Indicaciones para el examen. Cada ejercicio vale 2,5.
Ejercicio 1.
25 preguntas tipo test 4 opciones solo 1 correcta. Puntuación total 2.5. Acierto +0.1, error -0.05
Ejercicio 2.
Comentario de texto guiado.
Ejercicio 3.
Tema de desarrollo. Se propondrán dos opciones y tendréis que elegir uno de ellos.
Posibles temas para el examen global
El nacimiento de la filosofía como actitud y como evidencia histórica
Historia de la Filosofía Antigua: Presocráticos y Filósofos clásicos y Escuelas Helenísticas.
Historia de la Filosofía Medieval: San Agustín, el Debate de los Universales y Santo Tomás de Aquino
Historia de la Filosofía Moderna: La Revolución Científica.
Historia de la Filosofía Moderna: Maquiavelo y las Utopías.
Epistemología en la Edad Moderna: Empirismo, Racionalismo y Kant
Darwin y los filósofos de la sospecha.
El existencialismo y la Escuela de Viena.
La escuela de Frankfurt y Habermas.
Fenomenología, Hermenéutica y Estructuralismo.
Ejercicio 4.
Ejercicio de relación. Indica razonadamente por qué las siguientes cinco afirmaciones son falsas.
Posibles ejemplos
a) Sócrates fue condenado a beber la cicuta acusado de malversación de fondos.
b) Epicuro proponía una vida intensa llevada a los extremos constantes del placer.
c) Nietzsche es considerado el padre de la psicología y su principal aportación fue la idea de subconsciente.
d) El concepto de superhombre es una aportación de Freud.
https://kahoot.it/challenge/04802109?challenge-id=2cdb6cce-5494-4134-bfbf-a48c27e43d5b_1668066227778
Texto Kierkegaard. Busca rasgos del existencialismo.
Con ello se significaría que en cada momento se resolvía la realidad de la enfermedad en su correspondiente posibilidad. Es cierto que tal sujeto ha atrapado la enfermedad, pero lo hizo una vez, y la persistencia de la enfermedad no es más que una mera consecuencia del hecho de haberla atrapado aquella vez. Por eso no se le puede echar en todo momento la culpa del progreso de tal enfermedad; es verdad que la atrapó por imprudencia, pero no se puede afirmar que siga atrapándola. Muy distinto es el caso de la desesperación. Cada uno de los instantes reales de la desesperación tiene que ser referido a la posibilidad de la misma, y del hombre desesperado se puede afirmar que en cada uno de los momentos de su desesperación duradera la está atrapando. En este caso, el tiempo presente queda siempre como volatilizado en relación con la realidad situada ya en el pasado, y en cada uno de los instantes reales de la desesperación tiene el desesperado que portar como algo presente todo lo que haya podido acontecer en el pasado. Esto se debe a que la desesperación es una categoría propia del espíritu, y en cuanto tal relativa a lo eterno del hombre. Ahora bien, el hombre no puede liberarse de lo eterno; no, no podrá por toda la eternidad. No, el hombre no podrá una vez por todas arrojar lo eterno lejos de sí; nada hay más imposible. Siempre que el hombre está sin lo eterno es porque lo ha rechazado o lo está rechazando todo lo lejos que puede... pero lo eterno vuelve a cada instante; y esto significa que el desesperado está atrapando a cada instante la desesperación. Ya que 'la desesperación no procede de la discordancia, sino de la relación que se relaciona consigo misma. Y un hombre no puede deshacerse de esta correlación; esto le sería tan imposible como deshacerse de su propio yo, cosa que por lo demás es idéntica con la primera, ya que de seguro el yo es la autorrelación.
Alma tripartita (Platón)
Teoría según la cual el cuerpo humano estaría habitado por tres clases de almas: el alma concupiscible, el alma irascible y el alma racional, ubicadas respectivamente en el vientre y bajo vientre, en el pecho y en la cabeza.
Amor al enemigo
Concepto propio del cristianismo propuesto por Jesús de Nazaret.
Antropología
Ciencia que estudia los aspectos físicos y las manifestaciones sociales y culturales de las comunidades humanas.
