Los Avaros

利欲熏心

Greed Captivates the Hearts Tunnel

El Dinero hace Girar al Mundo

La adicción

Si uno es suficientemente sabio para comprender que la Codicia es la raíz de todas las fuerzas destructivas que están destrozando al ser humano y a su medio ambiente, entonces la pregunta es: ¿cómo puede administrarse el antídoto?

Para entender cómo puede conseguirse esto, uno tiene que aceptar con claridad de comprensión ocho ideas:

1. Que dentro de cada ser vivo hay una naturaleza verdadera y que es esa naturaleza la que maneja los organismos vivos.

2. Que el ser humano tiene su correspondiente naturaleza humana verdadera.

3. Que la verdadera naturaleza humana está completamente cubierta por una identidad que promueve ideas y conceptos de "yo" y "mío".

4. Que los conceptos de "yo" y "mío" son la base de la codicia y de todo el sufrimiento que brota de la codicia.

5. Que las acciones de los instintos de supervivencia de los animales que parecen similares a la codicia humana no tienen Identidad alguna relacionada con esa conducta.

6. Que la codicia puede eliminarse disolviendo los conceptos de "yo" y "mío" y empleando vigilancia constante para evitar su rebrote.

7. Que la medicina preventiva es mejor que cualquier cura.

8. Que se debe desarrollar y fomentar la confianza subsiguiente en la propia naturaleza de uno, cuya base es idéntica con la de todos los seres humanos.

Es importante entender cuán sutil es la adicción, cuáles son sus síntomas, y cómo los primeros conceptos de Identidad se introducen e el sistema durante la infancia. Los primeros contactos con los padres en los que estos demuestran que el bebé les pertenece son la primera indicación de que el niño tiene una Identidad dentro de sí mismo.

"Mi niño", percibido como señal dentro del útero, son las palabras fatales que inician la cadena de la codicia e inducen una dependencia más allá de lo natural. Las necesidades se convierten poco a poco en deseos a medida que la enfermedad de la codicia se transmite lentamente de padres a niño, y luego se ve aumentada por el contacto con los amigos y familiares, la escuela, la cultura, la iglesia y el Estado.

Hay que recordar que hay una gran diferencia entre estar en posesión del algo, incluida la idea de la aparente propia naturaleza, y aferrarse a ese concepto de la Identidad.

Es aferrarse a esa Identidad y a los venenos de esa Identidad lo que conlleva sufrimiento. Es el deseo de mantener las querencias y deseos de esa identidad lo que lleva al sufrimiento. Es el estado de estar en posesión del fruto de un deseo lo que se llama felicidad. Esta es la felicidad que es falsa y que sólo actúa como refuerzo de las acciones de la Identidad.

Es el deseo de posesión de algo tangible o intangible lo que trae expectativas y los distintos niveles de probabilidad de satisfacción percibida traen distintos niveles de sufrimiento. Está claro que uno no puede poseer el fruto de un deseo sin haber despertado antes el deseo, de modo que el deseo, acompañado por el sufrimiento, lleva al fruto de la "felicidad de la Identidad".

Esa felicidad de la Identidad refuerza el deseo y se produce una ronda continua de sufrimiento y felicidad. Ambos son falsos y ambos tienen que ver con la Identidad.

Puede verse fácilmente que el primer deseo de un abrazo generado por la identidad lleva al sufrimiento y que recibir ese abrazo genera el deseo de más abrazos. Está claro que hay que cortar el ciclo en algún punto. Hay dos lugares indicados:

1. En cuanto surge el primer elemento del deseo en la conciencia.

2. Antes de que se realice el fruto del deseo.

Por tanto, la estrategia tanto de la prevención como de la cura está clara:

Aprende cómo detectar la presencia de la Identidad y el deseo.

Aprende cómo abstenerte de aceptar la recompensa de la Identidad. Esto es lo que se llama Ecuanimidad verdadera, que es distinto de la indiferencia de la Identidad.

Los dos son la base de la atención aplicada.

Esa es la manera en la que se puede drenar el agua contaminada de la mente.

Es la lección básica que se debe enseñar en todas las escuelas.

La segunda lección consiste en aprender cómo usar la propia naturaleza en armonía y equilibrio con todas las herramientas disponibles de la mente. La educación en su mejor sentido comienza con el desarrollo de estos atributos junto con el aprendizaje de técnicas de cómo usar la mente con eficacia.

Todo lo demás es secundario, pero sin el desarrollo y fomento de estos primeros atributos, todo aprendizaje posterior se convierte en un lastre y en raíz de sufrimiento.