Los grandes desafios

El mayor reto de este medio siglo será vivir - incluso sobrevivir - en un mundo que se encuentra a la deriva y que tal vez va hacia su propia pérdida. Este reto podria resumirse a unos pocos problemas clave, a la vez complejos e interrelacionados. De echo estamos aquí ante un desafío sistémico que no admite soluciones simples o respuestas aisladas. Es por esta razón que la "clase política" y las formas de gobernación hoy practicadas son incapaces de responder a tal desafío: porque buscan respuestas simples, de causa a efecto, a problemas complejos, mientras que seria necesario desarrollar enfoques sistémicos y holísticos.

El primer de los grandes desafíos que enfrentamos hoy es de toda evidencia el del crecimiento: un crecimiento exponencial y destructivo que afecta a todos los equilibrios naturales. Un crecimiento demogáfico, en primer lugar, es decir el de la población que ojala se estabilizara en las próximas décadas, mientras que sigue afectando fatalmente los recursos naturales y el medio ambiente. Un Crecimiento físico, tambien, es decir industrial y urbano, que llega iguamente a sus límites - debido a que su continuación es insostenible - no sin destruir nuestro medio ambiente y agotar nuestros recursos naturales. Todo esto conlleva desequilibrios en cadena, que serán cada vez más difícil de controlar.

La cuestión del petróleo y de las alternativas energéticas surgirá también de modo crucial en todas las sociedades. El agotamiento inevitable de los recursos petrolíferos llevará al fin de las sociedades y de los modos de vida tales como las conocemos hoy en día. Mientras tanto el uso incontrolado de los combustibles fossiles sigue calentando la tierre y los oceanos. El control de las reservas remanentes de hidrocarburos y el desarrollo de energías alternativas ya se presentan como un desafío mayor para los próximos años. Estos cambios tomaran dimensiones tanto geopolíticas como económicas. Los enfrentamientos que desencadenaran anuncian también otros en áreas con recursos escasos como el agua, la tierra y otros recursos.

Todos estos cambios pondrán seriamente en peligro el planeta. En primer lugar los ecosistemas, que son en su mayoría amenazados por las actividades depredadoras del hombre (caza, pesca, deforestación, etc.) o indirectamente por los efectos destructivos de su actividad (sobre-explotación de la tierra, desertificación , contaminación, etc.). Especies animales y vegetales desaparecerán irremediablemente y, con ellas, riquezas biológicas insustituibles. Los ecosistemas entraran en crisis tras la pérdida de enlaces esenciales. Y el planeta entero entrará en la tormenta, con el calentamiento global y el cambio climático, que cambiarán su configurción y expondrán los pueblos a riesgos extremos.

En este contexto de crisis generalizada las tensiones aumentarán dentro de las sociedades así como entre las naciones. Los cambios por venir tendrán un impacto directo sobre la vida de los individuos, de los más pobres a los más ricos. Los primeros trataran meramente de sobrevivir - rebelándose ocasionalmente - mientras que los otros tentarán captar una parte cada vez mayor de las riquezas para perpetuar su dominación. Todo aquello creará tensiones extremas dentro de las sociedades, mientras que avivara - a nivel mundial - la lucha por el control de los recursos. La tentación será por lo tanto grande para las clases dominantes de establecer estados policiales mientras promoviendo aventuras militares para apoderarse de las la riquezas del vecino.

Estas tensiones crecerán sobre un fondo de intolerancia generalizada, inducidas por tensiones internas, pero también explotadas e instrumentalizadas por lideres sin scrupulos. La marginación de grandes sectores de la sociedad, la convivencia entre comunidades cada vez más difícil y una violenta afirmación de las identidades culturales frente a un proceso de globalizacion destructor de la las tradiciones y de las naciones ocasionarán cada vez mas intolerancia. El miedo al Otro y el espectro del terrorismo, hábilmente recuperados por la clase dirigente, se convertirán en el motor una carrera hacia cada vez más seguridad, como lo vemos hoy en dia en el mundo.

Todo esto lleva inevitablemente – si descuidamos – hacia un universo obsesionado por la seguridad, al advenimiento del cual ya están trabajando las clases dominantes. Ya que al no poder controlar las crisis futuras y las tensiones que inducirán, la tentación será grande para estas ultimas de establecer sistemas totalitarios que permitan controlar las populaciones, preservando al mismo tiempo su control de la riqueza y del poder. Este nuevo tipo de totalitarismo pasará por una escalada hacia más seguridad y por la puesta bajo vigilancia de las sociedades, un proceso desde ya muy avanzado. Todo aquello nos dirigirá directamente - si no reaccionamos a tiempo - a la muerte de la democracia y de las libertades fundamentales.