ESCUCHATORIO DE SUEÑOS por LA COMUNIDAD SOÑANTE
Francisco Arrieta, Giulianna Zambrano, Shaday Larios
Bitácora para navegar el misterio onírico: un refugio replicable
Después de más de ochenta días de confinamiento, G decidió salir a caminar por primera vez. Se quedó escuchando el granizo debajo de un portón, pero no era un mes de agua, sino uno de sequedad y viento. Tomó una fotografía de las gotas, registró el sonido en ese umbral y nos preguntó: ¿será enigma o señal? No supimos separar una palabra de la otra. ¿Y si hacemos una colección de enigmas y señales? –preguntó. De regreso a su casa, un objeto se rompió inexplicablemente. Dos días más tarde, haríamos el primer registro de un sueño al despertar.
Al inicio de la pandemia Francisco, Giulianna y Shaday nos acompañábamos como un grupo de lectura semanal (el club del destiempo). Con los días hicimos una composta de autorxs, conceptos e ideas que continúan su proceso de fermentación en nosotras, ahora también en el campo experimental onírico: Paul B. Preciado, Suely Rolnik, Marina Garcés, Silvia Rivera Cusicanqui, Cristina Rivera Garza, Rebecca Solnit, Donna Haraway, Ocean Vuong, entre otrxs. Pero fue con la lectura de los trabajos de campo de la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich que nos detuvimos en la implicación-afectación del acto de escuchar, la escucha activa del saber de los cuerpos y las cualidades íntimas de la narración oral. En un gesto de introspección colectiva, pulsada también por el contexto pandémico, enfocamos intuitivamente esta potencia cuidadosa y atenta hacia el curso de lo que soñábamos.
El registro de nuestros sueños se convirtió en una práctica compartida, y el acto de escuchar los sueños de las otras, en un ejercicio de orientación acompañada, a la vez que un refugio en un contexto incierto. Al despertar, intentábamos atrapar nuestro sueño y volcarlo en palabras. Las palabras registradas desde nuestras respectivas camas-guaridas, a través del soplo de la narración, pretendían conseguir la emulsión o la aparición de imágenes que dieran cuenta de aquello que acababa de acontecer en el tiempo del sueño. Las vibraciones, temporalidades, figuras y espacialidades, las conexiones densas y complejas entre los cuerpos del sueño y de la vigilia, se nos fueron manifestando como saberes que se articulan en esta bitácora soñante como un trabajo colectivo que invita a navegar el misterio onírico.
Compartir los registros nos permitió compenetrarnos como una comunidad que sueña junta, como una comunidad fuera de sí, que investiga los sueños buscando respuestas en el lenguaje, el imaginario y la potencia vital de aquel tercio de nuestras vidas. La práctica, que entendemos como una práctica extravagante, desbordó los límites de los sentidos cotidianos en la vigilia; nos permitió recurrir con frecuencia a los sueños en búsqueda de desplazamientos, posibilidades, correspondencias, indeterminaciones, poéticas e imaginación política. Asimismo, la escucha activa de lo que el sueño informa, lo que imagina, lo que devuelve como posibilidad aún en la carencia de una imagen estable se nos impuso como un ejercicio micropolítico frente a la incertidumbre. A veces no recordábamos nada que pudiese ser narrado, a veces las evidencias permanecían en el cuerpo en el transcurso del día, a veces la memoria del sueño se revelaba por las correspondencias en la vigilia. Perseguir el sueño es rodear una serie de imágenes faltantes, orientarse por algo que se desvanece en el intento de ser asido.
El registro de este esfuerzo, el recorrido por los archivos para afinar una escucha lejana, el pensamiento del saber del sueño y el deseo de seguir construyendo una comunidad que comparte lo que sueña en medio de la velocidad y de la pobreza de tiempo de nuestro presente impulsa lo que sigue: una bitácora como un recorrido por el proceso que nos juntó por varios meses alrededor del acto, registro y escucha del sueño. Las anotaciones recogen reflexiones, experiencias y sospechas acerca de este ejercicio compartido en conexión con nuestros sueños. Algunas de las imágenes y citas incluidas son parte de esa gran composta que sigue mutando. La señalética, por otro lado, no conduce ni aclara, sino que sugiere algunas guías para habitar la desorientación y dispersión de los sueños;comparte un lenguaje que se nos fue apareciendo como puente entre el sueño y la vigilia, entre la experiencia personal y la escucha de la experiencia de las otras. En el escuchatorio del sueño proponemos compartir esta experiencia umbral atravesando parte de nuestro archivo sonoro. Compartir nuestras voces soñantes, abrir el archivo sonoro como un espacio de resonancias, es una manera de continuar esta comunidad de escucha y experimentación. Creemos que este refugio es un dispositivo replicable y que la comunidad soñante seguirá alimentando esta bitácora que apenas empieza.
F se preguntaba por qué se siente tan sensible cuando se levanta de la cama después de grabar su sueño y de escuchar los de S y G. La sensación de su cuerpo es otra, tiene una presencia que no es densa ni volátil:la presencia del diente de león que adoptamos como imagen de la sospecha de lo que falta.
Hay ecos de sus presencias en mis sueños
me vuelvo un eco para habitar los suyos
siento una conexión extravagante
extravagante
un eco extravagante
extra-vagar
extraño
Que nada nos detenga.
Presentación del libro Escuchatorio de sueños, por la comunidad soñante.
Quito, Ecuador
Enero 2024
El Festival de la Bestia; Tijuana Barber shop es un encuentro escénico dedicado a la comunidad migrante en tránsito que replantea expresiones, lenguajes y poéticas a partir del desplazamiento humano y en consecuencia de la violencia. En la presente edición se pretende llevar un programa de intervenciones escénicas dentro de barberías instaladas por comunidades haitianas en Tijuana, considerándolas espacios de resistencia cultural frente a la segregación y el tránsito forzado.
Las propuestas que se presentarán están orientadas al teatro, la danza o el performance y pensadas desde la inclusión, el respeto a la diversidad sexual, la equidad de género y se encuentran basada en una exploración del mito planteado por Eurípides en su obra Ifigenia entre los Tauros, texto que abre una importante reflexión sobre la permanencia y el exilio.
De este modo, el festival llevará paralelamente un programa expositivo y contará con colectivos de Costa Rica, Bolivia, Argentina, Ecuador, México y su programación se conforma del siguiente calendario: