El bosque de ribera, también conocido como bosque de galería, son una zona de bosque ubicada al margen de los ríos, arroyos y quebradas. Es un bosque con gran importancia para la conservación del recurso hídrico ya que evita la evaporación del agua que fluye en la corriente. Además, las raíces de los arboles fijan el suelo evitando que la corriente sobre erosione el terreno manteniendo los causes de los ríos.
En costa Rica, los márgenes de los ríos se encuentran protegidos en la Ley Forestal (Ley 7575) de 1996, capitulo IV, artículo 33, inciso b, donde se declara un área de protección:
“Una franja de quince metros en zona rural y de diez metros en zona urbana, medidas horizontalmente a ambos lados, en las riberas de los ríos, quebradas o arroyos, si el terreno es plano, y de cincuenta metros horizontales, si el terreno es quebrado.”
Los bosques de galería cumplen con una importante función como corredores biológicos ya que por su cobertura boscosa predominante, favorece el desplazamiento de especies de fauna como el mono congo (Alouatta palliata), martillas (Potos flavus), mapaches (Procyon lotor) y aves migratorias como las reinitas (Parulidae).
Estos esfuerzos de conservación se suman a los impulsados desde 1998 con la creación del Corredor Biológico Peninsular, actualmente la comunidad de San Pedro en su totalidad (junto con la Mini Reserva el Cusuco) forman parte de las cerca de 58 700 hectáreas que conectan la Zona Protectora Península de Nicoya y otras áreas protegidas, tanto privadas como estatales, con las áreas de manglar y las islas del Golfo de Nicoya.