5. Prosodia

5.1 Las unidades prosódicas o suprasegmentales

5.1.1 La sílaba

Como vimos en la sección 1.5 Unidades y propiedades segmentales y suprasegmentales, los segmentos no presentan límites físicos precisos entre ellos, pues son el producto de movimientos continuos del aparato fonador. Los sonidos del habla de nivel segmental, entendidos como unidades discontinuas, responden a una idealización de la realidad basada en la concepción de que las lenguas están conformadas por inventarios de fonemas (“el principio fonémico” de  Hualde 2014). Al igual que los segmentos, las sílabas no presentan límites articulatorios ni acústicos claramente delimitables entre ellas. Son unidades fonológicas cuya existencia se postula a partir del funcionamiento de las lenguas.


Todas las lenguas construyen sus signos con secuencias de segmentos que, grosso modo, determinan que la pronunciación vaya de una articulación más cerrada, como la de una consonante, a una más abierta, como la de una vocal, y luego prosiga nuevamente a una articulación más cerrada a la que le seguirá una más abierta y así sucesivamente. Esto suele representarse como una secuencia CV.CV.CV, en la que las unidades separadas por los puntos son las sílabas. Ejemplos de secuencias así son las palabras paquete [pa.ke.te] o mañana [ma.ɲa.na]. En castellano, podemos encontrar sílabas con una estructura más compleja, conformadas por secuencias de más segmentos, que, sin embargo, también respetan la propiedad de pasar de una articulación más cerrada a una más abierta. Por ejemplo, las primeras sílabas de las palabras plato [pla.to] o brazo [bɾa.so] empiezan con una oclusiva a la que le siguen, respectivamente, una lateral y una vibrante simple, para terminar cada una en una vocal. Las consonantes lateral y vibrante simple conforman la clase de las líquidas y son segmentos articulatoriamente menos cerrados que las oclusivas, pero más abiertos que las vocales.


Ahora bien, el castellano también presenta sílabas que no terminan en una vocal. Por ejemplo, la primera sílaba de la palabra segmento [seg.men.to] termina en una oclusiva, y las palabras monosilábicas paz [pas], pan [paŋ], tal [tal] y par [paɾ] terminan, respectivamente, en una fricativa, una nasal, una lateral y una percusiva. Resulta muy interesante el hecho de que los elementos que siguen a la vocal sean más cerrados que esta, de modo que se respeta el que las secuencias silábicas sean secuencias de pronunciación de un segmento más cerrado a uno más abierto y luego a uno más cerrado. Esto se cumple incluso cuando una sílaba presenta dos segmentos que siguen a la vocal, como ocurre en la primera sílaba de la palabra perspicaz [peɾs.pi.kas]: la percusiva es menos cerrada que la fricativa.


La sílaba que encontramos en el monosílabo trans [tɾans], sin embargo, nos muestra un segmento articulatoriamente más cerrado, la nasal, precediendo a uno más abierto, la fricativa. Esto contradice la idea de que las sílabas se estructuran como secuencias de segmentos menos abiertos a más abiertos y, luego, a menos abiertos. Sin embargo, si atendemos a la propiedad acústica de la sonoridad, podemos ver que las sílabas se estructuran acomodando los segmentos de menos sonoros a más sonoros. Así, la sílaba se concibe como una unidad estructurada alrededor de un pico de sonoridad al que pueden anteceder segmentos que ascienden en sonoridad o pueden suceder segmentos que descienden en sonoridad.


El pico de sonoridad de una sílaba se conoce como el núcleo y, en castellano, es siempre uno de los segmentos resonantes /e, a, o/ o uno de los segmentos aproximantes /i, u/, llamados, en general, vocales (véase, sobre este tema, la sección 2.2.7 El continuo oclusiva-resonante versus la división categórica consonante-vocal). En otras lenguas, podemos encontrar segmentos diferentes funcionando como el núcleo de la sílaba; en inglés, por ejemplo, la segunda sílaba de la palabra bottle [bɑ.t] 'botella' tiene como núcleo el sonido aproximante [l]; en la palabra monosilábica bird [bɹ̩d] 'pájaro', el núcleo es la aproximante [ɹ]; y la palabra button [bʌ.t] 'botón' presenta la nasal [n] como núcleo de su segunda sílaba.


