El curso de Proyecto Arquitectónico se plantea como una continuidad con lo producido en Proyecto Urbano, en relación a la cuestión urbana y a los aspectos referidos a la inserción de un equipamiento comunitario en el territorio trabajado sobre la primera parte del año.
En Proyecto Arquitectónico se trabaja en el desarrollo del proyecto de un edificio complejo, de aproximadamente 3000 m2. Durante el transcurso de la materia, el proceso proyectual se inicia con la producción de hipótesis proyectuales personales, a partir de preguntas guía que sirven para orientar la investigación y que permitan formular conceptualizaciones que se sumen a una discusión arquitectónica contemporánea.
El programa de necesidades del edificio a proyectar se construye de manera colectiva entre la entidad u organización destinataria del proyecto, estudiantes y docentes, tal como está descripto en el marco pedagógico. La ejercitación sobre la escucha y el estudio del tema son los insumos básicos desde los cuales se pondrán en juego los temas a incluir para su confección.
La modalidad de trabajo en esta etapa inicial para discutir y desarrollar el programa con el que se va a trabajar en el curso es grupal.
Una vez definido el programa, cada equipo podrá ecualizarlo a medida que vaya tomando más precisión en la definición de sus aspectos.
La elección del terreno es otro de los condicionantes con los que se va a trabajar durante el curso, ya que la implantación del equipamiento restringe al mismo tiempo que potencia las relaciones sociales y urbanas que se produzcan entre el edificio y la comunidad. La definición del terreno será puesta en consideración en base a conversaciones y decisiones colectivas que se darán en el curso y que priorizarán las condiciones estratégicas que potencien a las propuestas urbanas desarrolladas en Proyecto Urbano y a las factibilidades evaluadas en conjunto con la entidad pública o privada destinataria del proyecto, que oportunamente forme parte de la colaboración con el curso.
La actividad de inicio de la instancia proyectual se enfoca sobre los procedimientos proyectuales y los mecanismos generativos de la propuesta arquitectónica a realizar. Esta actividad de modalidad individual y de cara al diseño del proyecto arquitectónico de un edificio de carácter público, se compone de dos momentos que se presentan superpuestos, que se proponen a modo de andamiaje y experimentación, para desnaturalizar mecanismos proyectuales aprendidos y adquiridos en nuestras formaciones. Una primera actividad vinculada al plano teórico invita a entender, desarrollar y compartir los mecanismos de generación de proyecto propios, o aquellos con los que se hayan sentido más identificados a lo largo de la carrera. Esta actividad se acompaña de la lectura de una bibliografía específica.
Una segunda actividad propone pensar al proyecto desde tres miradas posibles, cuyos límites son difusos, ya que, si bien se propone profundizar en cada una estas, el mismo se ve atravesado y afectado por las mismas en todo momento. La actividad a su vez se centra en tres momentos:
01: Hacia la habitabilidad
02: Hacia la constructibilidad situada
03: Hacia una posición crítica del proyecto
Hacia la habitabilidad.
El momento de transformación hacia la habitabilidad consiste en la confrontación de la forma con sus dimensiones funcionales, relacionales y simbólicas; reflexionando sobre los modos de habitar que consideramos naturalizados, sobre los espacios en común, y los espacios de intimidad, en las diferentes escalas de intimidad que necesitan los lugares proyectados, hacia el interior del edificio-infraestructura y hacia el exterior, hacia la calle, el barrio, la ciudad.
Cada proceso proyectual se modificará apropiándose del programa planteado, determinando dimensiones y relaciones, tanto hacia el interior del edificio infraestructura, como hacia el exterior, modificando el envolvente, los vacíos, las estructuras, de modo que los lugares generados empiecen cobijar los modos de habitar ideados. En este proceso se reflexionará sobre lo estable y lo mutable, proyectando y revisando relaciones entre los diferentes actores que habitarán el edificio, pensando en las diferentes asociaciones posibles.
Hacia la constructibilidad situada.
La segunda dimensión proyectual en la que vamos a profundizar es la de enraizamiento. El programa se vuelve a ajustar a esta nueva dimensión, tomando conciencia de la materialización y de la ubicación de las partes. El edificio está situado, da cuenta de su inserción espacial, tanto desde su espacialidad como desde su materialidad. A su vez, enraizar o cultivarse en su lugar, devenir cultura con su entorno, nos dice que la arquitectura es un hecho cultural en acuerdo a su condición de mediadora con lo útil, lo firme y con lo bello, entendiendo a lo bello como aquello que emociona y sublima. Todas y todos tenemos derecho a lo bello.
Hacia una posición crítica del proyecto.
Asimismo, y sobrevolando toda acción proyectual, vamos a pensar en la coherencia y sentido que cobra el proyecto. Registrar a las partes de éste, lo que se considere como sus unidades fundamentales de acuerdo con los procedimientos proyectuales elegidos, y su capacidad de articularse, relacionarse, superponerse, desarrollarse o activarse entre sí, generando de ese modo un proyecto que sea algo más una suma de partes. Por eso trabajaremos sobre el carácter del mismo, entendiendo su lenguaje, su expresión, su capacidad de comunicar. El pensamiento proyectual propone una mirada socio-técnica sobre un problema dado, y es en esta etapa en donde las hacemos conscientes. El pensar al proyecto desde el lenguaje nos hace tener una posición crítica del mismo, y reflexionar sobre las relaciones técnicas y expresivas de la obra proyectada. Asimismo, esta etapa es una etapa de confluencia, en donde volvemos a pensar en las preguntas que guiaron nuestro proyecto. Las propias, en tanto investigación, y las propuestas desde el taller ¿Qué? ¿con quién? ¿Dónde? ¿Cómo? Y fundamentalmente ¿Por qué?