Argumento ontológico de San Anselmo
«Aquel del que nada más grande [que él] puede ser pensado», y argumentó que este ser debe existir en la mente, incluso en la mente de la persona que niega la existencia de Dios. Sugirió que, si el mayor ser posible existe en la mente, también debe existir en la realidad.
Arjé
Principio, fundamento, comienzo, y que fue utilizado por los primeros filósofos para referirse al elemento primordial del que está compuesta y/o del que deriva toda la realidad material.
Ataraxia
Estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos o temores.
Ciudad de Dios
Apología agustiniana del cristianismo, en la que se confronta la Ciudad celestial a la Ciudad pagana.
Convencionalismo moral
Creencia, actitud o procedimiento que considera como verdaderos o valederos únicamente los principios, usos, costumbres y normas convencionales que rigen el comportamiento humano, esto es, aquellos que provienen de una convención
Dualismo ontológico
División de la realidad que propone Platón entre el mundo sensible y el mundo de las ideas
El Príncipe
Tratado político de Nicolás Maquiavelo
Epistemología
Teoría de los fundamentos y métodos del conocimiento.
Estética
Disciplina filosófica que estudia las condiciones de lo bello en el arte y en la naturaleza
Ética
Disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano.
Filosofía
Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.
Giro copernicano
Metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone, respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant
Iluminación (San Agustín)
Teoría epistemológica que sostiene que sólo hay conocimiento si de alguna manera el entendimiento humano recibe ayuda del entendimiento divino; esta ayuda se concibe metafóricamente a modo de luz.
Imperativo categórico
Mandato moral interno, incondicional; la aspiración hacia la conducta moral, inherente a la naturaleza humana por toda eternidad y que guía la actuación de los hombres. Fue enunciado como “Obra de manera de obrar pueda ser considerada ley universal.
Intelectualismo moral o socrático
Principio ético que afirma que la experiencia moral y ética tienen como base el conocimiento del bien, es decir, que solo se puede actuar bien y con justicia si se tiene conocimiento de qué es el bien y la justicia.
Lógica
Parte de la filosofía que estudia las formas y principios generales que rigen el conocimiento y el pensamiento humano, considerado puramente en sí mismo, sin referencia a los objetos.
Logos
Razón, principio racional del universo.
Mayéutica
En la filosofía socrática, diálogo metódico por el que el interlocutor interpelado descubre las verdades por sí mismo.
Metafísica
Parte de la filosofía que trata del ser, de sus principios, de sus propiedades y de sus causas primeras.
Método cartesiano
Procedimiento mediante el cual se trata de hallar la verdad partiendo de la duda y poniendo en el centro la razón.
Mito
Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico.
Navaja De Ockham
“La pluralidad no se debe postular sin necesidad”
Nominalismo
Doctrina filosófica según la cual todo lo que existe es particular.
Placer (epicúreos)
Ausencia de dolor, y para evitar el dolor, debemos buscar los placeres elementales no desenfrenados, sin rendirnos a la esclavitud de la necesidad. La finalidad de nuestras vidas es el placer. Pero no cualquier placer, sino el tranquilo y duradero.
Racionalismo
Teoría epistemológica que, frente al empirismo, considera la razón como fuente principal y única base de valor del conocimiento humano en general.
Realismo (Debate de los Universales)
Postura filosófica según la cual las cosas existen independientemente de que haya una conciencia que las perciba.
Sistema Geocéntrico
Teoría cosmológica según la cual la tierra es el centro del universo.
Sistema Heliocéntrico
Teoría cosmológica según la cual el sol es el centro del universo.
Sistema Tycónico
Modelo cosmológico según el cual la tierra es el centro del universo, el sol gira alrededor de la tierra y el resto de planetas alrededor del sol.
Teoría de las cuatro causas (Aristóteles)
Propuesta filosófica aristotélica según la cual al conocimiento se llega a través del análisis de las cuatro causas, material, formal, eficiente y final.
Utopía.
Obra de Tomás Moro en el que imagina un mundo ideal inspirada en la Inglaterra de la época.
Virtud
Término griego con el que se designaba la excelencia de alguien o de algo.
Juego para trabajar los conceptos filosóficos.
