máquinas y las ha hecho; pero debemos elegir entre la alternativa de soportar mucho sufrimiento ahora, o vernos arrumbados poco a poco por nuestras propias criaturas, hasta llegar a un rango tan inferior respecto a ellas como el de las bestias del campo respecto a nosotros.

“Ahí está el peligro para nosotros, pues muchos parecen inclinados a aceptar ese futuro tan deshonroso. Dicen que aunque el ser humano debe convertirse para las máquinas en lo que el caballo y el perro son para nosotros, aun así seguirá existiendo, y probablemente se encuentre mejor en un estado de domesticación bajo el gobierno benévolo de las máquinas que en su estado actual.

“El poder del hábito es enorme, y el cambio será tan gradual, que nuestro sentido de lo que le pertenece al hombre no se verá atacado ni escandalizado en ningún momento; nuestra esclavitud (a las máquinas) se extenderá sobe nosotros sin hacer ruido y con pasos imperceptibles.

EL PELIGRO DE VERDAD PARA LA EVOLUCIÓN HUMANA

El peligro de verdad que ha captado quien esto escribe es que las máquinas igualarían a tal grado los poderes del hombre, y disminuirían la seriedad de la competición, que muchas personas de constitución física inferior no serían infectadas y transmitirían esa inferioridad a sus descendientes.

Su temor es que la eliminación de la actual presión pueda causar una degenración de la raza humana, y es más, que el cuerpo entero pueda convertirse en algo puramente rudimentario, con el hombre mismo reducido a nada más que alma y mecanismo, un principio de acción mecánica inteligente pero sin pasión.

“¿Hasta qué punto", escribía, "no vivimos ahora con nuestros miembros externos? Variamos nuestro físico con las estaciones, con la edad, con el aumento o disminución de la riqueza. Si llueve, tenemos un órgano comúnmente llamado paraguas, diseñado para el propósito de proteger nuestras ropas o pieles de los efectos de la lluvia.

El hombre tiene ahora muchos miembros extra-corpóreos, que le resultan más importantes que gran parte de su pelo, o por lo menos que sus bigotes.

Su memoria se consigna en una libreta. Se hace más y más complejo a medida que se hace mayor; quizá se le vea con máquinas de ver, o quizá con pelo y dientes artificiales; si es un especimen realmente bien desarrollado de su raza, estará provisto de una gran caja con ruedas, dos caballos y un cochero.

¿Crees que es una exageración?

Registran una patente en 2005 para recrear mundos virtuales dentro del cerebro

Sony ha patentado una idea que permitirá crear mundos virtuales dentro del cerebro. Esos mundos podrán ser vividos con la misma intensidad que las experiencias reales. La técnica, aún no desarrollada, se basa en modificar mediante impulsos ultrasónicos el comportamiento de las neuronas de las zonas del cerebro relacionadas con la percepción.

El resultado previsto es que una persona sometida a estos pulsos de ultrasonido sea capaz de ver una película que en realidad sólo se proyecta dentro de su cerebro. La percibirá con un realismo jamás alcanzado, ya que el sujeto podrá, además de ver las escenas, oler, gustar y sentir sensaciones de la misma forma que lo haría en la vida real.

Lo que ha hecho Sony es idear un sistema para provocar efectos cerebrales concretos mediante la orientación específica de las ondas ultrasónicas. Lo que pretende es crear espacios virtuales dentro del cerebro, lo que supone un significativo avance en el concepto de la así llamada realidad virtual.

En contra de lo que comúnmente se piensa, el cerebro no refleja la realidad, sino que la interpreta.

Sólo nos ofrece una imagen de ella que fabrican ciertas zonas del cerebro adecuadamente activadas.

El conocimiento que tenemos del mundo es en realidad la traducción de acontecimientos físicos que hace el cerebro, convirtiéndolos en mensajes neuronales transmisores de información.

A continuación, a través de nuevas y complejas computaciones, el cerebro traduce estos mensajes a imágenes, convertidas por efecto de estos procesos cerebrales en lo que llamamos mundo real.

Por eso tiene sentido construir un aparato que mediante impulsos ultrasónicos provoque en el cerebro los mismos procesos creadores de realidad que usan habitualmente determinadas neuronas para manifestarnos el mundo.

Ciencia y ficción

La idea de Rees y Barrow ha sido respaldada por el filósofo de la ciencia Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, quien ha llevado al terreno de la lógica la propuesta de los astrofísicos en un ensayo titulado ¿Vivimos en un universo simulado?

Las conclusiones a las que llega Bostrom parecen sugerir que es más probable que la existencia del universo, y por lo tanto la nuestra, esté transcurriendo en una simulación.

¿Qué gran sorpresa?

Es algo que han dicho los maestros de Tao y Budismo durante más de cinco mil años. Y antes nadie escuchaba... y ahora tampoco.

Aldous Huxley (1894-1963)

La suya fue la anti-utopía considerada más pesimista y sarcástica. Al principio de su obra cita una frase del filósofo Berdiaeff.

"Las utopias parecen mucho más realizables hoy de lo que se creía antes. Y ahora nos hallamos ante otro problema igualmente angustioso: cómo evitar su realización definitiva."

Su preocupacion era el precio de las utopías presentadas y la tendencia de la civilización de reducir la libertad personal sistemáticamente . Su idea no está muy lejos de las de Samuel Butler.

Pero es interesante que en La Isla centrara sus ideas en una utopía positiva en un isla imaginaria, Pala, donde los habitantes, por medio de una educación inspirada en las filosofías espirituales orientales (en drogas).

En Pala lo que interesa es la experiencia mística del Todo, la relación de la Totalidad de las cosas con lo aparentemente particular. Aquí la vida consistía en la economía, la investigación y la vida holística y completa.

¿Es este el equilibrio que necesitamos para un regreso a la salud y la generación de respeto hacia nuestra propia naturaleza?