En castellano, una sílaba puede estar formada solo por un núcleo: imán [i.maŋ], eso [e.so], aquí [a.ki], hora [o.ɾa], uno [u.no]. Además, los núcleos pueden ser simples, es decir, formados por un solo segmento, o complejos, formados por una vocal y una deslizante, es decir, por un diptongo: copia [ko.pi̯a.], reina [rei̯.na.], suave [su̯a.β̞e], Paula [pau̯.la]. Véase la sección 2.2.6 Las deslizantes, los diptongos y los hiatos para otros ejemplos de diptongos.


Por su parte, los segmentos que acompañan al núcleo reciben el nombre de márgenes. El margen anterior al núcleo se conoce como arranque o ataque y el posterior, como coda. Los márgenes pueden ser simples o complejos, pan / plan, al igual que las codas, vas / vals. La siguiente figura presenta de manera esquemática la estructura de las sílabas [pan], [tɾans], [kɾu̯el] y [tau̯].

Estructura de la sílaba

[p a n]

  MARGEN SIMPLE   NÚCLEO SIMPLE     MARGEN SIMPLE



[t ɾ a n s]

 MARGEN COMPUESTO     NÚCLEO SIMPLE   MARGEN COMPUESTO



[k ɾ e l]

 MARGEN COMPUESTO       NÚCLEO COMPUESTO   MARGEN SIMPLE



[t a ]

  MARGEN SIMPLE   NÚCLEO COMPUESTO


5.1.2 El pie

Las sílabas se combinan en unidades suprasegmentales conocidas como pies métricos, pies prosódicos o, simplemente, pies. Las sílabas que conforman los pies se diferencian entre sí por tener acentos distintos o por ser de duraciones distintas (breves o largas, también llamadas “ligeras” o “pesadas”). En castellano, las sílabas se diferencian por ser acentuadas (o tónicas) o inacentuadas (o átonas). La combinación de una sílaba tónica y una átona forma un pie troqueo, como la palabra sopa, mientras que la combinación de una sílaba átona seguida de una tónica forma un pie yámbico (o un yambo), como la palabra tamal. Otras combinaciones de sílabas forman otros tantos tipos de pies prosódicos: dáctilo, anfíbraco, anapesto, etc.


La poesía en algunas lenguas toma en cuenta los pies en la formación de sus versos. En la sección 1.5 Unidades y propiedades segmentales y suprasegmentales, vimos un ejercicio que involucra los pies métricos en castellano.

5.1.3 La palabra prosódica o fonológica

Las unidades suprasegmentales conocidas como palabras prosódicas o palabras fonológicas son unidades cohesionadas alrededor de una sílaba acentuada. El término “palabra” refiere a distintos tipos de unidades lingüísticas, por lo cual se utilizan adjetivos que precisan su designación. La palabra ortográfica es la que separamos de acuerdo con las reglas de escritura del castellano; la palabra morfológica es la que resulta de la combinación de raíces y afijos; y la palabra sintáctica es la unidad de combinación con la que se construyen frases. Muchas veces coinciden estos cuatro tipos de unidades, pero no siempre lo hacen.


La mayoría de palabras fonológicas del castellano coinciden con las palabras ortográficas de esta lengua: , gato, atril, esdrújula, entrégaselo. Sin embargo, hay algunas palabras ortográficas que no tienen acento y, aunque se escriben separadas, conforman una sola palabra prosódica con otra palabra que sí lo tiene. Por ejemplo, la forma verbal se lo entregó presenta tres palabras ortográficas: los clíticos se y lo y el verbo entregó. Pero los clíticos son palabras átonas, que no portan un acento propio, por lo que se pronuncian junto con el verbo, como una sola palabra fonológica. De hecho, la palabra ortográfica entrégaselo, formada por el verbo entrega y los clíticos se y lo muestra más claramente que estos son partículas átonas que conforman una sola palabra fonológica con el verbo.


