Pedro Almodóvar Caballero nació en el año 1949 en Calzada de Calatrava, un pueblo de Castilla-La Mancha pero se mudó a un pueblo cacereño siendo un niño y allí estudió el bachillerato en un colegio de padres salesianos y franciscanos. Allí descubrió su vocación por el cine y a su mayoría de edad se trasladó a Madrid para estudiar en la Escuela de Cine sin saber que Franco cerró la escuela poco tiempo antes. En Madrid trabajó en varios sitios hasta que entró en Telefónica donde estuvo bastante tiempo. Se fue rodeando de gente afín a él y reunió dinero para comprarse una Super 8, grabando sus primeros cortos con ella. Dichos cortos en blanco y negro y mudos, eran proyectados en salas donde el mismo Almodóvar les hacía el doblaje a todos los personajes. Éstos ya tenían tintes transgresores, por ejemplo, Film Político (1974), de una sola escena, donde Almodóvar defeca de forma directa y al final se limpia con una foto del presidente Nixon. Ningunos de estos cortos pueden encontrarse actualmente en internet.
Pocos años después hace su primera película Folle...folle...fólleme Tim (1978), aunque la primera que se dará a conocer es Pepi,Luci,Bom y otras chicas del montón (1980) donde se puede ver a una Alaska de diecisiete años y una jovencísima Carmen Maura que ayudará a la financiación de la película. Todos sus primeros largometrajes están tremendamente influidos por la movida madrileña. Tiempo después crea la productora El Deseo S.A con su hermano Agustín Almodóvar. El resto es historia.
Todo este contexto era necesario para comprender un poco mejor las fijaciones del director en todas sus siguientes películas ya que, me atrevo a decir, que absolutamente todas tienen algo biográfico, algo así como una necesidad de dejar por “rodado” la historia de su vida. Esto puede reflejarse con el afán de introducir cameos de amigos, familiares (como su hermano) o incluso él mismo. Si bien es cierto que a él lo veremos más en las primeras grabaciones, a sus allegados los seguiremos viendo hasta sus más recientes producciones.
Por ejemplo, en su primer film conocido vemos a un Almodóvar de pelo largo y bigote dirigiendo el juego de “Erecciones Generales”.
Al igual que lo vemos en Matador (1986) haciendo de modista.
Siguiendo con los guiños, podemos ver tanto en La ley del deseo (1987) como en el último de sus cortos, La voz humana (2020), la aparición, en la primera de él y en la segunda de su hermano, haciendo de dependientes en una ferretería. Estas dos grabaciones en realidad guardan otra gran relación y es que dentro del largometraje se representa la obra de Cocteau La voz humana, que da nombre al corto realizado treinta años más tarde. Esto se une a la ferretería ya que en las representaciones almodovarianas, la protagonista tiene un momento de ira en el que pretende romper toda la casa donde está con una hacha.
Sin embargo, si siguiéramos el escrito de Cocteau, vemos como la protagonista acaba suicidándose por su amante, el cual se casa con otra, mientras hablan por teléfono. El dato del teléfono queda representado en La ley del deseo y en La voz humana pero no el tema del suicidio, que donde realmente se ve es en el corto y en otra película llamada La flor de mi secreto (1995). La similitud viene traída por la trama, que en ambos casos es el abandono de un hombre. Entonces ella decide quitarse la vida con una sobredosis de pastillas, pero tanto una como la otra no solo acaban despertándose por el sonido del teléfono, sino que las dos van rápidamente a la ducha donde se meten con lo puesto para despejarse.
También en estas dos vemos la gran semejanza entre los baños, sobresaliendo sobre todo el detalle de los botes de crema de Chanel, pero esto es algo que se puede extrapolar a toda la casa ya que en casi todos sus filmes podemos ver un patrón general: tienen terrazas, más o menos grandes, pero siempre con macetas
un escritorio grande donde poder trabajar con mucho espacio (aunque siempre cogido por libros, papeles y otros)
y la presencia de bastantes cuadros
Si partimos de la base de la peli Dolor y gloria (2019), su película más autobiográfica según él mismo, podemos ver la reconstrucción de su casa actual. Cuentan como anécdota que el escenario de la propia película era una imitación de su casa, incluso sus propios cuadros. Además, la supuesta casa de la infancia del director manchego puede ser un guiño a Fellini y su casa de la infancia representada en la producción de 8½ (1963).
