"Lara... Lara, que guardas en tus entrañas más oro que toda España"
Este antiguo dicho hace aún más misteriosa a esta pequeña sierra que se alza entre Galizuela y el Zújar.
Es un lugar solitario y en la cresta de la sierra existen restos de una gran fortaleza árabe que posteriormente al parecer fue ocupada por Templarios. Por esta razón, o quien sabe por cual , rara es la persona que no manifieste una extraña sensación cuando la visita.
De la vieja fortaleza aún perdura algún lienzo de muralla, pero sus cimientos están claramente visibles y dan idea de la magnífica fortaleza que algún día hubo de ser.
En cuanto al nombre de Lares, este hace clara referencia a los dioses del hogar de los romanos, los cuales tuvieron fuerte presencia a lo largo de toda la ribera del Zújar en numerosas explotaciones agrícolas, dada la gran fertilidad de estas tierras.
Así se dio nombre a esta sierra, y como no a Esparragosa de Lares, que también permaneció unos años en manos "del Caudillo".
Galizuela dicen, que la fundaron unos gallegos. Lo que no sabemos es como llegaron hasta aquí, dado que hasta no hace muchos años esta tierra estuvo prácticamente incomunicada, pero no sería de extrañar, pues también dicen que hay un gallego en la luna. Bromas aparte esta sierra bien merece un paseo.
Descripción de la fortaleza (por el profesor Moreno Aragoneses):
Cercano a la aldea de Galizuela que pertenece al término de Esparragosa de Lares y sobre una elevada cota de 643 metros, desde donde se divisa un extenso y peculiar paisaje por el que discurren las tranquilas aguas del río Zújar, levantaba sus muros este hoy ruinoso y casi desaparecido bastión árabe que defendía, junto con el también agareno castillo de Puebla, los accesos a la rica comarca serenense.
Nombre cuyas raíces parecen ser eminentemente latinas, Terrón lo identifica con el del castillo árabe de Al-Aris, basándose para ello en la hipótesis sustentada por el eminente investigador Hernández Jiménez que lo situa en el costado oriental del solar aftasí. Pero de lo que no cabe la menor duda es de que estos hoy dispersos y casi inapreciables despojos, constituyeron, tanto por su privilegiada situación estratégica, como la amplitud que abarcaba su recinto, una importante fortificación, por la que sin duda han pasado diversas civilizaciones.
De planta oblonga e irregular, su estructura se adaptaba a las sinuosidades del terreno , aprovechando estas para formar el cuerpo de sus defensas , constituidas por recios muros y anchas torres apoyadas a trechos en las enormes rocas naturales que en su parte norte se descuelgan formando un verdadero abismo. Es precisamente en esta zona donde se descubren algunas cimentaciones ciclópeas, lo que nos da a entender que parte de su recinto ya fue utilizado como defensa por algunos pobladores primitivos, teniendo el resto de los muros, o mejor dicho lo poco que ya queda de su antigua fábrica, edificados con mortero árabe que se alterna con la mampostería y sillares del medioevo, utilizado en posteriores reformas y restauraciones del periodo cristiano .
A pesar de su gran deterioro, y como si quisiera resistir al paso inexorable de los siglos, para darnos fehaciente testimonio de su existencia, aún conserva la planta de alguna de sus torres, así como los restos del aljibe en el que pueden apreciarse los arranques de la bóveda de cañón que lo cubría, conservando por último en su parte oriental los descarnados muros que parece ser pertenecieron a una ermita de épocas posteriores.
Este castillo al que por su abrupta situación, solo se puede llegar campo a través por medio de veredas de ganado, se encuentra actualmente en la mas lamentable de las ruinas, ocasionada sin duda por el prematuro abandono de que fue objeto, ya que en el siglo XVII el cronista de la Orden de Alcántara Torres Tapias nos lo describía de la siguiente forma: " Vense hoy grandes trozos de sus ruinas particularmente del muro con sus torres a trechos..."
Por esto deducimos que sus moradores cristianos, pasada la primera época de peligro musulmán , optaron por trasladar su residencia a un lugar más cómodo, como es el de la falda sur de la Sierra de Lares, donde estuvo ubicada la encomienda alcantarina de Casas Viejas, la actual Esparragosa y en la que se edificó un confortable palacio para la residencia de sus comendadores, con lo que el castillo quedaría solo como refugio de emergencia en caso de conflicto bélico, esto explicaría el pronto deterioro de sus defensas así como su posterior olvido.
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