Departamento Geografía Historia

Proyecto: OvetusRA

San Julián de los Prados

INFORMACIÓN

La basílica de San Julián de los Prados o Santullano, (en asturiano: Santuyano), es una Iglesia prerrománica de principios del siglo IX, siendo una de las principales muestras del arte asturiano. La iglesia está dedicada a los santos mártires Julián y Basilisa.

Fue declarada Monumento Histórico Artístico en junio de 1917 y Patrimonio de la Humanidad el 2 de diciembre de 1998.

Fue mandada construir por Alfonso II el Casto, bajo la dirección de su arquitecto, el maestro Tioda, a comienzos del siglo IX, entre los años 812 y 842. Era parte de un conjunto palaciego y de recreo que este rey mandó edificar como área de descanso en las afueras de la ciudad.

La iglesia está construida con sillarejos muy irregulares y sillares en las esquinas. Es de notables dimensiones -siendo la más grande de todas las de la arquitectura prerrománica asturiana- con una cuarentena de metros a lo largo y una treintena a lo ancho. Desde el exterior se aprecia perfectamente el juego de volúmenes de las tres naves de desigual altura, el citado transepto y las capillas laterales. Al final, aparece una cabecera con tres capillas de testero recto plano. Desde el exterior, sobre la capilla central, se puede ver una ventana tripartita que indica la existencia de la cámara del tesoro.

El edificio consta de un gran rectángulo de 28 x 24 m (planta basilical), dividido en tres naves, transepto adosado y cabecera dividida en tres cámaras. En la zona más occidental y en los muros norte y sur del crucero se añaden tres estancias cuadrangulares anexas. El cuerpo central se encuentra recorrido por dos hileras de arcos de medio punto sobre pilares, prueba de la preferencia ovetense por el pilar, frente a la columna visigótica. La nave central ve interrumpida su continuidad por el impresionante arco del triunfo, de nuevo sobre pilares, que da entrada al transepto y del que se ha especulado sobre su valor simbólico: ¿Puerta del Paraíso? ¿Lugar que ocupaba la nobleza áulica?.

Traspasado este arco surge un gran espacio diáfano que recuerda la composición basilical bajorromana; un vano en el muro sur se encarga de proyectar la luz del mediodía en el interior del muro norte, generando un juego simbólico de luces y sombras. En el interior del muro norte se encuentran restos de un estrado que recuerda al mitatorium constantinopolitano, donde probablemente se sentaba el Rey ungido, recibiendo directamente los rayos de la pantalla luminosa opuesta. San Julián de los Prados destaca también por sus riquísimos conjuntos pictóricos, tanto en muros como en bóvedas, restaurados por Fortunato Selgas y repletos de referencias simbólicas a lo divino y lo humano, a lo celeste y lo terrestre. Estas pinturas podrían haber sido trasladadas desde una construcción tardorromana a un edificio posterior.

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