Conceptos 1. https://es.educaplay.com/juego/13145533-conceptos_filosoficos.html
Conceptos 2. https://es.educaplay.com/juego/13145576-conceptos_filosoficos_ii.html
Conceptos 3. https://es.educaplay.com/juego/13145587-conceptos_filosoficos_iii.html
Indicaciones sobre el examen parcial.
El primer ejercicio del examen será un comentario de texto guiado.
El segundo un tema para desarrollar, de estos temas se sortearán dos de los que tendréis que elegir uno
1. El nacimiento de la filosofía como actitud y como evidencia histórica
2. Partes de la Filosofía
3. Historia de la filosofía Antigua: Presocráticos y Filósofos clásicos.
4. Historia de la filosofía Antigua: Filósofos clásicos y Escuelas Helenísticas.
5. Historia de la Filosofía Medieval: San Agustín y el Debate de los Universales.
6. Historia de la Filosofía Medieval: El Debate de los Universales y Santo Tomás.
7. Historia de la Filosofía Moderna: La Revolución Científica.
8. Historia de la Filosofía Moderna: Maquiavelo y las Utopías.
9. Historia de la Filosofía Moderna: El debate sobre el conocimiento Empirismo, racionalismo y filosofía trascendental (Kant).
10. Historia de la Filosofía Moderna: La ilustración
El tercer ejercicio serán preguntas breves o bien tipo test.
Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.
En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos, dentro de cada uno de los cuales reina, a su vez, una nueva jerarquía social de grados y posiciones. En la Roma antigua son los patricios, los équites, los plebeyos, los esclavos; en la Edad Media, los señores feudales, los vasallos, los maestros y los oficiales de los gremios, los siervos de la gleba, y dentro de cada una de esas clases todavía nos encontramos con nuevos matices y gradaciones.
La moderna sociedad burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas.(...)
Vemos, pues, que la moderna burguesía es, como lo fueron en su tiempo las otras clases, producto de un largo proceso histórico, fruto de una serie de transformaciones radicales operadas en el régimen de cambio y de producción.
A cada etapa de avance recorrida por la burguesía corresponde una nueva etapa de progreso político. Clase oprimida bajo el mando de los señores feudales, la burguesía forma en la "comuna" una asociación autónoma y armada para la defensa de sus intereses; en unos sitios se organiza en repúblicas municipales independientes; en otros forma el tercer estado tributario de las monarquías; en la época de la manufactura es el contrapeso de la nobleza dentro de la monarquía feudal o absoluta y el fundamento de las grandes monarquías en general, hasta que, por último, implantada la gran industria y abiertos los cauces del mercado mundial, se conquista la hegemonía política y crea el moderno Estado representativo. Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.
La burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario.
Marx, Engels, El manifiesto comunista, l, 1848
a) ¿Cuál es la idea principal del texto?
b) ¿Por qué se muestra Marx tan partidario de la burguesía?
c) ¿Cómo interpretas la frase de Marx "«Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo»?
d) ¿Compartes el análisis de Marx? ¿Y su propuesta de mundo comunista?
Comentario guiado 3.
La ciudad está dividida en cuatro distritos iguales. En el centro de cada distrito hay mercado público donde se encuentra de todo. A él afluyen los diferentes productos del trabajo de cada familia. Estos productos se dejan primero en depósitos, y son clasificados después en almacenes especiales según los géneros. Cada padre de familia va a buscar al mercado cuanto necesita para él y los suyos. Lleva lo que necesita sin que se le pida a cambio dinero o prenda alguna. ¿Por qué habrá de negarse algo a alguien? Hay abundancia de todo, y no hay el más mínimo temor a que alguien se lleve por encima de sus necesidades. ¿Pues por qué pensar que alguien habrá de pedir lo superfluo, sabiendo que no le ha de faltar nada? Lo que hace ávidos y rapaces a los animales es el miedo a las privaciones. Pero en el hombre existe otra causa de avaricia: el orgullo. Este se vanagloria de superar a los demás por el boato de una riqueza superflua. Un vicio que las instituciones de los utopianos han desterrado. Junto a los mercados que ya he mencionado están los de comestibles. A ellos afluyen legumbres, frutas, pan, pescados, aves y carnes. Estos mercados están situados fuera de la ciudad en lugares apropiados —se mantienen limpios de las inmundicias y desechos por medio de agua corriente. De aquí se lleva al mercado la carne limpia y despiezada por los criados o siervos. Los utopianos no consienten que sus ciudadanos se acostumbren a descuartizar a los animales. Semejante práctica, según ellos, apaga poco a poco la clemencia, el sentimiento más humano de nuestra naturaleza.
