El primer libro del Jumásh (pentateuco) reúne un relato de tipo simbólico-alegórico sobre el ordenamiento del mundo visible en el contexto de la salida del pueblo de Israel de Mitzráyim (antiguo Egipto) y con un claro propósito de servir de plano para la visión y decodificación espiritual del mundo; a continuación describe el origen y la razón de ser de la situación caótica humana tales como la condición pecaminosa, la rebelión y la tendencia continua hacia el mal, hacia lo perjudicial, lo dañino. Posteriormente, pasa a exponer cómo Dios marcará la diferencia con su llamado y elección, empezando con individuos (Hével, Shet, 'Enosh, Janoj), y luego familias (Nóaj, 'Avraham, Yitzjaq y Ya'aqov).
El libro termina con la figura de un individuo llamado de entre los llamados, proveedor y reconciliador, Yosef (José) que además sentaría un precedente para las postreras generaciones como ícono de la paz y la justicia; Yosef representaba un boceto aún incompleto del futuro reino de Dios en la tierra.