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Funciones cognitivas y actividad física 

Las funciones cognitivas se relacionan estrechamente con la actividad física, tal como ponen de manifiesto numerosos estudios científicos. 

Su práctica protege frente a las enfermedades asociadas a la edad y preserva la calidad de vida. Con la edad avanzada, el cerebro humano sufre una involución paulatina. Algunas de sus estructuras decrecen y aparecen distintas alteraciones que dificultan las funciones cognitivas. 

El ejercicio físico, al aumentar el volumen del flujo sanguíneo cerebral, mejora el rendimiento cognitivo incluso a edades avanzadas. La actividad física se considera la medida no farmacológica más eficaz frente a las enfermedades asociadas a la edad. 

Para algunos autores constituye la “píldora antienvejecimiento” por excelencia. En ocasiones, de forma errónea, aún se piensa que la edad avanzada es una contraindicación para realizar actividad física. 

Sin embargo, la edad en sí misma no es obstáculo para practicarla. Solo es necesario adaptar el programa de entrenamiento a las características individuales. 

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