Cronos , efigie del tiempo, avanza con paso
seguro y es sólo con el transcurrir de los
instantes que el reino de lo humano se crea y
se destruye.
Es sólo con el paso de los segundos que lo
futuro se vuelve presente y que lo que
quisimos ser se convierte en un ser querido.
Es sólo con el giro insolente de las manillas
que se cumplen las metas distantes y se
ahogan los deseos futuros.
Es sólo con la mención del mismo que el
mundo se derrumba y el humano reconoce su
fin en la fugacidad de la sazón.
No conozco al tiempo y desconozco qué
dejarle. Le ofrezco al tiempo aquello de lo que
huyo, lleno de presión y de remordimiento.
Le ofrezco tiempo al tiempo.