¡Palestina Libre!
La Dirección de Orden Interno y Lealtad Nacional (DOILEN) es el órgano secreto y supremo de vigilancia del Estado Smyrnita. Operamos en la penumbra, protegidos por el silencio, guiados por el deber, impulsados por la absoluta fidelidad al Presidente y a la perpetuidad de Smyrna.
Somos los ojos que no duermen.
Somos el juicio que no titubea.
Somos el brazo invisible que corrige, castiga y preserva.
Nacimos del mandato directo del Presidente para defender la integridad del Estado, anticipar la traición, suprimir el caos y eliminar la duda. No buscamos la aprobación pública ni rendimos cuentas a los débiles. Servimos únicamente a la estabilidad eterna del régimen y a la voluntad inquebrantable de la Nación.
Proteger, por todos los medios necesarios, el orden interno de la República de Smyrna, la continuidad inalterable del Estado y la supremacía incuestionable del Presidente, mediante mecanismos de vigilancia total, acción preventiva y disciplina civil.
Vigilancia nacional e internacional: Supervisamos toda actividad física, digital o simbólica que pueda constituir amenaza, duda o desviación.
Neutralización de enemigos internos y externos: Detectamos y desactivamos ideologías, comportamientos y personas que se opongan al régimen.
Reeducación forzosa: Reprogramamos la conciencia del individuo, para su reintegración útil o supresión definitiva.
Protección doctrinaria del Pueblo: Custodiamos la mente de los ciudadanos, impidiendo que ideas contrarias a la Unidad Nacional contaminen su lealtad.
Colaboración con el Ministerio de Inteligencia Artificial y Cibernética: Compartimos protocolos de control digital, detección de anomalías y operaciones conjuntas contra amenazas sistémicas.
Operaciones extraterritoriales encubiertas: Actuamos donde sea necesario para proteger los intereses vitales de Smyrna, más allá de sus fronteras.
La Dirección de Orden Interno y Lealtad Nacional pone a disposición de los ciudadanos este canal de denuncia confidencial para reportar actos, personas, comportamientos, palabras o intenciones que puedan atentar contra el orden, la disciplina o la lealtad nacional.
Todo ciudadano verdaderamente leal tiene el deber sagrado de vigilar, denunciar y proteger.
Comentarios críticos hacia el Presidente o el régimen.
Actividades digitales sospechosas o subversivas.
Rechazo o burla hacia los símbolos de la República.
Contacto con elementos extranjeros sin autorización.
Conductas disociativas, disidentes o extrañas.
Acciones que puedan interpretarse como duda, tibieza o apatía cívica.