La Teosofía es el único sistema de religión y filosofía que nos ofrece una explicación satisfactoria respecto a los siguientes problemas:
PRIMERO
Los contrastes y conocordancias entre todas las religiones del mundo y el fundamento común que yace oculto bajo éstas.
SEGUNDO
La existencia del mal, del sufrimiento y del pesar, enigmas sin verdadera solución para el simple filántropo o teólogo.
TERCERO
Las desigualdades en cuanto a condición social y privilegios; los marcados contrastes entre la riqueza y la miseria, la inteligencia y la torpeza, la cultura y la ignorancia, la virtud y la vileza, la presencia de hombres de genio en familias que carecen de ello así como otros hechos que están en conflicto con la teoría de la herencia, casos estos frecuentes de tal estrechez de ambiente alrededor de individuos, que esto llega a amargar su carácter
, a apagar sus aspiraciones y a paralizar sus intentos. La violenta antitesis entre carácter y medio ambiente, el acontecimiento de accidentes e infortunios y por último, la llegada de la muerte; todos ellos enigmas solucionables únicamente si nos basamos en las doctrinas teosóficas del Karma y de la Reencarnación.
CUARTO
Individuos dotados de poderes psíquicos: Clarividencia, clariaudiencia, etc.
QUINTO
La verdadera naturaleza de los genuinos fenómenos del "espiritismo" y el antídoto apropiado contra sus aspectos supersticiosos y expectativas desmesuradas.
SEXTO
El fracaso de las religiones convencionales en extender sus campos, remediar abusos, reorganizar la sociedad, propagar la idea de la Hermandad Humana, curar el descvontento, disminuir el crimen y elevar la humanidad toda, así como una aparente imposibilidad de realizar, en vidas individuales, los ideales que esas religiones aseguran sustentar.
Desde la perspectiva de la Teosofía, la vida es una grandiosa escuela de Ser, llegando al nivel en que es preciso que comprendamos el propósito de la existencia y lleguemos a asir firmemente nuestra naturaleza completa, a usar todo medio que esté a nuestro alcance, en todas direcciones (despiertos, dormidos, soñando o en cualquier otro estado) para poner así toda nuestra naturaleza acorde, a fin de que nuestro instrumento inferior quede "en orden" y en correcta alineación con los demás, pudiendo entonces reflejar en forma más completa nuestra Divina Naturaleza Interior.