La hiperlaxitud articular y el cerebro

(Traducción de “Joint Hypermobility and the Brain” Autora: Dr Jessica Eccles, Neuroscience, Brighton and Sussex Medical School, Reino Unido, nota publicada en el sitio web de Ehlers-Danlos Support UK. Traducida por Alejandra Guasp, Red EDA, 31/10 /2013)

Antecedentes:

Como los lectores saben, la hiperlaxitud articular es una condición común, pero a menudo pobremente reconocida. Existe un interés creciente en la manera en que la hiperlaxitud afecta los sistemas corporales, más allá del sistema músculo esquelético. El trabajo científico en desarrollo relaciona la hiperlaxitud articular con síntomas en el cerebro, particularmente, la ansiedad y el pánico.

Si padecés ansiedad o tenés ataques de pánico, es considerablemente más probable que también seas hiperlaxo.

También se sabe que la hiperlaxitud es más común en enfermedades como el síndrome de colon irritable, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, todos ellos sensibles al estrés físico y emocional.

Parece que las personas con hiperlaxitud articular a menudo tienen sistemas nerviosos particularmente sensibles a las respuestas "de lucha o huída”, y existe una clara relación entre la hiperlaxitud y el síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS, en el que la frecuencia cardíaca se eleva al ponerse de pie, en asociación con mareos y sensación de aceleración en el corazón). Los síntomas del POTS – debidos a un sistema nervioso inusualmente reactivo, son muy similares (si no idénticos) a los síntomas físicos que experimentan las personas con ansiedad o pánico.

Nuestro grupo de investigación en la Escuela de Medicina de Brighton y Sussex tiene particular interés en cómo las respuestas “de lucha o huída” afectan a regulación de emociones y la relación entre el cerebro y el cuerpo.

Por ello, decidimos investigar la relación entre la hiperlaxitud articular y la ansiedad, utilizando estudios por imágenes del cerebro para ver si había áreas en él que fueran diferentes en las personas con hiperlaxitud.

Nadie había hecho esto antes.

Métodos

Incluímos a setenta y dos voluntarios sanos – que no tenían diagnóstico clínico de trastornos de ansiedad o de Síndrome de Hiperlaxitud.

Para determinar si eran hiperlaxos, fueron evaluados usando la Escala de Beighton, y la conciencia sobre sus sensaciones corporales internas se midió usando el Cuestionario de Percepción Corporal de Porges (Porges Body Perception Questionnaire).

La ansiedad también se cuantificó usando el Beck Anxiety Inventory.

Se les realizó una resonancia magnética estructural utilizando los protocolos estándar.

Los participantes se dividieron en dos grupos – aquellos que tenían y que no tenían hiperlaxitud.

Utilizando un programa estándar para analizar imágenes, buscamos diferencias en la estructura del cerebro entre los grupos, luego de corregir factores como la edad, el sexo y la lateralidad (diestro/zurdo).

De acuerdo a las prácticas estándar, todos los resultados se consideraron estadísticamente significativos si la probabilidad de que se produjeran por azar era menor del % (p<0.05)

Resultados

La mitad del grupo mostró un grado de hiperlaxitud. Este grupo no tuvo puntajes de ansiedad estadísticamente significativos, pero sí puntuó con valores significativamente altos en la medición de la conciencia de las sensaciones corporales internas (conciencia propioceptiva).

El hallazgo más importante en las diferencias cerebrales entre los grupos estuvo en un área del cerebro llamada amígadala, que era más grande en el grupo hiperlaxo. Además, encontramos que cuanto mayor era el grado de hiperlaxitud, más pequeñas eran otras dos regiones del cerebro -el giro temporal superior y el giro parietal inferior.

Discusión

Encontramos diferencias en partes del cerebro – la amígdala- que son clave en el procesamiento de las emociones, especialmente del miedo, en personas con hiperlaxitud articular. Las anormalidades en la amígdala también se encuentran en otras enfermedades con dolor, como la fibromialgia, el síndrome de colon irritable y el síndrome de dolor crónico regional.

El giro temporal superior es también un hallazgo interesante, ya que esta región del cerebro está implicada en el procesamiento de señales sociales y emocionales, y está alterado en el autismo – existe evidencia anecdótica de una relación entre la hiperlaxitud y las enfermedades del neurodesarrollo como el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y el Autismo.

Las diferencias en el giro parietal son particularmente interesantes, ya que esta es la parte del cerebro que representa dónde estamos en el espacio. La hiperlaxitud está relacionada con una dificultad con esto: la dispraxia.

Existen algunas limitaciones en este estudio. Solo observamos individuos sanos, y solo observamos la estructura y no el funcionamiento del cerebro. Por desgracia, este tipo de estudios no puede distinguir entre causa y efecto, pero sugiere que hay áreas como la amígdala que son importantes en la comprensión de las relaciones entre la hiperlaxitud articular y sentimientos como el pánico y la ansiedad.

La relación con el Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática también es muy importante, y es probable que los cambios que afectan la circulación en esta enfermedad impacten en las emociones y los estados sentimentales.

Esperamos que la comprensión de la relación entre la hiperlaxitud y los síntomas de ansiedad y pánico aumente nuestro conocimiento y mejore los tratamientos individuales.

Nuestro grupo está realizando investigaciones adicionales en esta área.