Thomas Moore. Utopía
https://biblioteca.org.ar/libros/300883.pdf
1) Cuál es la idea principal del texto
2) Qué elemento de crítica social aparece en el texto
3) ¿Qué otras utopías se escribieron en el renacimiento?
4) ¿Dónde crees que el autor pone el problema de la diferencia de riqueza en la sociedad de su época? ¿Podría acabarse con ese problema mediante la educación?
Comentario guiado 2.
La educación es efecto de la naturaleza, de los hombres o de las cosas. La de la naturaleza es el desarrollo interno de nuestras facultades y nuestros órganos; la educación de los hombres es el uso que nos enseñan éstos a hacer de este desarrollo; y lo que nuestra experiencia propia nos da a conocer acerca de los objetos cuya impresión recibimos, es la educación de las cosas.
Así, cada uno de nosotros recibe lecciones de estos tres maestros. Nunca saldrá bien educado, ni se hallará en armonía consigo mismo, el discípulo que tome de ellos lecciones contradictorias; sólo se encamina a sus fines y vive en consecuencia aquel que vea conspirar todas a un mismo fin y versarse en los mismos puntos; éste solo estará bien educado.
De estas tres educaciones distintas, la de la naturaleza no pende de nosotros, y la de las cosas sólo en parte está en nuestra mano. La única de que somos verdaderamente dueños es la de los hombres, y esto mismo todavía es una suposición; porque ¿quién puede esperar que ha de dirigir por completo los razonamientos y las acciones de todos cuantos a un niño se acerquen?
Jean-Jacques Rousseau. Emilio o de la Educación.
¿Cuál es la idea principal del texto?
¿Por qué considera que la educación teológica es superior a las demás?
¿Por qué son revolucionarios los planteamientos educativos de la Ilustración frente a realidades anteriores?
¿Cómo interpretas la pregunta con la que cierra el texto?
¿Crees que hay momentos en los que sobrevaloramos el poder de la educación?
Ejemplo de comentario de texto guiado 1:
"Dios te bendiga, hijo mío; voy a hacerte partícipe de la joya más preciosa que poseo, pues por amor a Dios y a los hombres te haré una relación del verdadero estado de la Casa de Salomón. Hijo mío, con objeto de que la conozcas bien guardaré el orden siguiente. En primer lugar, te haré saber la finalidad de nuestra fundación. En segundo lugar, las posibilidades e instrumentos con que contamos para nuestros trabajos. En tercer lugar, los diversos empleos y funciones asignados a los colaboradores. Y por último, las ordenanzas y ritos que observamos.
"El fin de nuestra fundación es el conocimiento de las causas y movimientos secretos de las cosas, así como la ampliación de los límites del imperio humano para hacer posibles todas las cosas.
"Los dispositivos e instrumentos con que contamos son éstos. Tenemos grandes y profundas cuevas (le diversa extensión; las más profundas tienen seiscientas brazas, y algunas se hallan excavadas bajo grandes colinas y montañas; si se mide la profundidad de la colina y la de la cueva, algunas de ellas pasan de las tres millas. Creemos que es lo mismo la profundidad de una colina y de una cueva a partir de la parte llana; y ambas están igualmente lejos del sol, de las radiaciones celestes y del aire libre. Llamamos a estas cuevas la región inferior, y las empleamos para realizar coagulaciones, endurecimientos, refrigeraciones y conservación de cuerpos. Del mismo modo, las usamos como imitación de minas naturales, y para producir también nuevos metales artificiales, mediante composiciones y materiales que empleamos, y que permanecen allí durante muchos años. Utilizamos las cuevas también (por extraño que pueda parecer) para curar enfermedades y para prolongar la vida de algunos ermitaños que eligieron vivir allí, provistos de todo lo necesario, e indudablemente viven largo tiempo; a través de ellos aprendemos también muchas cosas.
