La Capilla Sixtina

Vista exterior de la Capilla Sixtina

Historia

El Papa Sixto IV manda reestructurar una capilla previa que había en el Vaticano y que era usada como capilla de la fortaleza.

El Papa Julio II encarga al escultor Miguel Ángel Buonarotti la decoración tanto de los techos como de la pared del ábside.

La temática es la Creación - en los techos - y el juicio final, en la pared del altar.

Esta capilla es famosa, además por el arte de Miguel Ángel, por ser el lugar donde se celebra el Cónclave, es decir, la ceremonia en la que se elige a un nuevo Papa.


La Bóveda

Creación del sol y la luna

Creación de Adán

Creación de Eva

Pecado Original

El sacrificio de Noé

El Diluvio Universal

La borrachera de Noé

El Juicio Final

El motivo principal de la pared del altar de la Capilla Sixtina (que hace de retablo) es el Juicio Final según el relato del libro del Apocalipsis, que empieza así: "1Revelación de Jesucristo, que Dios le encargó mostrar a sus siervos acerca de lo que tiene que suceder pronto. La dio a conocer enviando su ángel a su siervo Juan, 2el cual fue testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo de todo cuanto vio. 3Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía, y guardan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca.".

Aunque conocemos el Apocalipsis como un libro que cierra la Biblia y que narra el fin del Mundo, realmente la Apocalíptica es un género literario basado en el relato de visiones que dan respuesta a situaciones de sufrimiento y que está ya presente en el Antiguo Testamento.

De hecho, el libro de Daniel, que muchos conocéis, pertenece a ese género literario, aunque el más famoso de todos sea el Apocalipsis de S. Juan, con el que termina el Nuevo Testamento.


El fresco principal de la capilla Sixtina, pintado por Miguel Ángel entre los años 1536 y 1541, reprefenta el Juicio Final según la visión del fin del Mundo que tuvo el escritor del Libro del Apocalipsis.

El Juicio Final es un acontecimiento que la Iglesia afirma que acontecerá al final de los tiempos. Como sabéis, la fe de la Iglesia cree en la inmortalidad del ser humano. Éste será sometido a dos juicios después de morir: un juicio particular en el que se ponderarán sus obras en esta vida, y que llevará como consecuencia la salvación o la condención de la persona; en el final de los tiempos, el ser humano se enfrentará al Juicio Final o Universal, que consistirá en un juicio de las consecuencias que sus obras han tenido.

La representación del Juicio Final conviene hacerla por partes, ya que en los diferentes planos se representan escenas que se pueden ir analizando por separado:

El Juez


El centro de la escena está ocupada por el protagonista del Juicio: Cristo, señor y juez de la historia.

  • Con el gesto de sus manos está separando a los salvados de los condenados, a los justos de los pecadores.

  • Se pueden observar en él las marcas de los clavos en las manos y en los pies, así como la herida de la lanza en el pecho.

  • Aparece enfadado.

  • Detrás de él aparece un resplandor que quiere indicar su divinidad y, a la vez, ayuda a identificarlo.

  • Pegada a él hay una personaje que lo acompaña, y no es otra que la Virgen María, su Madre.

Alrededor del Cristo hay diversos santos que podemos identificar por lo que llevan en sus manos: S. Pedro lleva dos llaves, S. Bartolomé una piel humana (lo martirizaron despellejándolo), S. Lorenzo una parrilla, S. Andrés una cruz en forma de aspa...

Aparecen también personajes del Antiguo Testamento como Sansón (al lado de S. Andrés) con sus trenzas a la espalda y los ojos en blanco, y muchos personajes difíciles de identificar.

En la parte inferior izquierda se representan a las personas que se salvan.

Se trata de personas que viven en el momento en el que se produce el Juicio Final.

Los Ángeles los llaman al Juicio con sus trompetas y tanto ángeles como personas salvadas (santos) los ayudan a subir a la Salvación.

Algunos de ellos son almas de cadáveres que están saliendo de sus cuerpos y están resucitando.

Hay también demonios que, escondidos en cuevas y recovecos, intentan evitar que las almas suban al cielo agarrándolos.

En la parte inferior derecha aparecen los condenados.

En este caso, las almas de éstos no están subiendo, sino que están bajando.

Acaban de someterse al juicio y resultaron culpables, por lo que han quedado sentenciados a la condenación eterna, al infierno.

Esta parte es muy curiosa, ya que se retoman muchos datos de la mitología clásica: podemos, pues, ver a Caronte con su barca llevando a los condenados e incluso a Minos, rey de los Infiernos, representado en la esquina inferior derecha, con orejas de burro y una serpiente enroscada a su cuerpo.

Como curiosidad, éste último personaje lleva la cara de Biaggio de Cesena, el responsable que se taparan los desnudos de la obra.