“No tienes permitido salir de esta habitación hasta que se te de permiso, ¿entiendes, mocoso?” Un enfermero medico que vestía una túnica blanca y holgada hasta sus rodillas, me aviso eso mientras me miro con el ceño fruncido.
Fue luego de varias semanas en cama y sin poder moverme, cuando finalmente logre recuperarme lo suficiente de mis heridas como para ponerme de pie en la habitación. En ese entonces, yo apenas era un mocoso de 12 años, por lo que ni bien pude caminar, tuve la idea de salir a inspeccionar la mansión a la que me habían triado.
Lastimosamente el enfermero me aviso que no podía salir, y simplemente me dijo que me mantuviera en la cama sin hacer mucho ruido.
Obedecí y me quedé en la cama por un buen rato. Pero en medio del silencio increíblemente aburrido, finalmente no pude aguantar mas el aburrimiento y con mi pie izquierdo rengueando, salí de la enfermería.
Camine por los elegantes pasillos de mármol, crucé algunos que otros salones mientras mire curiosamente por todos lados. No era la primera vez que veía algo tan elegante, ya que vi edificios y mansiones mucho mas grande y mejores que esta, pero guiado por la curiosidad que sentía, continúe caminando con dificultad, arrastrando ligeramente mi pierna izquierda que no respondía muy bien.
Mientras recorría la mansión, cruce por un bello patio bastante grande que con árboles, y fue allí cuando escuche los gritos de niños no muy lejos.
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Mientras recorría la mansión, cruce por un bello patio bastante grande con bello arboles rojizos adornando todo el lugar. Me sorprendió esta vista, pero fue allí cuando escuche los gritos y sonidos de niños no muy lejos.
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Mientras recorría la mansión, cruce y me adentre en un bello jardín que era adornado por una increíble variedad de flores de múltiples colores como un arco-iris. Una vista sin duda hermosa. Y seguido a las flores, se erguían los troncos rojizos de unos arboles color carmesí que retractaba perfectamente con el sol brillante en lo alto. De un rojo intenso y extendiendo sus hojas de forma orgullosa, allí estaban los arboles rodeando todo el jardín. Inconscientemente deje escapar un tonto sonido de asombro, ya que jamas había visto este tipo de arboles. O al menos, de donde vengo nunca vi uno como estos. Mientras estaba ligeramente hipnotizado por los extraños arboles, los gritos y sonidos de niños me llego al oído.
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“¿Niños?”
Curioso, me dirigí hacia los ruidos de los niños, y al cruzar varios árboles, me encontré con esa escena.
Un grupo de entre trece y quince niños se encontraban riéndose y charlando ruidosamente entre ellos. La formación de los niños hacia un círculo, y en el centro de todos los niños yacía una pequeña niña de cabello rosa desordenado que se acurrucaba sola y temblaba mientras escondía su rostro entre sus piernas. Las risas y las burlas de los niños llovían sobre la pobre niña.
Era claro y fácil de entender lo que estaba ocurriendo.
Esa niña estaba recibiendo bullying grupal de todos estos mocosos.
Y si bien encontrarme con esto a penas salir de la enfermería me sorprendió, no fue lo que mas me sorprendió o lo que me hizo abrir los ojos con asombro.
Lo que me sorprendió es que reconozco a esta niña que está siendo molestada.
Es angélica, la hija mayor de Cecilia-san.
Y también…
Mi nueva hermana menor.
Cecilia-sama, la mujer que me salvo la vida, me había dejado encargado luego de que se marchara de la mansión por un tiempo, que cuidara de sus dos hijas. Que me mantuviera cerca de ellas y que las protegiera en su ausencia. Y no puedo fallarle en ello, es una promesa que le hice a Cecilia-san por salvarme. Le dije que le pagaría cuidando lo mejor que pudiera de sus hijas.
Apreté mis puños y tome mi decisión. Con pasos lo mas fuerte que pude, caminé hacia el grupo de mocosos y me abrí paso entre ellos, empujando y haciéndolos a un lado con mis brazos.
“¡Oye! ¿¡Quien eres!? ¿¡Como te atreviste a empujarme, idiota!?”
Los niños que empuje me notaron y me gritaron con enojo, mostrándome sus dientes como si fuesen a atacarme entre todos.
Quieren atacarme, eh.
Sin detenerme, les lance una mirada fija a los mocosos, y para mi sorpresa; ellos soltaron un chillido asustado y rápidamente se alejaron para abrirme el paso. Eh? Doy tanto miedo enojado? reflexione, pero rápidamente sacudí mi cabeza para hacer a un lado esas tontas dudas y con una mirada seria, continúe caminando, cruzando entre el grupo de mocosos asombrados por mi repentina aparición y finalmente, me encontré parado delante de la pequeña angélica.
