Capítulo 00
“¡¡Vamos, habla de una vez!!”
Un atronador grito rompió el silencio en una de las celdas subterráneas de la prisión del reino. En este oscuro y desolado lugar, lejos de la más mínima luz del sol, un grupo de tres guardias corpulentos y altos se encontraban rodeando una de las celdas en específico.
“¡Con que no quieres hablar, eh!” El guardia que parecía estar a cargo abrió la reja de la celda y camino hasta detenerse justo enfrente del prisionero. “¡Entonces, maldito bastardo, no me culpes por ser brusco!”
*Boom*
El guardia no se retuvo en lo más mínimo y comenzó a golpear y a atinarle feroces puñetazos al prisionero. Los continuos golpes hicieron eco en la prisión, incluso muchos prisioneros en sus celdas se asomaron levemente para ver el escándalo. Pero al ver a los guardias dándole una paliza a uno de los prisioneros, rápidamente regresaron a los rincones oscuros de sus celdas con temor a llamar la atención de los guardias y ser los próximos en ser apaleados.
Los golpes no se detuvieron incluso luego de varios minutos, y finalmente el guardia se sentó un rato para recuperar su respiración agitada, y al levantar la mirada y ver que el prisionero seguía igual de quieto y silencioso, sin siquiera soltar un misero gemido de dolor, el guardia frunció el ceño con algo de duda y un ligero toque de miedo. Los altos mandamases de arriba les habían ordenado a estos tres guardias que interrogaran al nuevo prisionero que fue capturado recientemente por la guardia real de primera clase, pero todos sus intentos de interrogación fracasaron continuamente.
Primero habían intentado ser agradables, intentando ofrecerle comida y buen trato al prisionero para ver si de este modo aceptada soltar toda la información que sabía. Pero no resulto, el prisionero que no parece ser más que un simple mocoso de unos 18 a 20 años ni siquiera se inmuto cuando le pusieron los deliciosos platillos repleto de manjares enfrente. Había pasado ya casi una semana desde que no come nada, por lo que a los tres guardias les sorprendió que el mocoso ni siquiera mirase la comida que le habían ofrecido.
Luego de ello, intentaron iniciar una conversación con el prisionero, pero nuevamente resulto en un total fracaso. El mocoso ni siquiera hablaba o respondía, muchos incluso si lo vieran, pensarían que al moco le falta la lengua ya que no había hecho ni el más mínimo sonido desde que llego.
“…Joder, ¿Qué demonios le pasa a este mocoso?” Escupió uno de los guardias mientras frunció el ceño enojado. La orden que les habían dado era simple y nada fuera de lo común; simplemente era sacar la información del mocoso y entregarla a los altos mandamases del ejército. Era algo cotidiano de hacer para estos guardias, no era la primera vez que tenían que hacer esto.
Pero pocas eran las veces que se quedaban sin idea de cómo sacar la información de los prisioneros. Por norma propia y por sus años de trabajo como carceleros, habían aprendido que el método duro y torturador jamás era el método que mas recomendado para sacarle la información a un prisionero. Aunque parezca mentida, siempre el método más recomendado era el soborno y la propia extorción.
No sabes lo que uno de estos prisioneros es capas de revelar a cambio de que le den un nuevo plato de comida al mes, o incluso, muchos de ellos llegarían hasta el punto de matar a otros con el fin de finalmente lograr la libertad de estas sucias y mugrientas celdas. Para estos prisioneros encerradas en este sucio y oscuro lugar, la lealtad en la mayoría de los no vale nada en comparación con su libertad y comida. ¿Quién seguiría siendo leal a un grupo criminal o noble, si a cambio de ello tendrá que vivir el resto de su vida encerrado en este maldito infierno sin volver a ver la luz del sol? ¿Quién seria tan idiota como para sacrificar su vida entera a cambio de mantener su absurda lealtad?
Obviamente, muy pocos y raros son aquellos que siguen manteniendo su lealtad una vez que son encarcelados en estas prisiones.
Y extrañamente, los tres guardias esta vez parece que se habían topado nuevamente con uno de esos casos raros.
“No parece que vaya a decir nada” Murmuro uno de los guardias mientras observaba desde lejos al prisionero colgado desde sus extremidades por las gruesas cadenas anti-magia. El cuerpo del joven prisionero había adelgazado mucho en este periodo desde que fue encerrado e incluso, partes de sus costillas y huesos de los brazos comenzaban a hacerse visible debido a la falta de alimento.
“Ah, no queda de otra.” El guardia ahueco sus puños e hizo tronar sus dedos. “Ya intentamos sacarle la información por las buenas, pero como el mocoso sigue haciéndose el rebelde. Entonces, ahora lo haremos por las malas.” El guardia se giró y le lanzo una pregunta a su compañero al lado; ¿Frank, sabes en donde esta los clavos y el pico?”
“Creo que esta arriba, iré a buscarlo.” Contesto el guardia mientras subió hacia arriba por los escalones y luego de unos segundos, volvió trayendo una pequeña bolsa con clavos oxidados y viejos, pero increíblemente afilados y largos. Junto con la bolsa, el guardia también trajo un martillo pesado que tiene claras manchas de sangre y mugre en el mango.
Muchos de los prisioneros que veían a escondidas, palidecieron y rápidamente se giraron y se escondieron dentro de la oscuridad de sus celdas.
“Lo siento, mocoso. Esta es tu ultima oportunidad para hablar, si no hablas ahora, entonces te hare pasar el mismo infierno hasta que los digas. O lo dices por las buenas, o por las malas. Tu eliges.” Dijo el guardia mientras miro al joven prisionero.
El guardia espero unos segundos con la esperanza de que el mocoso hablara, pero al ver que sigue igual con la cabeza cabizbaja y su largo cabello marañoso tocando el suelo casi, al guardia no le quedo de otra que suspirar en decepción y hacer una señal con las manos.
“Cart, dame el martillo y un clavo.”
El guardia recibió el martillo y coloco el largo y puntiagudo clavo justo sobre la piel del brazo del prisionero, mientras tomo fuerzas en su mano y estaba por martillar el clavo y empezar el proceso de tortura del prisionero, cuando este repentinamente gimió.
“¿Eh?”
El guardia sintió algo extraño pasar por su cuerpo. El no vio nada, y simplemente sintió como si una extraña brisa hubiese agitado sus ropas. ¿Qué fue eso? Confundido, miro hacia atrás y vio que sus compañeros tenían los ojos abiertos de par en par mientras lo miraban con horror y terror.
¿Muchachos, por qué me miran así? Se pregunto el guardia, mientras inconscientemente siguió la mirada de sus compañeros y bajo su mirada hacia su estómago. Entonces allí lo vio.
… No hay nada.
Todo su estomago había desaparecido, dejando un sangriento agujero circular y horrible en donde antes estaba su estómago.
¿Eh?
Los ojos del guardia se mostraron confundido, y sin fuerzas, cayo pesadamente contra el suelo sucio mientras el martillo se escapo de su mano y rodo por el suelo junto a los ruidosos clavos.
Los gritos de sus compañeros le llegaron a su oído, pero poco a poco esos sonidos de ayuda y gritos se iban desapareciendo, y lo único que quedaba en la vista del guardia, era la figura decrepita y sucia del prisionero encadenado. Allí, en sus últimos momentos, observo que los ojos que se ocultaban en medio de ese largo cabello negro y enmarañado, parecían ser rojos como la misma sangre junto con unas extrañas y demoniacas pupilas triangular.
Claramente, el prisionero que trajeron no era humano. Pero lamentablemente, esto el guardia lo descubrió segundos antes de morir…