"Contamos con terrenos donde enterramos varias especies de cementos, como aquellos con que hacen sus porcelanas los chinos. Pero los tenemos en una variedad más extensa, y algunos de ellos son más bellos. Tenemos también una extensa variedad de tierras y abonos para hacer más fértil la tierra".
Francis Bacon, La nueva Atlántida. Fragmento.
https://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/la-nueva-atlantida.pdf
a) ¿Cuál es la idea principal del texto?
b) ¿Cuáles son las ideas secundarias?
c) ¿Qué relación existe entre la Nueva Atlántida, La Utopía de Tomás Moro y La República de Platón?
d) ¿Crees que vale la pena seguir soñando la Utopía? ¿Por dónde empezarías?
Nicolás Maquiavelo. El Príncipe.
El segundo ejemplo más inmediato a nuestros tiempos es el de Oliverot de Fermo223. Después de haber estado, durante su niñez, en poder de su tío materno, Juan Fogliani, fue colocado por éste en la tropa del capitán Paulo Viteli224, a fin de llegar allí bajo un semejante maestro a algún grado elevado en las armas. Habiendo muerto después Paulo, y sucediéndole su hermano Viteloro en el mando, peleó bajo sus órdenes Oliverot; y como él tenía talento, siendo por otra parte robusto de cuerpo y sumamente valeroso, llegó a ser en breve tiempo el primer hombre de su tropa. Juzgando entonces que era una cosa servil el permanecer confundido entre el vulgo de los capitanes, concibió el proyecto de apoderarse de Fermo, con la ayuda de Viteloro, y de algunos ciudadanos de aquella ciudad que tenían más amor a la esclavitud que a la libertad de su patria225. En su consecuencia escribió, desde luego, a su tío Juan Fogliani, que era cosa natural que, después de una tan dilatada ausencia, quisiera volver él para abrazarle, ver su patria, reconocer en algún modo su patrimonio, y que iba a volver a Fermo; más que para adquirir algún honor, y queriendo mostrar a sus conciudadanos que él no había malogrado el tiempo bajo este aspecto, creía deber presentarse de un modo honroso, acompañado de cien soldados de a caballo, amigos suyos, y de algunos servidores226. Le rogó, en su consecuencia, que hiciera de modo que le recibieran los ciudadanos de Fermo con distinción, que no habiéndose fatigado durante tan larga ausencia «en atención a que, le decía, un semejante recibimiento no solamente le honraría a él mismo, sino que también redundaría en gloria de su tío, supuesto que él era su discípulo». Juan no dejó de hacerle los favores que él solicitaba, y a los que le parecía ser acreedor su sobrino. Hizo que le recibieran los habitantes de Fermo con honor, y le hospedó en su palacio. Oliverot, después de haberlo dispuesto todo para la maldad que él estaba premeditando, dio en él una espléndida comida a la que convidó a Juan Fogliani y todas las personas más visibles de Fermo227. Al fin de la comida, y cuando, según el estilo, no se hacía más que conversar sobre cosas de que se habla comúnmente en la mesa, hizo recaer Oliverot diestramente la conversación sobre la grandeza de Alejandro VI y de su hijo César, como también sobre sus empresas. Mientras que él respondía a los discursos de los otros, y que los otros replicaban a los suyos, se levantó de repente diciendo que era una materia de que no podía hablarse más que en el más oculto lugar; y se retiró a un cuarto particular, al que Fogliani y todos los demás ciudadanos visibles le siguieron. Apenas se hubieron sentado allí, cuando, por salidas ignoradas de ellos, entraron diversos soldados que los degollaron a todos, sin perdonar a Fogliani. Después de esta matanza, Oliverot montó a caballo, recorrió la ciudad, fue a sitiar en su propio palacio al principal magistrado, tan bien que poseídos del temor todos los habitantes se vieron obligados a obedecerle y formar un nuevo gobierno cuyo soberano se hizo él228.
