En literatura los epítetos son apelativos que suelen acompañar a un nombre propio, describiendo alguna de sus características remarcables, y comúnmente se repiten a lo largo de la obra. Como pasa con las canciones, donde es fácil recordar sus letras por los estribillos, las “formaciones repetitivas” en textos que han nacido de la transmisión oral facilitan su memorización. Por ejemplo, Homero al referirse al Ponto Euxino (el mar negro) a menudo utiliza las fórmulas: (…) a través del ponto, rico en peces. / (…) el ponto rojo como el vino. / o (…) el oscuro ponto (…).
A veces estos acompañamientos nos dan una información interesante sobre los personajes o sitios, en otras ocasiones pueden resultar algo desconcertantes. Así, “el rubio Menelao” o “los Aqueos, de hermosas grebas”, nos dan datos sobre la apariencia física de Menelao o los Griegos que otrora se hubieran perdido.
Hay decenas, sino cientos, de epítetos en la Iliada y la Odisea, pero los que se marcaron más fijamente en mi testa fueron los siguientes:
Odiseo, rico en recursos (o fecundo en ardides, entre otras versiones, según la traducción).
El Pelida Aquiles, de pies ligeros.
Nestor, caballero geranio.
Zeus, que amontona las nubes.
Zeus, que lleva la égida (escudo de Zeus).
Héctor, domador de caballos.
Héctor, el de vibrante casco (o tremolante casco, según la traducción).
Es una pena que este recurso literario haya caído en tal desuso, pues confiere carácter a los personajes y los envuelve con el manto del mito. Hoy en día nadie habla con epítetos, y aún menos escribe. Sería interesante ver qué pasaría si lo hiciéramos con Obama, el que puede, con Schwarzenegger, el que tuvo fornidos brazos, o López Obrador el de "me canso ganso"
Ejercicio , crea su epíteto a los personajes siguientes, agrega a la lista otros dos más de tus personajes favoritos
1.- Yoda
2.- Tronchatoro
3.- Bard simson
4.-Superman
5 Yocker