Recibe el nombre de variable toda característica medida en un estudio, se realice su medición en números (por ejemplo, la edad o el peso) o en términos de categorías (por ejemplo, el sexo o la presencia o ausencia de una enfermedad).

Las variables se seleccionan sobre la base de su relevancia para los objetivos de la investigación. Si los objetivos han quedado formulados por escrito, las variables clave deberán haber sido mencionadas en ellos específicamente; cuanto más específica la formulación de los objetivos, mayor número de variables habrán sido incluidas.

En los estudios cuantitativos se debe identificar y definir las variables o factores relevantes de competencia directa del estudio. Asimismo, es preciso que se las defina operacionalmente.

La definición operacional de una variable es un conjunto de indicaciones que permite proceder a adjudicar un valor de dicha variable a cada observación mediante la identificación del instrumento de medición, la explicitación de la escala de medición (o sea de los valores posibles) y la formulación del procedimiento de medición. Es decir, será necesario transformar el contenido teórico o abstracto de las variables en características observables especificando los indicadores a través de los cuáles se las medirá. En general, son considerados incompletos los proyectos que requiriendo de la operacionalización de las variables, no lo hayan efectuado

En los estudios de tipo cualitativo todo el proceso de planificación es más flexible, en el sentido que se va re-formulando a medida que se trabaja en el campo. Si bien, por lo general, el investigador entra al campo pretendiendo capturar las categorías con las que el grupo social estudiado da significado a la realidad, deberá igualmente señalar las líneas de análisis, o categorías y dimensiones preliminares propuestas por la teoría.