Roberto Bolaño
Extraño maniquí

Extraño maniquí de una tienda del Metro,

qué manera de observarme

y presentirme más allá de todo puente

mirando el océano o un lago enorme

como si de él esperara aventura y amor

Y puede un grito de muchacha en plena noche

convencerme de la utilidad de mi rostro

o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo

la memoria del amor negándose tres veces

en aras de otra especie de amor

Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera

desvalorizándonos

o bien volvemos a una casa pequeñísima

donde nos espera sentada en la cocina una mujer

Extraño maniquí de una tienda del Metro

qué manera de comunicarte conmigo, soltero y violento

y presentirme más allá de todo

solamente me ofreces nalgas y senos

estrellas platinadas y sexos espumosos

No me hagas llorar en el tren naranja

ni en las escaleras eléctricas

ni saliendo repentinamente a marzo

ni cuando imagines, si imaginas, mis pasos de veterano absoluto

nuevamente bailando por los desfiladeros

Extraño maniquí de una tienda del Metro

así como se inclina el sol y las sombras de los rascacielos

irás inclinando tus manos

así como se apagan los colores y las luces de colores

se apagarán tus ojos

¿Quién te mudará de vestido entonces?

Yo sé quién te mudará de vestido entonces