En el año 2018, desde el Espacio de la Memoria de Rafaela, la CTA Castellanos y la revista “El Satélite” junto a los familiares y amigos de las víctimas, y con el objetivo de seguir construyendo memoria, nace el proyecto “Memoria en la pared”, pretendiendo valerse de la creación artística para traer al presente la historia de nuestra región, buscando mantener vivos en la reflexión y la memoria social a una generación de argentinos en la que se inscriben los nombres de las víctimas de Rafaela y la región.

La cultura no sólo configura subjetividades sino que promueve determinados valores. La cultura es un modo social de producción de nuevos significados, valores y modos de vida. En este sentido el proyecto está relacionado con los procesos que configuran y determinan la identidad, la importancia del entorno social, cultural, económico y político de los individuos... la importancia de lo simbólico.

En tal sentido, el objetivo del proyecto es llevar a cabo una serie de murales colectivos en diferentes espacios públicos que sean parte de la historia de cada una de las víctimas del terrorismo de Estado de Rafaela y la región.

La elaboración de los murales se realiza con la técnica conocida como esgrafiado. El término "esgrafiado" viene de esgrafiar o realizar un grafismo o dibujo inciso. En muralismo se tecnificó el término y se le dio una definición más estructurada, por lo que "esgrafiado" es una técnica "al fresco" donde las incisiones se realizan sobre un "mortero" o "aplanado" de cal y arena pigmentada y superpuestas hasta cinco capas de 3 a 10 mm. Esta técnica “al fresco” demanda la elaboración y acabado del mural en un tiempo determinado y sin posibilidad de extenderse. Es por ello que el conjunto de un número importante de colaboradores hace imprescindible la tarea. La técnica entonces, fue pensada en función de estos factores.

Se creó un equipo de trabajo, el cual participó de un taller teórico práctico sobre arte público y muralismo que estuvo a cargo del muralista y docente Marcelo Carpita, de la ciudad de Buenos Aires, encargado de llevar adelante estos talleres y la dirección del trabajo que en la mayoría de los casos demandó entre 3 y 4 días. El esgrafiado conjuga la albañilería y las artes plásticas, aplicando revoques coloreados y características de grabado. Se diseña el boceto, se acuerdan los colores y se prepara el muro para trabajar.

En marzo de 2018 se realizó el primer mural de Reinaldo Hattemer en la plazoleta Carlos Saavedra Lamas, ubicada en la intersección de las calles Carlos Pellegrini y Magdalena de Lorenzi, a pocos metros de la Iglesia Sagrado Corazón donde en 1977 fue secuestrado y desaparecido.

En julio de ese año, se llevó adelante el segundo mural de Luis Ricciardino, en uno de los muros perimetrales sobre Av. Brasil, del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales (SEOM) de Rafaela, y en diciembre el mural de Cecilia Marfortt y Jorge Trod en la Escuela Villa Rosas, sobre calle La Plata.

El siguiente mural fue el de Yolanda Ponti, realizado en julio de 2019 en una pequeña plazoleta que forman las intersecciones de las calles Guayaquil, Vélez Sarsfield y Av. Suipacha.

Durante los años 2020 y 2021 no se han podido materializar nuevos murales, pero sí se trabajó en los proyectos de 2 murales en la localidad de Suardi que recuerdan a Ramón Girau y José “Pepe” Manfredi, otros 2 murales en San Cristóbal, uno de Juan Rodolfo Lucero y Claudia González y otro de Zulema Williner, y en la ciudad de Rafaela el mural que evoca a Osvaldo “Valdi” Colombo.

Este proyecto contó desde sus inicios con el apoyo del Banco Credicoop, del Diputado provincial Oscar Martínez, el entonces Senador Nacional Omar Perotti y el Concejo Municipal de Rafaela. Fue declarado de interés por la Cámara de Senadores de la provincia, mención impulsada por Alcides Calvo (Dpto. Castellanos) y Felipe Michlig (San Cristóbal).