Angélica que parecía estar llorando, tembló levemente al notar que las burlas y risas se habían detenido. Lentamente, ella levanto su rostro y me miro con unos ojos sorprendidos al mismo tiempo que sus mejillas estaban mojadas y sus ojos algo húmedos.
“T-Tu…” Pregunto angélica con una voz sollozante mientras se mostraba sorprendida por verme.
La mire seriamente a los ojos, viendo en ella a una chica triste y solitaria.
“Ven, vámonos.” Ordene mientras le agarre fuertemente de la mano. De un estirón, la ayude a levantarse del suelo y bajo la mirada sorprendida de todos los mocosos, la arrastre conmigo fuera del lugar sin siquiera detenerme por un segundo a mirar detrás.
Creo que mi forma de trato no era para nada considerada, en más, estire y arrastre a angélica sin pensar en lo más mínimo si estaba siendo demasiado duro con ella. Simplemente la lleve conmigo lejos de este lugar.
Luego de que nos alejamos lo suficiente de esos mocosos, finalmente me detuve a descansar mientras mi respiración estaba algo agitada y mi pierna izquierda dolía. ¿Qué quieres? Aun sigo sin recuperarme por completo, así que no es de extrañar que no pueda correr mucho.
Observó que angélica no habla, por lo que dudo y le pregunto.
“Ehm… ¿Estas bien—
“Waaaa~!!”
No logre terminar mis palabras, cuando angélica repentinamente se lanzo a llorar fuertemente. Su llanto fácilmente podría terminar siendo oído por los sirvientes, así que algo nervioso, intenté calmarla y consolarla como pude. Pedo mis intentos parecían hacer que ella llorada mas y mas fuerte. Incluso sus pequeñas manos se aferraron a mi ropa, y no se soltaba. Sus lagrimas y mocos ensuciaban la ropa que llevo, por lo que intente quitármela de encima.
“¡Oye, espera! ¡Ahh! ¡Mira, me estas llenando de mocos! ¡Suéltate de mi ropa!”
¡Maldición!
“¿¡Que ocurre aquí!?”
Una sirvienta que estaba cerca, escucho los llantos de angélica y vino corriendo a toda prisa. Al ver a angélica llorando y a mí parado al lado, el rostro de la sirviente se oscureció del enojo.
“¿¡Que le hiciste a nuestra joven dama, mocoso mugriento!?”
“No, yo no hice nada. Ella sola lloro porque—”
“¡¡Silencio!!” La sirvienta se apresuró a intentar calmar a angélica, pero por mas intento que la sirvienta hiciera para calmarla, el llanto de angélica no se detenía y se seguía aferrando con fuerza a mi ropa.
“¡Tu, maldito mocoso! ¡No solo no agradeces que te dejemos quedarte en esta mansión de la familia, sino que incluso haces llorar a nuestra joven dama! ¡Eres un desagradecido!” La sirvienta estaba enfurecida, y resoplo mientras dijo: “¡Pero claro, que podíamos esperar de un sangre sucia como tú!”
Entre intento tras intento, la sirvienta finalmente logro levantar a angélica en sus brazos. Angélica entre llanto y lágrimas, parecía que se había dormido. Marchándose con angélica entre sus brazos, la sirvienta no se olvido de dejarme un último regaño.
“¡Tenlo por seguro, mocoso! ¡¡Esto lo informare al patriarca mas tarde, así que regresa ahora mismo a la enfermería y no salgar de hay hasta que se te de permiso!!”
Me quede mirando a la sirvienta yéndose con angie entre sus brazos.
“Ahh…” Deje escapar un suspiro mientras vuelvo de mis recuerdos y me froto el entrecejo. Ahora recuerdo más claramente como fue que ayude a Angie en ese entonces, y más el conflicto aumenta en mi cabeza.
Bajo levemente mi mirada, y allí veo a Angie completamente dormida. Utilizando cómodamente mis brazos como almohada, durmiendo con completa relajación a mi lado. En sus mejillas, se ven un poco húmedas mientras duerme y la oigo murmullas y reírse como si tuviese un sueño divertido o algo así.
Antes de que me hubiese dado cuenta, mi brazo remplazo por completa la almohada que Angie había estado abrazando, y ahora ella abraza mi brazo con fuerza mientras duerme, y enreda sus suaves piernas con mi cintura.
No puedo evitar sentir un toque de alerta al notar que mi mano esta muy cerca de una zona peligrosa. Así es, mi mano ahora mismo que esta siendo utilizado como almohada para abrazar, se encuentra apretada entre nuestras cinturas y mis dedos casi que se encuentran apretado entre los muslos de Angie.
Joder… ¿Qué voy a hacer con esta mocosa?
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