Código de Vestimenta

Alex Tirri

Charis Rodríguez

Sara Beatriz González

Columna de opinión

La insatisfacción debido a los  uniformes ha sido un debate constante entre los estudiantes y los maestros de muchas escuelas a nivel mundial. En los úøtimos años, ha llevado a serias controversias sobre por qué usarlos y cómo deben ser los uniformes. En Saint John's School ha habido mejores momentos que ahora. En los primeros años de la escuela, no había uniforme.


LA Falda

Saint John 's School implementó el uso de un nuevo uniforme en el año 2022-2023 con el objetivo de mantener un código de vestimenta unificado. Sin embargo, este cambio ha generado preocupaciones entre los estudiantes en cuanto a la inclusividad. 

Hay diversos problemas que van desde el largo de la falda, que pueden ser demasiado largas o demasiado cortas, según el uso y la morfología corporal de cada uno, hasta tallas que no se ajustan a los diferentes tipos de cuerpos de los estudiantes.

Las faldas no son inclusivas en tamaño. La proporción de caderas y cintura no es la misma para todas las personas. Si la estudiante tiene caderas anchas, le va a quedar grande en la cintura, ya que el diseño es completamente vertical sin ningún tipo de curvas. Les queda grande en la cintura y  un largo incómodo. Si escogen un tamaño más pequeño, les queda mucho más corto o no pasa del área de los muslos y caderas. Además, el diseño de la falda incluye un zipper en un lado y un bolsillo en el otro, lo que hace más difícil modificar la falda al gusto de la estudiante. 

La experiencia nos ha mostrado que no todos tenemos la misma proporción entre torso y cintura ni entre torso y rodillas. También el ancho de las caderas hace difícil que la cintura de la falda caiga en el lugar debido. Como consecuencia, los uniformes requieren de ajustes que suponen un costo extra y tiempo en el taller del sastre. Muchas veces resulta difícil y hasta imposible ajustar el patrón a algunos cuerpos.

Muchos estudiantes enfrentan el problema de usar un uniforme incómodo porque el patrón nunca logra ajustarse a su tipo de cuerpo. Lamentablemente,la actualización del uniforme ha creado, sin mala intención de ninguna de las partes, un sentido de incomodidad y frustración entre los estudiantes que experimentan que sus necesidades individuales no se han tomado en cuenta al elegir una determinada marca de uniforme.  

Pantalón corto

Anteriormente, en Saint Johns se permitía a los estudiantes usar sus propios pantalones, shorts o faldas siempre que cumplieran con el color y diseño prescrito. Este enfoque flexible  brindaba a los estudiantes un sentido de autonomía y comodidad para expresar su estilo personal mientras mantenían una apariencia cohesiva. Sin embargo, la transición a pantalones y faldas estandarizados ha eliminado la flexibilidad, dejando a muchos estudiantes sintiéndose restringidos e insatisfechos con la falta de opciones que se adapten a sus formas y tamaños de cuerpo únicos.

Dado que la escuela busca fomentar un ambiente inclusivo y solidario, abordar estas preocupaciones y encontrar soluciones que atiendan a todos los estudiantes es fundamental para garantizar una política de uniformes positiva y equitativa.

Conflicto Climático


Cada año 92 toneladas de ropa terminan en los vertederos del mundo. Esto es debido a la sobreproducción de ropa que no se vende y al desperdicio de ropa que todavía podría tener vida útil. El cambio constante de uniforme contribuye a este problema.

Después del cambio del código de vestimenta, los estudiantes tuvieron que echar a la basura ropa que todavía estaba en buenas condiciones, privando a la familia de aprovecharla para los hermanos menores. La ropa que llega a los vertederos libera gas metano y otros gases que contribuyen al efecto invernadero. Esos gases filtran químicos tóxicos y tintes al suelo, al subsuelo y las aguas  subterráneas.

Para evitar el desperdicio de ropa y favorecer la donación es altamente recomendable mantener un código de vestimenta flexible, aprobado por la mayoría de la población estudiantil, los padres, la adminstración y la facultad.

Para concluir, queremos ofrecer algunos datos científicos sobre el efecto que tiene en el planeta Tierra el exceso de compra de ropa. Durante los últimos años, hemos visto, en primera fila, los efectos del cambio climático. Según Carlos Tolentino:  “El cambio climático viene ocurriendo hace millones de años y esto no es algo que va a ocurrir de un día para otro, así que, para enfrentarlo, nosotros tenemos que seguir adaptándonos, cambiando nuestro estilo de vida y nuestros hábitos de consumo".

La industria de la moda emite el 5% de los gases de efecto invernadero debido a las producciones de los cultivos, la creación de textiles, las manufactureras y el desecho de la ropa (Teibel, 2019).  Este dato debe hacernos reflexionar sobre el efecto que tiene comprar ropa en exceso. Alarguemos la vida de nuestros uniformes. Compremos solo aquellos que necesitemos y que puedan ajustarse a nuestra economía, pero sobre todo, a nuestros cuerpos.