Si los sistemas de transporte de que disponemos no son solución, ¿qué podemos hacer?
La verdad es que la solución sí existe, pero los paradigmas en que está metida toda la sociedad, han impedido que se diseminan.
La solución es un vehículo eléctrico liviano, bajo, cuya velocidad no pase de 30 kms por hora. No es que haya un límite de velocidad de 30. Es que el aparato no anda a más de 30. En un vehículo como estos, que es eficiente energéticamente, que contamina muy poco, que es de bajo costo, se puede atravesar una ciudad como Cali en media hora, si se dispone de la red adecuada de vías y el tránsito se organiza alrededor de ellos.
Si la persona puede y el clima lo permite, la bicicleta eléctrica o bicimoto eléctrica, que ya se consigue en el país pero no ha tenido casi diseminación es la solución más eficiente. Si la persona no tiene la capacidad para moverse en bicicleta, la solución se parece mucho a lo que se conoce como carro de golf. Bajo, liviano, eléctrico, fácil de manejar, con cupo de 2 a 6 personas, con baja velocidad y eficiente en la ocupación de espacio. Puede llevar niños, ancianos, mercancía y sirve para protegerse de la lluvia que es la única inclemencia climática que tenemos que sufrir en estos tropicales parajes.
La solución es entonces que facilitemos la importación de vehículos eléctricos pequeños? Podría ser un enfoque, pero bien planteada la solución podría hacer muchos más aportes.
Unos estudiantes de la Universidad Eafit publicaron hace un tiempo cuál era el vehículo ideal de la ciudad. Era un monoplaza, bajito sumamente liviano, con una eficiencia energética extraordinaria, y con carrocería de lona y plástico para proteger al ocupante de la lluvia. Nadie en el país le paró bolas a este importante aporte. Un país como Colombia que no tiene la infraestructura industrial para fabricar carro, pues no debería solucionar la movilidad en sus ciudades con carros. Una ciudad como Cali podría pensar en impulsar, en acuerdo con la industria existente la producción de un vehículo que pueda ser un intermedio entre un carro de golf y lo diseñado por los estudiantes de Eafit. La estructura puede ser de plástico o lona que se produzca en el país. Su tracción debe ser mezcla de pedales y motor eléctrico y tener tecnología de carga en el frenado y las bajadas. La estructura de la carrocería es de tubos inflables, que dan extraordinaria rigidez y tienen muy poca posibilidad de hacer daño en caso de accidente.
Este vehículo podría ser producido casi enteramente en la ciudad, donde sí hay la infraestructura tecnológica para producir los diferentes elementos. Un carro convencional es sumamente complejo y eso hace que fabricarlo en el país sea muy difícil. En cambio un carro eléctrico es sumamente sencillo. No es sino un motor eléctrico en cada una de las llantas (traccion de una a 4) y una batería en el piso. Esto representaría una fuente de reactivación de la economía y de oferta de empleo. Los componentes de bajo costo es de esperar que generen un mercado de repuestos y reparaciones que a su vez aumentan la oferta de empleo.
Unos ingenieros de la Univalle con técnicos del SENA adaptaron un pequeño vehículo a motor de gasolina para convertirlo en eléctrico. Aunque el proyecto es un absurdo, demuestra que, bien orientada, si hay la capacidad en la región para producir un vehículo eléctrico desde 0. No hay que pensar mucho ni hacer muchas cuentas para calcular lo que significaría en generación de empleo y riqueza para el país una solución así.
Está el asunto de la comodidad. Estamos acostumbrados a pesados sillones y aire acondicionado. Pero eso es necesario porque nos pasamos horas en los vehículos. En el momento en que el transporte sea ágil y rápido, probablemente baste con un pequeño acolchonamiento, (como en un carro de golf) y un ventilador.
Pero obviamente, si se trata de soltar este vehículo ideal y apropiado para la ciudad, en la ciudad actual, se va a producir un desastre igual o peor que el de las motos. Para que funcione, la ciudad se tiene que transformar