Otros casos del castellano en que se aprecia la diferencia entre palabras ortográficas y palabras prosódicas son los que involucran artículos o posesivos, pues estas categorías son inacentuadas. Por ejemplo, la frase tu ron, formada por dos palabras ortográficas, constituye una sola palabra prosódica, pues el posesivo no tiene acento propio, de modo que esta frase es prosódicamente idéntica a la palabra turrón. De manera similar, la frase su pera, es prosódicamente idéntica a la palabra supera y la frase mi casita, a la palabra micacita.  El enunciado [laβ̞ólaru̯éð̞a], del profesor Luis Jaime Cisneros, que hemos examinado en nuestro curso, basa su ambigüedad en el carácter átono del artículo la: mientras que la frase La bola rueda presenta las palabras fonológicas [laβ̞óla] y [ru̯éð̞a], la frase Lavó la rueda presenta las palabras fonológicas [laβ̞ó] y [laru̯éð̞a].


Por último, algunas preposiciones del castellano también son átonas por lo que conforman palabras fonológicas con su complemento o término sintáctico. Por ejemplo, la frase para Dina es prosódicamente equivalente a la palabra paradina y la frase en la taba, a la forma verbal enlataba.

5.1.4 Las unidades relacionadas con la entonación

Las frases intermedia y de entonación (también conocidas como “grupos”) son unidades suprasegmentales que pueden estar formadas por una o varias palabras fonológicas que van acompañadas por distintos patrones de entonación. Las frases de entonación o grupos entonacionales se identifican fácilmente por que se encuentran entre pausas. Los enunciados que proferimos son secuencias de segmentos acompañados de una curva melódica que tienen un inicio y un fin claramente delimitados. Por ejemplo, cuando enunciamos la oración Mucha gente está asustada, acompañamos las palabras con un patrón entonacional característico de las aseveraciones: elevamos la tonalidad al inicio y la hacemos descender paulatinamente hasta el final del enunciado. Esto constituye una frase de entonación.


Si a esta oración le añadiéramos, al inicio, el adjunto con esto del coronavirus, obtendríamos la siguiente oración: Con esto del coronavirus, mucha gente está asustada. Ahora bien, el enunciado correspondiente a esta oración sería también una frase de entonación. Sin embargo, la unidad inicial que añadimos, es decir, con esto del coronavirus presenta, ella misma, un patrón entonacional particular: empieza con una elevación de la tonalidad y luego desciende ligeramente y termina con un tono medio que indica que el enunciado esta inconcluso. Este elemento se caracteriza como una frase intermedia, por la sencilla razón de que forma parte de un enunciado mayor, que es el que caracterizamos como "frase entonacional". 


En la sección 1.5 Unidades y propiedades segmentales y suprasegmentales, vimos algunos oscilogramas y gráficos de curvas de la frecuencia fundamental correspondientes a una oración declarativa, a una interrogativa y a una condicional. En la sección 5.2.4 La entonación, explicamos las nociones de curva melódica y de patrón entonacional y ofrecemos otros ejemplos de unidades relacionadas con la entonación que nos permiten comprender mejor qué son estas unidades.

Autoevaluación

Contesta las siguientes preguntas para reforzar tu comprensión de los temas desarrollados en este material.

 

1.      ¿Qué partes componen una sílaba?

2.      ¿Es necesario que el núcleo de una sílaba sea una vocal?

3.      ¿Qué relación existe entre las sílabas y los pies métricos?

4.      ¿Cuál es la diferencia entre una palabra ortográfica y una palabra fonológica?

5.      ¿Qué tipos de unidades relacionadas con la entonación existen? ¿Cuál es su diferencia?

En esta sección, hemos examinado las unidades prosódicas o suprasegmentales, aquellas que están formadas (típicamente) por más de un segmento. En la siguiente sección, estudiamos los rasgos prosódicos o suprasegmentales, aquellos que corresponden al uso lingüístico de la duración, la tonalidad y la sonoridad.

5.2 Los rasgos fonéticos prosódicos o suprasegmentales