Abuso de los antibióticos

Keiji Fukuda, director general adjunto para la Seguridad de la Salud de la Organización Mundial de la Salud, lleva años intentando alertar contra el mal uso de los antibióticos: “El mundo está abocado a una era postantibióticos en la que infecciones comunes y lesiones menores que han sido tratables durante decenios volverán a ser potencialmente mortales. Si no tomamos medidas importantes para mejorar la prevención de las infecciones y no cambiamos nuestra forma de producir, prescribir y utilizar los antibióticos, el mundo sufrirá una pérdida progresiva de estos bienes de salud pública mundial cuyas repercusiones serán devastadoras.” El uso de un tono casi apocalíptico por parte de la OMS pone de relieve la importancia de la situación. El año pasado, la organización lanzó otra voz de alerta al confirmar que la mayoría de los países no están preparados para combatir las infecciones causadas por bacterias resistentes a estos medicamentos. Es más, tan sólo 34 países de los más de 100 que participaron en el estudio, tienen un plan a nivel nacional para combatirlas.

Resistencia Antimicrobiana

En principio se trata de un fenómeno natural por el que las cepas de bacterias, hongos, virus y algunos parásitos, se vuelven resistentes a medicamentos antimicrobianos (antibióticos) a los que originalmente era vulnerables. Esta evolución de las bacterias y virus que ocurre cuando los microorganismos se ven expuestos a los antibióticos tiene una consecuencia inmediata de especial gravedad: infecciones que hasta ahora eran comunes y fácilmente tratables no se pueden combatir con los medicamentos habituales pudiendo llegar a ser mortales.

El problema, de extrema gravedad, es que este fenómeno se ha visto acelerado por el uso inapropiado de los medicamentos. No terminar el tratamiento indicado por el médico, tomar un antibiótico porque lo tienes por casa sin haber consultado antes con un especialista, etc. Todo ello ha favorecido y contribuido a la resistencia antibiótica.

Alexander Fleming, descubridor de la penicilina, el primer antibiótico, ya alertó de este problema en 1945 en su discurso de agradecimiento por el Nobel de Medicina: “El tiempo vendrá cuando la penicilina pueda ser comprada por cualquiera en las tiendas. Y luego está el peligro de que el hombre ignorante use a menudo infradosis y, al exponer a sus microbios a cantidades no-letales de la droga, los vuelva resistentes.”

Desgraciadamente, ésta no es la única causa de la resistencia. El uso indiscriminado de antibióticos en la alimentación de animales destinados a consumo humano también juega un papel muy importante.

Los efectos en los humanos del uso de antibióticos en la ganadería

El incremento del uso de antibióticos en la alimentación del ganado también tiene mucho que ver con el aumento de la resistencia antimicrobiana. Las granjas industriales aplican pequeñas dosis de antimicrobianos en la alimentación de sus animales para facilitar su crecimiento y evitar infecciones en instalaciones en las que se hacinan los animales. El resto es fácilmente imaginable: las bacterias que vencen al medicamento, sobreviven, se multiplican e inician un camino hacia nosotros, los humanos, a través del agua, orina y heces. Según un estudio, en Estados Unidos el 80% de los antibióticos son usados en animales.

A pesar de que la industria ganadera en general está reduciendo el uso de antibióticos en la alimentación de sus animales, países como Brasil, Rusia, La India o China tienen una población que, en su gran mayoría, cuenta con un nivel adquisitivo medio-bajo. Este aspecto “obliga” a la industria ganadera a mantener unos costes de producción lo más bajos posible para dar acceso a esa población a la compra de carne. De ahí que sigan usando medicamentos en la alimentación de ganado ya que es la forma más barata de mantenerlos sanos en los espacios confinados y reducidos donde los crían y hacer que crezcan más rápido.

El caso concreto de La India es especialmente grave. No sólo no tienen ninguna regulación sobre el uso de antibióticos en vacas, pollo y cerdos para consumo humano sino que, además, el 95% de los adultos son portadores de bacterias resistentes a los antimicrobianos.

Legislación europea para mejorar la salud animal

La Unión Europea ha acordado nuevas normas para regular el uso de los medicamentos en animales de granja para combatir así la resistencia a los antibióticos. Para ello, se prohibirá el uso de los alimentos medicamentosos usados para fomentar el crecimiento.

De esta forma, la normativa europea se vuelve todavía más protectora y consecuente con las indicaciones de la OMS. En Estados Unidos, en cambio, a pesar de que la industria está avanzando gracias a la demanda por parte de los consumidores de pollos no alimentados con antibióticos , la normativa es mucho más laxa.


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