Librado Oliverot por este medio de todos aquellos hombres cuyo descontento podía serle temible229, fortificó su autoridad con nuevos estatutos civiles230 y militares231, de modo que en el espacio de un año que él poseyó la soberanía232 no solamente estuvo seguro en la ciudad de Fermo, sino que también se hizo formidable a todos sus vecinos; y hubiera sido tan inexpugnable como Agatocles si no se hubiera dejado engañar de César Borgia cuando, en Sinigaglia, sorprendió éste, como lo llevo dicho, a los Ursinos y Vitelios. Habiendo sido cogido Oliverot mismo en esta ocasión, un año después de su parricidio233, le dieron garrote con Vitellozo, que había sido su maestro de valor y maldad234.
Podría preguntarse por qué Agatocles y algún otro de la misma especie pudieron, después de tantas traiciones e innumerables crueldades, vivir por mucho tiempo seguros en su patria y defenderse de los enemigos exteriores sin ejercer actos crueles; como también por qué los conciudadanos de éste no se conjuraron nunca contra él, mientras que haciendo otros muchos uso de la crueldad, no pudieron conservarse jamás en sus Estados, tanto en tiempo de paz como en el de guerra.
Creo que esto dimana del buen o del mal uso que se hace de la crueldad. Podemos llamar buen uso los actos de crueldad -si, sin embargo, es lícito hablar bien del mal- que se ejercen de una vez235, únicamente por la necesidad de proveer a su propia seguridad236, sin continuarlos después237, y que al mismo tiempo trata uno de dirigirlos, cuanto es posible, hacia la mayor utilidad de los gobernados238.
Los actos de severidad mal usados son aquellos que, no siendo más que en corto número a los principios, van siempre aumentándose, y se multiplican de día en día, en vez de disminuirse y de mirar a su fin239.
Los que abrazan el primer método pueden, con los auxilios divinos y humanos, remediar, como Agatocles, la incertidumbre de su situación. En cuanto a los demás, no es posible que ellos se mantengan240.
Es menester, pues, que el que toma un Estado haga atención, en los actos de rigor que le es preciso hacer, a ejercerlos todos de una sola vez e inmediatamente241, a fin de no estar obligado a volver a ellos todos los días, y poder, no renovándolos, tranquilizar a sus gobernados, a los que ganará después fácilmente haciéndoles bien.
El que obra de otro modo por timidez, o siguiendo malos consejos242, está precisado siempre a tener la cuchilla en la mano243; y no puede contar nunca con sus gobernados, porque ellos mismos, con el motivo de que está obligado a continuar y renovar incesantemente semejantes actos de crueldad, no pueden estar seguros con él.
Por la misma razón que los actos de severidad deben hacerse todos juntos, y que dejando menos tiempo para reflexionar en ellos ofenden menos244; los beneficios deben hacerse poco a poco, a fin de que se tenga lugar para saborearlos mejor245.
Un príncipe debe, ante todas cosas, conducirse con sus gobernados de modo que ninguna casualidad, buena o mala, le haga variar246, porque si acaecen tiempos penosos, no le queda ya lugar para remediar el mal247; y el bien que hace entonces, no se convierte en provecho suyo248. Le miran como forzoso, y no te lo agradecen.
https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-principe--1/html/0005364a-82b2-11df-acc7-002185ce6064_88.html#I_7_
Fragmento carta a Meneceo, Epicuro.
Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en las sensaciones, y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva de un afán desmesurado de inmortalidad. Nada hay que cause temor en la vida para quien está convencido de que el no vivir no guarda tampoco nada temible. Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera. El peor de los males, la muerte, no significa nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe, y cuando está presente nosotros no existimos. Así pues, la muerte no es real ni para los vivos ni para los muertos, ya que está lejos de los primeros y, cuando se acerca a los segundos, éstos han desaparecido ya. A pesar de ello, la mayoría de la gente unas veces rehuye la muerte viéndola como el mayor de los males, y otras la invoca para remedio de las desgracias de esta vida. El sabio, por su parte, ni desea la vida ni rehuye el dejarla, porque para él el vivir no es un mal, ni considera que lo sea la muerte. Y así como de entre los alimentos no escoge los más abundantes, sino los más agradables, del mismo modo disfruta no del tiempo más largo, sino del más intenso placer.
