La palabra "ponderar" tiene dos significados: uno es sopesar, medir, considerar, deliberar; pero el otro quiere decir colocar, como cuando una gallina coloca un huevo, o cuando los pollos son empollados. Ponderar una cosa es meditar acerca de ella, no hacer nada con ella. Simplemente se trata de tenerla en mente.
La analogía está en la naturaleza. Cuando el agricultor desea levantar una cosecha de trigo él remueve la tierra, luego coloca los granos de trigo en la tierra y los cubre, y de ahí en adelante no hace nada. El sol brilla y los vientos soplan y llegan las lluvias, y ¡Oh maravilla! En el silencio, internamente en la tierra, algo tiene lugar, la cosecha se "empolla" o germina.
Ahora bien, si pudiésemos comprender que esto es verdad en el campo de las ideas tanto como en el del trigo, ¿Cómo es que los grandes inventores hacen sus maravillosos descubrimientos? Jamás por medio de procesos de deducción, y nunca por medio del razonamiento. ¿Cómo es que los grandes escritores, escultores, y hombres de estado logran sus resultados? Jamás por medio de la razón, tampoco por medio de deducciones; muy frecuentemente sin que ellos mismos sepan el proceso por el cuál esto es realizado. No es más complicado que cuando una gallina se sienta en el nido y comprende el misterio de empollar esos huevos.
La verdadera inspiración o comprensión viene de ponderar las preguntas que surgen en nuestra mente. Si las llevamos en la mente, pasan del cerebro físico hacia el cerebro astral; si se sostienen, pasan del cerebro astral hacia lo que llamamos el cerebro manásico. La parte Buddhi-Manásica de nuestra naturaleza; luego el pensamiento germina y como fue enraizado en una impresión proveniente de acá, pues la cosecha se desliza hacia acá...SEÑALANDO EL CAMINO.