Soporte es la forma en la que se ha llamado a lo largo de la historia del arte a la superficie donde se aplica el color en una pintura. Los soportes que más se han utilizado son: las paredes, las tablas de madera, el pergamino, el papel o el lienzo, pero es este último el que más se ha usado.
En la historia no escrita en la que se narra cómo llegaré a ser profesora de ELE, se acerca el momento de las prácticas, por lo que es este el capítulo en el que presento mi punto de partida, que resulta ser mi propio soporte. Teniendo en cuenta que yo no soy una tabula rasa y que ya tengo un bagaje, intentaré situarme en el camino correcto para emprender mi viaje, aquel que tenga las mejores vistas y que cuente con menos curvas. Ya he explicado bastantes aspectos sobre mí y sobre mi visión de la docencia, así que aquí profundizaré mis sentimientos, emociones, reflexiones que me surgen antes de comenzar el periodo de prácticas, así como los objetivos en relación con la asignatura de Prácticas docentes.
Para mí, es importante recordar en todo momento que cada estudiante de ELE quiere aprender esta lengua por motivos muy diferentes, pero los profesores deben tener siempre un objetivo común: desarrollar la competencia comunicativa del alumnado, incluyendo todas sus ramas: pragmática, lingüística, sociolingüística y literaria. También debe aportar las herramientas y conocimientos que son imprescindibles para poder desenvolverse en cualquier situación comunicativa, no solo en el ámbito académico, sino también en el profesional, en el familiar y en el social. Todos los elementos que componen la materia de ELE son fundamentales para la formación de seres humanos conscientes e interesados en desarrollar y mejorar su competencia comunicativa, capaces de interactuar en todas las situaciones comunicativas que vivirán. Esto exige una reflexión lingüística, cuyo fin es conocer progresivamente la lengua, y una reflexión literaria, con la que se intenta que el alumnado adquiera la capacidad de interpretar y valorar el mundo y de crear y defender sus propias opiniones a través de la lectura.
Sin embargo, resulta prácticamente imposible conseguir un dominio completo de una lengua. Siempre hay algo nuevo, ya sean nuevas expresiones que surgen, actualización de reglas ortográficas, nuevas palabras, o nuevas formas de hacer literatura, por ejemplo. Los seres humanos creemos que dominamos una lengua simplemente por el hecho de usarla, pero eso no es así. Quizás fue ese afán por saber más por algo que consideramos tan propio, tan nuestro, lo que me llevó a estudiar filología hispánica. Después, entré en el Máster en Profesorado con el fin de compartir con las personas todas las reflexiones que podemos extraer de la lengua y de la literatura. Al mismo tiempo, quería ayudar a las personas, especialmente adolescentes, a encontrar su propia forma de aprender y ver cómo evolucionan sus conocimientos a lo largo del tiempo. Más tarde, decidí cursar este Máster en formación de profesorado de ELE porque quería enseñar a todas aquellas personas que quieren (o incluso necesitan) aprender español de forma voluntaria (por placer o cualquier otro motivo) o de forma obligada (en un contexto de inmersión, por ejemplo, deben aprender la lengua “a la fuerza”).
Ahora que se acercan las prácticas, soy más consciente de que este periodo es una parte fundamental del Máster y que pretende crear una conexión entre la formación que me ofrece la Universidad con la realidad social, cultural y educativa de los centros. En este tiempo en el que reflexionaré acerca de la labor docente en el aula de ELE, todavía seré estudiante, pero iré descubriendo herramientas y recursos variados que espero poder aplicar cuando cambie de rol y sea profesora.
La primera página de este capítulo de las prácticas es toda una declaración de intenciones. Me encuentro a punto de sumergirme un poquito más en la docencia de ELE y estoy muy emocionada. Quiero empaparme de todo lo que quepa en mi propio soporte para aplicarlo más adelante, cuando sea mi momento, cuando me vea de repente frente a un grupo de personas que esperan que yo les enseñe algo. Quiero conocer todas las técnicas posibles para amenizar las clases y que se pasen volando porque todos nos hemos divertido, y quiero poder decir que me encantaría poder repetirlas todos los días de mi vida sin cansarme a mí misma o aburrir a los demás. Quiero aprender a planificar las clases de forma eficiente y que me apasione pasar horas pensando qué haré en las próximas clases. Quiero explotar mi creatividad a la hora de crear y adaptar actividades, pensar en dinámicas de grupo variadas e introducir contenidos de manera interesante. Quiero crecer. Quiero saber cuáles son todas las situaciones educativas a las que puedo llegar a enfrentarme algún día y estar preparada para cada una de ellas. Estos son mis objetivos en relación con la asignatura de Prácticas docentes, que es la primera página de este capítulo y, a su vez, puede ser también el momento de elección del soporte donde serán colocados los azulejos (una fachada, una pared interior, el suelo de una habitación...). Para el final de este capítulo y, por consiguiente, cuando el trabajo de alicatado haya terminado, espero haber podido conocer más a fondo esta profesión y haberme enamorarme de ella por completo, con sus ventajas y sus desventajas.