Otro dato sobre La flor de mi secreto es que la protagonista que es escritora, le entrega un nuevo manuscrito a su editora, y ésta después de haberlo leído se lo devuelve diciéndole que no pueden publicar ese libro cuya trama es que un padre intenta violar a su hija y la madre lo asesina y acaba escondiéndolo en un congelador. Si os suena esta historia es porque habéis visto Volver (2006) que sigue exactamente la misma trama. No es la única película en la que la mujer, harta de su marido, acaba matándolo, véase Qué he hecho yo para merecer esto (1984). Pero siguiendo y uniendo más datos a partir de Dolor y gloria vemos como hace mención a su etapa de los ochenta tal cual lo fue, por ejemplo, habla el actor Asier Etxeandía, que realmente el personaje interpretado es Eusebio Poncela por motivos que los que después hablaremos, en un monologo precioso sobre el año ‘81 y dice: “bebía y esnifaba cocaína, como todo el mundo […] yo estaba en plena vorágine, escribía crónica nocturna, participaba en programas musicales, cantaba en un grupo punk paródico, preparaba mi primera película, la rodé, se estrenó, tuvo éxito, escribí la segunda, la rodé, yo hacía mil cosas, no dormía”. Estos datos son importantes ya que cuadran no solo con la cronología sino también con los registros audiovisuales de la época, como su segunda película Laberinto de pasiones (1982) donde se ve a Almodóvar con Fabio McNamara actuando como “grupo punk paródico”.
Y como curiosidad en la misma película, la actriz interpretada por Cecilia Roth, suele llevar gafas de sol a causa de su fotofobia, al igual que el cineasta que confiesa padecerla, en una de sus tantas entrevistas.
Por otra parte, siguiendo con la historia de Eusebio Poncela y Almodóvar, se sabe que el personaje de Etxeandía en Dolor y gloria representa a Poncela por la pelea entre los personajes de Antonio Banderas (siendo éste el reflejo de Almodóvar) y el de Asier Etxeandía (éste siendo el reflejo de Poncela). Es evidente que el conflicto es producido por la misma razón por la que Banderas lo argumenta en la película, citando textualmente: “yo concebía un personaje dinámico, un cocainómano divertido y mordaz. Alberto (Asier Etxeandía) no tenía la ligereza que yo le pedía. No porque fuera incapaz, sino porque tomaba la droga opuesta al personaje, tomaba caballo”. Pero lo más importante es el dato temporal ya que podemos saber que habla del rodaje de La ley del deseo porque, en otro momento, el personaje de Banderas va a la casa del de Etxeandía, y cuando éste ve el cartel de la ficticia película Sabor, le dice: “treinta y dos años me ha costado reconciliarme con esta película”. Ahora bien, si le quitamos treinta y dos años a la fecha de estreno de Dolor y gloria, recordamos que es 2019, nos deja con el año ‘87, o sea, el año de estreno de La ley del deseo. En esta última, el personaje cocainómano y divertido es interpretado por Eusebio Poncela, quien también ha confesado en varios medios su adicción por la heroína.
Otro componente repetido varias veces en su filmografía es el tema de la religión y llama la atención la asociación entre la misma y el abuso de menores, el adoctrinamiento, el coro y la transexualidad u homosexualidad.
La más explícita en cuanto al tema es La mala educación (2004), donde vuelve a tener como protagonista a un director de cine, cerrando así una especie de saga en la que los protagonistas son directores de cine, entre: La ley del deseo, La mala educación, Los abrazos rotos (2009) y Dolor y gloria.
Otra de las tantas uniones entre sus películas es que en el despacho del protagonista de Los abrazos rotos se ve un cartel en el que pone “Madres paralelas” que hace referencia directa a la película homónima del director con doce años de diferencia.
Pero sin duda el componente estrella es el amor, representado de todas las formas y maneras posibles, pero siempre los personajes son movidos por el amor. También cabe destacar que en sus películas suele haber un actor o actriz argentino/a, o guiños al país latino, ¿por qué? Pues, volviendo a coger de base su película de auto-ficción por antonomasia, se intuye que tuvo un gran amor que le dejará marcado para siempre, siendo este gran amor un hombre argentino. Además en casi todas las historias amorosas de su filmografía, la trama converge y por lo tanto parece hacer referencia al mismo. Esta trama suele ser un apasionado amor que prima sobre todo pero un día se marcha, trayendo esto una gran ausencia que marca la vida del personaje. Concretando, en Dolor y Gloria este amante vuelve y se ponen al día entre ellos. El amante le cuenta que cuando volvió a la Argentina, se quedó trabajando en el restaurant de su tío pero él ya ha abierto uno. Al año siguiente en el corto La voz humana cuando finalmente Tilda Swinton logra salir de la casa, que entre otras cosas, puede representar la soledad del amado, se ve el siguiente neón que tintinea sin parar.
(parrilla argentina en el fondo)
Y como es de costumbre, los detalles que va dejando no se agotan.
(el único nombre que está en el continente sudamericano es Argentina)
Éstas son solo algunas de las tantas con-fusiones que genera Pedro Almodóvar en sus películas, sin hablar ni siquiera de la utilización del color, el uso de la música o la relación de la literatura en toda su obra. Es por ello que este galardonado artista ha desarrollado todo un mundo y estilo sin precedentes.
Isabel Elena Fernández Santos