08. Observación Solar

La importancia del sol en el campo de la astronomía radica en que, al ser la estrella más cercana, nos brinda la posibilidad de observar fenómenos que no son observables en otras estrellas, como la estructura de su superficie, las manchas, etc. El Sol es la única estrella cuya superficie puede verse. [11] Galileo fue uno de los primeros astrónomos en observar las manchas solares, el siguiente gran paso fue dado en 1814 por el físico alemán Joseph von Fraunhofer gracias al uso del espectroscopio, aunque debemos mencionar que Isaac Newton en 1666 ya había observado el espectro solar, [16] Algo muy importante a tener en cuenta al observar el Sol es que no puede ser observado directamente, si se utilizan unos prismáticos es recomendable proyectar la imagen sobre una superficie, aunque la mejor opción es utilizar un telescopio con un filtro solar, existen tanto filtros solares como lunares, dada la desmesurada magnitud aparente que puede dañar la retina. [10] A nivel de astrónomo aficionado existen dos procedimientos principales para la observación solar, una es la proyección, la otra es la directa por helioscopio. Para la primera es necesario un

telescopio de abertura mediana de más de 75mm, mientras que para la segunda sólo son necesarios unos pequeños anteojos. Para aperturas de 200mm o más no es aconsejable observar el Sol ya que se genera una fuente de calor en su foco demasiado intensa, la solución pasa por la fabricación de un iris (un diafragma hecho, por ejemplo, con una cartulina). Al utilizar la proyección sobre papel también se debe tener en cuenta la utilización de un parasol para obtener sombra sobre la pantalla y conseguir de esta forma una mejor imagen. El uso de filtros no se recomienda para telescopios con anchuras superiores a 60mm, pero es peligroso su uso ya que la calor podría quebrarlos justo cuando estamos usando el telescopio, los filtros sugeridos son los verde - amarillento. Para la observación de manchas solares también debemos tener en cuenta la siguiente relación:

W = 10 · G +F

Donde G es el grupo de manchas, F el número total de manchas o focos y W el número provisional de Wolf, esta fórmula nos sirve para seguir el índice de actividad (aunque este sea algo subjetivo) debemos realizar una corrección partiendo de los datos que realiza el centro coordinador mundial de observaciones heliofísicas. [22]

Aunque a nivel profesional el telescopio de mayor relevancia en la Tierra es el McMath-Pierce con un espectófrafo de 22 metros y una distancia aproximada de 115 metros de tubo. [27]

Además para la observación solar es conveniente tener el aparato en órbita para no tener la distorsión causada por la atmósfera. Por ello hoy en día además de la utilización de los telescopios terrestres se han utilizado diferentes misiones espaciales aquí tenemos una relación de las más importantes:

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Por otra parte un aparato muy importante a tener en cuenta en el estudio del Sol es el espectroheliográfo, este aparato se utiliza para fotografiar la fotosfera y la cromosfera, junto con el telescopio fotografía el Sol en luz monocromática, este aparato fue inventado independientemente por dos astrónomos sobre 1890, el americano George Hale y el francés Henri-Alexandre Deslandres. Hale jugó también un importante papel en la construcción del espectrohelioscopio este aparato permite la observación visual de los fenómenos creando una visión persistente cuando los cortes del instrumento se hacen vibrar sincronamente a alta frecuencia.[16]

Actualmente en España en el instituto de astrofísica de Canarias realizan un seguimiento del Sol en el laboratorio solar del Teide, obteniendo por ejemplo un espectro de oscilaciones solares aplicando una técnica llamada técnica de dispersión resonante con la cual se puede conocer más profundamente la estructura del astro, el IAC trabaja conjuntamente con Iris (International Research of the Sun) [21]