Oración previa
DEL CENÁCULO AL CALVARIO
Antes de partir hacia la I.ª Estación
Lo que sigue es para antes de partir hacia la primera Iglesia, en el lugar donde nos encontremos.
En el Cenáculo Jesús instituye la eucaristía y el sacerdocio, y lava los pies a los apóstoles como expresión del mandamiento nuevo del amor. Y en el Calvario demuestra cuánto nos ama al entregar, por nosotros, su vida.
Ayuda imaginar que desde el Cenáculo vamos con Jesús al Calvario.
SALUDO INICIAL
G.: Acompañamos a Cristo que del Cenáculo se dirige al Calvario.
T.: Cristo nos amó y nos purificó de nuestros pecados por medio de su sangre.
T.: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
G.: Mi oración sube hasta ti, Señor.
T.: En el momento favorable.
G.: Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor.
T.: Sálvame, por tu fidelidad.
LAS INTENCIONES
G.: Cristo Jesús nos redime del pecado y nos ofrece la vida de la gracia, por eso ofrecemos esta devoción por las siguientes intenciones:
- por la conversión de los pecadores
- por la evangelización de los pueblos
- por la justicia, la paz, y la solidaridad
Agregamos nuestra intención personal. (Momento de silencio)
TEXTO BÍBLICO
Del Evangelio de san Mateo (Mt 26, 30-35)
= Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
Entonces Jesús les dijo: «Esta misma noche, ustedes se van a escandalizar a causa de mí. Porque dice la Escritura: Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño.
Pero después que yo resucite, iré antes que ustedes a Galilea».
Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Aunque todos se escandalicen por tu causa, yo no me escandalizaré jamás».
Jesús le respondió: «Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces».
Pedro le dijo: «Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré». Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
G.: Palabra de Dios.
T.: Te alabamos, Señor.
Jesús, gracias por la institución de la eucaristía y del sacerdocio; gracias también por el lavatorio de pies, porque con ese gesto nos invitas a vivir el mandamiento nuevo del amor, sobre todo el servicio y la misericordia. Después de la cena de Pascua, que compartiste con tus apóstoles, te diriges, Señor, hasta el Huerto. Pero no vas solo, vas con ellos; porque solo te retirabas para la oración con tu Padre Dios. “Ha llegado la hora”, la hora de llevar a plenitud el misterio de la redención, cumpliendo con los designios de tu Padre Celestial. Permítenos, Jesús, acompañarte; así como somos, con nuestros límites, debilidades y pecados. Porque queremos unirnos a tu pasión, y recibir en abundancia la gracia de tu perdón.
G.: ORACIÓN. Padre Eterno,
tú que enviaste a tu Hijo al mundo,
no para juzgar al mundo sino para que el mundo se salve por Él;
te pedimos las gracias necesarias para acompañar a tu Hijo amado
en su dolorosa pasión por el perdón de los pecados.
Por el mismo Cristo, nuestro Señor.
T.: Amén.
G.: Este es mi Servidor, a quien yo sostengo.
T.: Mi elegido, en quien se complace mi alma.
G.: Yo he puesto mi espíritu sobre él.
T.: Para que lleve el derecho a las naciones.
G.: Vamos contigo al Gólgota, Señor.
T.: Porque solo tú tienes palabras de vida eterna.
Nos dirigimos a Jesús Nazareno para la 1.ª Estación