M.J. Glave y V. Alcázar

EXPOSICIÓN:

Archivo M.J. Glave & V. Alcázar

Fotógrafos

Arequipa, siglo XX


16 de mayo - 16 de junio, 2019Centro Cultural Inca GarcilasoMinisterio de Relaciones Exteriores

Folleto de la exposición

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Cuando los aprendices y asistentes de los principales estudios de la primera mitad el siglo XX en el Perú, comenzaron a independizarse, la fotografía empezó a llegar a un segmento social mucho más amplio. Este es el caso de la producción del estudio fotográfico arequipeño "M.J. Glave & V. Alcázar Fotógrafos".

Manuel Jesús Glave y Víctor Alcázar iniciaron su carrera fotográfica en el famoso "Estudio de Arte Vargas Hnos." de Carlos y Miguel Vargas, ubicado en el Portal de San Agustín 111 de la Plaza de Armas e Arequipa. Allí, Manuel Jesús produjo fotografías por encargo para el estudio, pero también fue uno de sus retocadores más notables, especialidad que debido a la destreza requerida tenía un alto prestigio entro de los estudios fotográficos de la época. Por otro lado, Víctor Alcázar trabajó como asistente para el mismo estudio y es allí donde ambos construyeron una amistad muy cercana.

Si bien las razones y la fecha exacta de la salida de Glave y Alcázar del estudio Vargas Hnos. siguen siendo especulaciones, parece que empezaron a trabajar juntos y de manera independiente alrededor del año 1930. Esta sería la fecha más antigua, encontrada a través de una serie de fotografías que registran el golpe de estado encabezado por Luis Miguel Sánchez Cerro el 22 de agosto de 1930 en Arequipa. Estas imágenes, las cuales llevan impreso el sello "M.J. Glave & V. Alcázar Fotógrafos" en su lado posterior, se encontraron como copias positivas dentro de la colección privada de Jorge Villacorta.

El estudio de Manuel Jesús Glave y Víctor Alcázar, funcionó en el segundo piso de la casa de la familia Glave, ubicada en la Alameda Pardo s/n, hoy 113, en el cercado de Arequipa. El trabajo que realizaron fue muy diverso, podemos encontrar retratos en estudio y fuera e éste, púes sacaron regularmente sus cámaras y tomaron fotografías del entorne, tanto urbano como rural, imágenes de la vida cotidiana y también de sucesos sociales y políticos considerados importantes, retratos de familias, fotos de trabajadores en las fábricas de la época, deportistas, entre otros motivos. Sus imágenes capturan una enorme variedad de experiencias de vida con franqueza y talento. Sin embrago, el alcance exacto de su trabajo aún no está claro, ya que el archivo fotográfico que dejaron estuvo almacenado por décadas sin que la sociedad arequipeña tuviera conocimiento de su existencia, expuesto a condiciones adversas que ocasionaron que muchos negativos se dañen, rompan y desparezcan. Sin embargo, Javier Glave, hijo de Manuel Jesús, no se rindió y fue consciente de su valor, se mantuvo firme en la idea de conservarlo hasta que se encontraran los medios necesarios para iniciar una labor de rescate. Los años le dieron la razón.

Esta exposición de 70 fotografías, a excepción de las imágenes de Sánchez Cerro, es una selección del grupo de negativos en placas de vidrio, con las cuales se ofrece una primera mirada sobre el contenido total del archivo, que ha sido calculado en cerca de 30,000 imágenes, entre negativos de placa de vidrio, placas de celulosa, película de 120 mm y positivos. Dado que Víctor Alcázar falleció en el año 1956 -momento en que el estudio estaba pasando de utilizar placas de vidrio a placas de celulosa- se puede afirmar que las imágenes de esta exposición se remontan al periodo comprendido entre los años 1930 y 1950, y que toda la producción fotográfica que pertenece a este periodo es de autoría de Manuel Jesús Glave y de Víctor Alcázar en conjunto, quienes además eran asistidos habitualmente por sus hijos Javier y Carlos. En os años posteriores al fallecimiento de Alcázar, la autoría se atribuye únicamente a Glave hasta el año 1981, en que este último también fallece y el estudio fotográfico cierra sus puertas al público.

Entre 1930 y 1950 Arequipa, Lima y otras ciudades del Perú iniciaron un proceso de fuertes cambios sociales. Arequipa era un centro importante en todo el sur andino y comenzaría una época de gran crecimiento poblacional, muchas personas comenzaron a desplazarse de las áreas rurales al área urbana, y el trabajo de Glave y Alcázar no sólo revelará la expansión de la accesibilidad de la fotografía en diferentes clases sociales, sino que también ayudará a descubrir los cambios de toda índole que se producen en estos años. Por otro lado, podremos comprender quiénes participaron en los denominados mundos fotográficos y cómo estas imágenes comenzaron a tener mayor presencia en la vida cotidiana.

La información, contenido, propósito y uso de las imágenes fotográficas incluidas en esta exposición, y del resto del archivo aún se encuentran en estudio. Esperamos que esta muestra sirva para llamar la atención de más instituciones e investigadores interesados en trabajar y coadyudar a la difusión y preservación de este valioso archivo fotográfico.

Christine Mladic y Ros Postigo

Mayo 2019