https://es.wikisource.org/wiki/Carta_de_Epicuro_a_Meneceo
Capítulo I
Hemos hablado del ser primero, de aquel al que se refieren todas las demás categorías; en una palabra, de la sustancia. A causa de su relación con la sustancia los demás seres son seres, y en este caso están la cuantidad, la cualidad y los atributos análogos. Todos estos seres, como hemos dicho en los libros precedentes, contienen implícitamente la noción de la sustancia. El ser no sólo se toma en el sentido de sustancia, de cualidad, de cuantidad, sino que hay también el ser en potencia y el ser en acto, el ser relativamente a la acción. Hablemos, pues, de la potencia y del acto. Por lo pronto, en cuanto a la potencia, observemos que la que merece verdaderamente este nombre no es el objeto único de nuestro estudio presente; la potencia, lo mismo que sucede con el acto, se aplica a otros seres que los que son susceptibles de movimiento. Hablaremos de la potencia motriz en lo que vamos a decir de la actualidad; pero también hablaremos de otras clases de potencia.
La potencia y el poder, que ya hemos caracterizado en otro lugar, se toman en muchas acepciones. No tenemos que ocuparnos de las potencias que sólo son de nombre. Una semejanza ha sido motivo de que se diera a algunos objetos, en la geometría por ejemplo, el nombre de potencias; y otras cosas se las ha supuesto potentes o impotentes a causa de una cierta manera de ser o de no ser.
Las potencias pueden referirse a un mismo género; todas ellas son principios, y se ligan a un poder primero y único, el de cambio, que reside en otro ser en tanto que otro. La potencia de ser modificado es en el ser pasivo el principio del cambio, que es capaz de experimentar mediante la acción de otro ser en tanto que otro. La otra potencia es el estado del ser, que no es susceptible de ser modificado en mal, ni destruido por otro ser en tanto que otro por el ser que es el principio del cambio. La noción de la potencia primera entra en todas estas definiciones. Las potencias de que hablamos se distinguen, además, en potencia simplemente activa o simplemente pasiva, y en potencia de hacer bien o de padecer el bien. Las nociones de estas últimas encierran, por tanto, en cierta manera, las nociones de las potencias de que ellas se derivan.
Un ser tiene poder, ya porque tiene la potencia de modificarse a sí mismo, ya porque tiene la de modificar a otro ser. Ahora bien; es evidente que la potencia activa y la potencia pasiva son, desde un punto de vista, una sola potencia, y desde otro son dos potencias. Se da ante todo la potencia en el ser pasivo; y porque hay en él un principio, porque la materia es un principio, por esto el ser pasivo es modificado, y un ser modifica a otro ser. Y así, lo que es graso es combustible; lo que cede de cierta manera es frágil y lo mismo en todo lo demás. Luego hay la potencia en el agente: como el calor y el arte de construir, el uno en lo que calienta y el otro en la arquitectura. Un agente natural no puede hacerse experimentar a sí mismo ninguna modificación; hay unidad en él, y no es otro que él mismo. La impotencia y la imposibilidad son lo contrario de la potencia, la privación de ésta; de suerte que hay respecto de cada potencia la impotencia de la misma cosa sobre el mismo ser. Pero la privación se entiende de muchas maneras. Hay la privación de una cosa que naturalmente no se tiene, y la privación de lo que se debería naturalmente tener; un ser padece privación, bien absolutamente, bien en la época de la posesión; también la privación es completa o parcial; en fin, cuando la violencia impide a los seres tener lo que es propio de su naturaleza, decimos que estos seres padecen privación.
El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría del conocimiento explicada al final del libro VI, ilustrada mediante la alegoría de la línea.
El mito de la caverna
I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.
Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.
- Ya lo veo-dijo.
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
- ¿Qué otra cosa van a ver?
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?
- No, ¡por Zeus!- dijo.
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.
- Es enteramente forzoso-dijo.
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
- Mucho más-dijo.
II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?
- Así es -dijo.
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
- ¿Cómo no?
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
- Necesariamente -dijo.
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?
- Efectivamente.
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?
- Ciertamente -dijo.
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.
- Claro que sí -dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.