Aaron Temkin Beck, psiquiatra estadounidense nacido en 1921, es el creador de la Terapia Cognitiva. . Estudia Medicina y Psiquiatría. En un primer momento investiga los sueños de las personas con depresión desde una perspectiva psicoanalítica. En sus estudios no encuentra ninguna demostración empírica de la teoría de Freud, pero sí detecta los sesgos cognitivos que serán la base de su teoría cognitiva.
Es conocido igualmente por la elaboración de cuestionarios ampliamente utilizados como son: Beck Depression Inventory (BDI), Beck Hopelessness Scale y Beck Anxiety Inventory (BAI). Según la American Psychological Association (APA)
Concretamente, el modelo de procesamiento de información le servirá para entender el funcionamiento de la depresión: las personas distorsionan la realidad y tienen una visión negativa de sí mismas, el mundo y el futuro.
Así, Beck asume de Piaget la teoría de los esquemas y sus mecanismos de cambio (Piaget y Warden, citados por Beck y Haigh, 2014), y de Ellis (1958, citado por Beck y Haigh, 2014) la idea de que los esquemas cognitivos están constituidos por creencias que sirven para dar sentido a los acontecimientos.
La patología es la consecuencia de un procesamiento sesgado de la información que hace que lleguemos a conclusiones erróneas, induce a que se activen emociones inadecuadas y se pongan en marcha estrategias de afrontamiento desproporcionadas
La terapia cognitiva diferencia entre tres tipos de cogniciones que hay que tener en cuenta para entender los trastornos psicológicos (J. S. Beck, 1995a):
1. Creencias nucleares. Son los llamados esquemas cognitivo-conceptuales y, para Beck, son el aspecto central para entender los trastornos psicológicos. Este tipo de cogniciones están en la base de los problemas y son el producto de aprendizajes muy tempranos del niño. Contienen ideas negativas, rígidas, incondicionales (absolutas) sobre uno mismo, el mundo y el futuro. Son cogniciones muy estables y difíciles de cambiar. Hay tres tipos de creencias centrales básicas: inadecuación («hay algo malo en mí»), no ser interesante para los demás («no soy digno de atención, amor…»), desesperanza («no puedo conseguir lo que quiero», «no podré protegerme»). Por ejemplo, una mujer que acude a consulta por un problema de ansiedad y depresión desencadenado por la presión a la que está sometida en el trabajo tiene las siguientes creencias nucleares: «El mundo laboral es muy difícil y cruel con las mujeres», «yo soy poco competente». Ella recuerda una infancia complicada, con un padre muy rígido que siempre le exigió demasiado y por el que siempre se ha sentido menospreciada.
2. Una serie de creencias intermedias en las que se concretan las anteriores y que se formulan en términos de reglas («debo ser perfecta en el trabajo para que no me despidan»), supuestos condicionales («si me equivoco la gente me va a criticar y acabaré derrumbándome»), o actitudes («el trabajo es el aspecto de la vida en el que mejor demostramos nuestra competencia»).
3. En el procesamiento puntual de la información que hacemos al enfrentar una situación concreta las creencias nucleares e intermedias se materializan en pensamientos automáticos que tienen forma de autoverbalizaciones o imágenes. Por ejemplo, cuando la mujer con problemas de ansiedad se equivoca al hacer una tarea en su trabajo en su cabeza aparecen los siguientes pensamientos automáticos: «Ya lo he vuelto a hacer mal otra vez, lo mío no tiene solución», «mis compañeros van a pensar que soy estúpida», «mi jefe me va a despedir y será humillante para mí».
LOS ESQUEMAS: En un sentido muy general, un esquema se refiere a cualquier cuerpo estructurado de conocimiento o grupo de creencias que se utilizan para procesar información (Bradley & Mathews, 1983). Son representaciones organizadas de la experiencia anterior; aspectos diferentes de la experiencia van a organizarse, lógicamente, a través de esquemas diferentes (Kovacs & Beck, 1978). Un esquema permite a una persona investigar, codificar y evaluar el rango total de estímulos internos u externos y decidir un curso subsecuente de acción.
Los esquemas funcionarían, entonces, como heurísticos para comprender la conducta del paciente
La Tríada Cognitiva
La Tríada Cognitiva hace referencia a tres esquemas o patrones cognitivos que inducen al individuo a percibirse a sí mismo, al mundo y al futuro desde un punto de vista negativo. La visión negativa de sí mismo hace que el individuo se perciba como incompetente, inadecuado y desgraciado y se refleja en la percepción de un mundo que le hace demandas excesivas o insuperables, exento de interés y que no proporciona ninguna gratificación. La visión negativa del futuro es de desesperanza, debido a la convicción de que nada de lo que percibe o experimenta en el presente cambiará, salvo para incrementarse las dificultades, el desanimo o el sufrimiento.
1) Pensamientos automáticos (y creencias intermedias):
a) identificarlas, establecer en qué situaciones aparecen y qué emociones producen;
b) cuestionarlas para hacer que la persona piense en explicaciones alternativas.
Técnicas complementarias para modificar creencias centrales.
2. Técnicas para trabajar con sesgos cognitivos y atencionales: identificarlos y hacer consciente a la persona de sus errores lógicos, para que sea capaz de llegar a explicaciones diferentes basadas en una lógica más racional.
3. Técnicas específicas para trabajar con imágenes.
4. Otras técnicas conductuales.
En realidad, todos estos aspectos se pueden trabajar conjuntamente, pero para que la explicación sea más simple los trataré por separado.
Para empezar, se pide a los usuarios que identifiquen situaciones en las que se sienten mal («en el trabajo me equivoqué en una cosa importante y mi jefe me reprendió»), que identifiquen los pensamientos negativos que suelen tener en ese momento («soy una inútil», «me gusta hacerlo todo perfecto y nunca lo consigo», «cualquier día me echan»), las emociones que experimentan («me volví a sentir desolada») y las conductas que desencadenan («me encerré en el baño y me puse a llorar»). En algunos casos resulta útil analizar los pensamientos a través de toda la secuencia (antes, en la situación, después).