La frase perfecta que mi médico dijo sobre mi vida con mi enfermedad crónica

(Traducción de la nota “The Perfect Thing My Doctor Said About My Life With Chronic Illness”. Autora: Catherine Richardson (1). Publicada en el sitio web “The Mighty(2). Traducida por Alejandra Guasp para la Red EDA, 12/07/2015)

(1) Catherine es una joven de 23 años de Vancouver, Canadá. Ella padece una enfermedad crónica, y lleva adelante el blog findingmymiracle.com.

(2) El sitio web “The Mighty” fue creado por Mike Porath, padre de una niña con una enfermedad poco frecuente. The Mighty ifrece historias, notas y artículos dirigidos a las personas que padecen enfermedades crónicas.

Mi médico se sentó frente a su escritorio, mirando su computadora, mientras leía mi historia clínica, y se ponía al día con los diferentes especialistas que había visto y con los exámenes que me habían hecho desde mi última consulta con él.

Se dio vuelta y me dijo: “Así que te has vuelto prácticamente una paciente profesional”.

Es cierto. He visto a varios nuevos especialistas últimamente, y estoy por ver a unos pocos más. Esto es algo bueno, porque significa que luego de años de intentar convencer amablemente a mis médicos de que había “otras cosas” dando vueltas, finalmente estoy llegando a alguna parte. Todavía no sé exactamente dónde queda esa parte, pero a pesar de todo, me alegra estar en el camino, y les agradezco a los médicos comprensivos y comprometidos que me están ayudando a llegar allí.

Pero todavía es duro.

Estoy cansada de esperar meses para hacer mis consultas.

Estoy cansada de usar el método de prueba y error con los medicamentos.

Estoy cansada de no sentirme bien un día tras otro.

Le expresé mi frustración a mi médico, aunque sabía que no había nada que él pudiera hacer al respecto.

Sin embargo, lo que me dijo sí ayudó.

El dijo: “Lo sé. Pero estás haciendo un buen trabajo, y creo que estás manejando todo realmente bien”.

Esa fue la frase perfecta.

No me imponía presión para que pusiera buena cara.

No tenía la expectativa de que yo me mostrara animada y optimista todo el tiempo.

No me rechazaba con falsas esperanzas o consuelo vacío.

En vez de eso, tenía conciencia de la parte “crónica” de mi enfermedad. Tenía permiso para ser realista y para entender que yo estaba agotada.

Pero también fue bueno saber que, aunque a veces me sentí como si estuviera atascada en un lugar, atrapada por mi enfermedad, de hecho estaba avanzando.

Y por todo esto, también me sentí animada. Estaba haciendo un buen trabajo. Podía seguir haciéndolo.

Eso era exactamente lo que necesitaba oír, y no pude evitar pensar que quizás vos también necesites escucharlo.

Así que quiero decirte que estás haciendo un buen trabajo.

Quizás, como yo, estás afrontando una enfermedad crónica o una discapacidad. Cuando sentís que estás corriendo en círculos buscando un diagnóstico, estás trabajando por y para vos.

Cuando te sometés a tratamientos y procedimientos difíciles, estás dándote la oportunidad de tener un mejor futuro.

Y cuando te encontrás afrontando el hecho de utilizar un tubo para alimentarte, o una silla de ruedas, o cualquier otro dispositivo médico, estás reevaluando tus limitaciones, para estar lo mejor posible, y para vivir la vida de la manera más plena posible.

Estás haciendo un buen trabajo.

Quizás amás y cuidás a alguien que tiene una enfermedad crónica o una discapacidad.

Cuando estás derribando las paredes de tu zona de confort para aprender a cuidar de tu ser querido, estás reevaluándote, para aceptar tu nuevo normal.

Cuando estás invirtiendo horas en planificar y prepararte para ayudar a un ser querido a continuar con su vida de la manera más normal que sea posible, estás probando que una vida con desafíos puede ser una vida que valga la pena vivir.

Cuando dejás de lado tu agotamiento, tu dolor y tu miedo para ayudar a tu ser querido con esos mismos sentimientos, le estás enseñando cómo ser resiliente.

Estás haciendo un buen trabajo.

A todos nos pasan cosas. No tiene que ser una enfermedad o una discapacidad. Todos atravesamos por situaciones que son duras.

A veces nos sentimos vencidos.

A veces estamos enfadados ante las circunstancias y sentimos lástima por nosotros mismos.

A veces nos comparamos con otros, y nos sentimos celosos de quienes parecen tener las cosas más fáciles.

Y eso está BIEN, porque en otras ocasiones, nuestro espíritu triunfa.

En otras ocasiones, elegimos reír en lugar de llorar, y estar agradecidos por lo que tenemos, en lugar de sentirnos amargados por lo que hemos perdido.

Otras veces, nos abrimos y tomamos todo lo que hemos aprendido de nuestras batallas, para ayudar a otros a enfrentar las suyas.

No tenemos todo eso junto todo el tiempo. No se supone que así sea. Pero hacemos lo que podemos. Podemos hacer todo lo posible.

Por eso, no tengas miedo de darte algo de crédito, y de reconocer tu fortaleza.

No tengas miedo de darte la aprobación que necesitás.

Ya sea que estés en un buen momento, o que simplemente estés sobreviviendo, estás haciendo todo lo que podés.

Y estás haciendo un buen trabajo.

Volver a la Sección El día a día con la enfermedad de la Red EDA