Los vasos de precipitado o beaker, son recipientes de forma cilíndrica (caras laterales rectas y fondo plano) con un pico en el borde para facilitar el vertido de su contenido. La excepción a esta definición es un vaso de precipitados de lados ligeramente cónicos llamado vaso Philips. La presencia de un pico significa que el vaso no puede taparse totalmente, sin embargo, en caso de ser necesario evitar la contaminación o la pérdida del contenido, pueden cubrirse con un vidrio de reloj o film transparente.
Se los encuentra en diferentes capacidades, desde 5mL hasta varios litros. En su mayoría son graduados aunque por su misma forma no se recomiendan para mediciones exactas de volúmenes.
Los hay de vidrio (por lo general pyrex), metal (acero inoxidable o aluminio) o algunos tipos de plástico según el uso al que van a destinarse. Su utilidad principal es contener y transportar líquidos o sustancias químicas de distintos tipos, pero también sirven para calentar, disolver o realizar reacciones químicas, entre ellas, de precipitación.
También existen en variedad de formas y diseños.
Son los clásicos vasos de precipitado, diseñados por el químico John Joseph Griffin tienen como característica que su altura es 1,4 veces su diámetro y tienen pico en el borde para verter sin derrames. Fueron desarrollados como parte de su línea de productos de vidrio de laboratorio en el siglo XIX, añadiéndoles una escala para estimar el volumen del líquido contenido en éste.
Son vasos de precipitado más altos, su altura es el doble de su diámetro y reciben el nombre de vasos Berzelius en honor del químico sueco Jöns Jacob Berzelius. Algunos modelos carecen de pico vertedor y son apropiados para contener electrodos y para titulaciones.
Son vasos de precipitado planos y se usan para realizar la cristalización de compuestos a partir de sus disoluciones saturadas para su purificación o como recipientes en calefacción al baño maría. Estos vasos no tienen escala graduada.
Este tipo de vasos de precipitado poseen paredes ligeramente inclinadas dándole una forma cónica suave, no tan pronunciada como el caso de los Erlenmeyer. Pueden tener graduaciones laterales y pico para vertido seguro. Se utilizan para trabajar con líquidos de alta viscosidad.