PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE AZÚCAR Y SALUD

El azúcar está presente en gran parte de los alimentos que ingerimos, especialmente entre los refrescos, golosinas, postres, lácteos y productos para el desayuno. Se habla mucho de los posibles efectos perjudiciales para la salud, postura ante la cual existe casi un debate bipolar entre la industria (que minimiza sus efectos y argumenta que lo importante es el balance energético) y ciertos sectores de la sociedad que consideran al azúcar casi como una droga, algo adictivo que es el principal culpable de la epidemia de obesidad y diabetes que estamos sufriendo en las últimas décadas.

El azúcar común (azúcar de mesa) llamado sacarosa se compone de glucosa y fructosa. Tanto la glucosa como la fructosa son consideradas también azúcares. La lactosa está formada por glucosa y galactosa, y también se le conoce como “azúcar de la leche”. Por tanto, la glucosa, la fructosa y la galactosa son azúcares simples que se pueden combinar para formar azúcar de mesa (glucosa + fructosa) y en lactosa (glucosa + galactosa). El azúcar común es una fuente de energía importante del que se sirven, por ejemplo, los músculos. La diferencia es que la fructosa está presente en el azúcar común pero no en la leche. Y esta distinción es fundamental, porque la fructosa se metaboliza de manera diferente a la glucosa, con una mayor carga en el hígado y un empleo diferente al de “energía inmediata”, que es el principal uso de la glucosa. Por tanto, parece que la fructosa es el principal “peligro” de todo el universo de azúcares simples (obviamente sin menospreciar a la glucosa). La fruta es una fuente de fructosa, pero el consumo de frutas tiene efectos paradójicos sobre la obesidad, es decir, no existe una asociación positiva entre el incremento de ingesta de fructosa proveniente de la fruta y el desarrollo de obesidad en la mayoría de la investigación existente, sino negativa, porque las frutas tienen otras propiedades muy beneficiosas para el organismo que hacen recomendable su consumo independientemente de su alto contenido en fructosa.

Parece que la parte fundamental de los efectos perversos del azúcar sobre la salud están en los compuestos que llevan fructosa, cuando son añadidos a los productos como edulcorantes, es decir, para endulzarlos.

Según la organización mundial de la salud (OMS), la prevalencia de obesidad se ha doblado en todo el mundo desde 1980. En la actualidad, más de 1900 millones de personas, entre las que se encuentran más de 42 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso. Se estima que un 5.5% de todos los cánceres son atribuibles al sobrepeso y a la obesidad; los tipos de cáncer asociados con mayor fuerza son: esófago, mama, recto, colon, riñón, páncreas y endometrio. Como puede apreciarse en estas series históricas en Estados Unidos, el crecimiento de la obesidad tanto en adultos como en niños es dramático.