La Nueva Ola

La Nueva Ola, fue, por supuesto, el trasunto español de la New Wave que, curiosamente, no tenía nada que ver con la Nouvelle Vague, que era una cosa intelectual francesa (Cahiers du Cinèma et tout ça).

La cosa venía a ser más o menos así:

  • El rock es viejo

  • Los Beatles se murieron

  • Los Rolling no han tenido la decencia de morirse

  • Las drogas han matado a Janis Joplin, Jimi Hendrix y Jim Morrison: La Jotas Muertas

  • La música electrónica es aburrida y no se puede bailar

  • Todo el mundo se puede forrar con un grupillo que tenga éxito

  • Estamos hartos de vestir mal deliberadamente

  • Todo lo citado anteriormente es cosa de mis hermanos mayores

  • Seamos, pues, absolutamente modernos (¿Valèry?) y extravagantes.

La Nueva Ola empieza con los 80 y los abarca hasta su final, cuando llega la Posmodernidad.1

La Nueva Ola es el último de los movimientos del siglo XX que pretende ser la referencia, marcar la moda, estar en la espuma de los días, ser la última ola que rompe en la playa.

A partir de ese momento, esto ya no podrá ser posible nunca más.

Trataremos de explicarlo:

Cuando la información aún no se transmitía de forma instantánea (hablo del siglo XX en la etapa anterior a la televisión en color), se creaban movimientos artísticos distantes entre sí en el espacio. Pasado algún tiempo, uno de ellos rozaba la sensibilidad general y los consumidores (los no creadores) lo absorbían. Entonces crecía, se desarrollaba (es decir, se industrializaba), se vendía y, finalmente, dejaba de ser rentable y desaparecía.

En ese proceso de desarrollo industrial, todo los demás movimientos artísticos coetáneos eran -necesariamente- minoritarios y, por tanto, despreciados por la industria (musical, textil y mediática) y relegados a la marginalidad:


Cuando nace el rock and roll y la industria encuentra a su chico blanco (Elvis) para poder venderlo (1954-1963), ya existen John Lee Hooker y Big Bill Bronzy, pongamos por caso.

Cuando emergen Beatles y Rolling ya existía el flamenco.

Cuando el ye-yé se adueña del panorama, The Cream ya está en otro planeta y no digamos Frank Zappa.

Cuando la música disco hace furor (se decía así) ya existía el Rap (¡Paco de Lucía publica "Fuente y caudal" en 1973!)

Cuando los Punkis vociferan, ya se está haciendo música celta.

Pero John Lee Hooker, B.B.Bronzy, el flamenco, The Cream, Frank Zappa, el Rap y la música celta no eran (no estaban de) moda. Hubo que esperar a que se agotara todo lo demás para que saltaran a un plano visible (y siempre sin éxito mayoritario).


En ese período que abarca desde el 54 hasta los años 80, aún parecía que podía inventarse algo que fuera diferente, algo que fuera lo último, pero, a partir de entonces, se empezó a ver claramente que todo estaba ya inventado y hubo de empezarse a hacer variaciones sobre lo mismo: mezclamos jazz y rock, rock y clásica, pop y reggae y así hasta agotar las variaciones. El último peldaño (lo veremos en los 90) será, simplemente, hacer versiones de lo que ya se había hecho antes.


La Nueva Ola tenía un cierto aire dandy: lejos de la pobreza en la vestimenta de los movimientos anteriores, los grupos empiezan a usar ropa de diseñadores.

Huyen de la imagen (esa palabra empieza a ser el tótem que será un poco más tarde) de conjunteros: tipos con guitarras y pelo largo.

Los grupos Nueva Ola usan sintetizadores y baterías electrónicas y empiezan a experimentar con música no musical (disonancias, ruido, sonidos industriales, sonidos sintéticos que no sintetizan el de ningún instrumento existente...).

Es decir, a su manera, la música reproduce el proceso de la Pintura a partir de Goya: Impresionismo, Cubismo, Abstracción, Informalismo y Perplejidad (Época Actual)

Y la reproduce -probablemente- por las mismas causas: la conversión del Arte en Negocio.

Aclaro aquí que yo creo que el "Arte-Negocio" es un continuo; no dos realidades discretas separadas por una línea. Hablo, pues, de una transición suave que no exige que el artista deje de serlo enteramente para poder vender.

Pero se puede estar más cerca de un lado (el Arte) que del otro (el Negocio).

Hay una Nueva Ola vanguardista (The Residents, Laurie Anderson: minimalismo y aburrimiento) y otra popular, apta para las películas de James Bond (de Roger Moore) y para bailar en las nacientes Macrodiscotecas: Culture Club, Spandau Ballet, Talking Heads, Men at work...

El signo visual de los ochenta en relación a la moda, es la vuelta a la chaqueta (o americana) y al pelo corto, probablemente por esa tendencia apuntada arriba hacia el dandismo.

Pero como la Nueva Ola es sólo un estado mental, nos ocuparemos por separado de las formas en que se actualizó a lo largo del tiempo. (Este planteamiento es radicalmente aristotélico: género teórico/género histórico; no era consciente de que la escolástica se refugiara en mi cabeza).


1 Sé que hay autores que niegan la existencia de tal fenómeno, pero ya daremos pruebas evidentes de que existe y en ello estamos.