Los matraces son recipientes con cuerpos anchos y cuellos tubulares estrechos que tienen diseños particulares en relación con la función para la que se destinan. En esta sección se incluyen aquellos que son de utilidad para mezclar, calentar, enfriar, realizar reacciones químicas, pero sobre todo para contener sólidos o líquidos sin la necesidad de precisión en la medición de su volumen.
Estos matraces se caracterizan por la forma cónica de su cuerpo a menudo con graduaciones en un costado, se especifican por su capacidad y algunos llevan tapa a rosca o presión para sellar la abertura en el cuello mientras otros directamente pueden taparse con tapones de goma o de vidrio.
Pueden ser de vidrio o plástico; los de vidrio pueden resistir el choque térmico y el ataque químico mientras los de plástico tienen la ventaja de ser más económicos y más resistentes a los golpes y posibles roturas pero con limitaciones en cuanto al calentamiento de forma directa y a su escasa resistencia frente a los combustibles.
Su nombre proviene de su creador, el químico alemán Emil Erlenmeyer (1825-1909). Se encuentran en diferentes volúmenes y diseños según las necesidades específicas.
Son útiles en la preparación de mezclas y disoluciones gracias a que su forma cónica permite la agitación manual sin riesgo de derrames. Por la misma razón son imprescindibles en las reacciones de titulación, en las que se agrega la ventaja de la observación visual de los cambios de coloración.
Pueden colocarse sobre una fuente de calor (con trípode o aro de metal y rejilla sobre un mechero Bunsen o directamente sobre placa calefactora) y su forma cónica ayuda a distribuir el calor de manera uniforme, evitando puntos de calentamiento excesivo y posibles proyecciones así como su cuello estrecho minimiza la pérdida de vapores permitiendo una manipulación segura y eficiente.
En todas sus formas y materiales admiten el uso de agitadores magnéticos.
Es un matraz de Erlenmeyer con la particularidad de contar con un tubo de desprendimiento lateral en la parte superior que permite su conexión a diferentes dispositivos a través de mangueras o tubos flexibles.
Se utilizan para destilación, recolección de gases, filtración al vacío y otros procesos. Puede decirse que su principal uso está relacionado con la separación de mezclas que tienen sustancias sólidas, liquidas y gaseosas.
Si bien el matraz Kitasato lleva su nombre en honor al bacteriólogo japonés Shibasaburo Kitasato (1852-1931), su inventor fue Ernst Büchner quién también creó el embudo Büchner con el que forman un equipo inseparable cuando se realizan filtraciones al vacío y se conecta el tubo lateral del Kitasato a una bomba de vacío para acelerar el proceso de filtración.
En su mayoría son de vidrio muy grueso para soportar condiciones de alta presión interna aunque en la actualidad, se fabrican también de plástico para usos no tan extremos de manera de evitar roturas y disminuir costos.