Detrás de cada nombre se esconde una historia que puede resultar muy interesante, sorprendente o incluso convertirse en un auténtico enigma. Conocer su significado es revivir la historia muchas veces olvidada y conservar estos nombres es atesorar el patrimonio que nos legaron nuestros antepasados.
El término toponímica procede del griego topos (lugar) y ónmya (nombre), por tanto, la toponímica es el estudio del nombre de los sitios.
A menudo nos encontramos con nombres que nuestros antepasados, a lo largo de la historia, dieron a un determinado sitio o lugar, cuyo significado no sabemos comprender ni interpretar. Entonces, muchas veces para justificarlo, entramos en el terreno de las hipótesis, siendo muchas veces objeto de controvertidas opiniones y otras tantas un autentico enigma indescifrable.
De este modo, nos encontramos con que topónimos tan usados como España, Extremadura, Badajoz... o simplemente Talarrubias, plantean la incógnita o incertidumbre, incluso para expertos lingüistas, sobre su verdadero significado o procedencia.
Muchas veces hemos escuchado historias sobre el origen de algunos topónimos, sobre todo en el ambiente rural y en boca de nuestros abuelos, con significados enrevesados, difíciles, cuando no ingenuos, para justificar nombres que en realidad son mucho más simples. Así por poner un ejemplo, tenemos “extrema y dura” para Extremadura, una sirena para la Serena, “amarga cena” para Magacela, “más altivo” para Masatrigo... “atar la burra” para Talarrubias, o bien confundir la palabra Alcocer, de raíz árabe, con la actividad de cocer de algún horno de la localidad.
En realidad, resulta más lógico pensar que el nombre que se ha dado y se sigue dando a los sitios, responde casi siempre a características singulares del lugar que lo identifican y lo hacen fácilmente localizable, por tanto, casi siempre es una cuestión simple.
Aunque también es cierto que con el paso del tiempo y por deformaciones lingüísticas muchas de estas denominaciones acaben pareciéndose poco al nombre original, despistando y confundiendo sobre su significado.
Por otra parte, existen muchos topónimos locales antiguos que por desuso han desaparecido del vocabulario popular y resulta difícil encontrar referencia alguna en diccionarios o enciclopedias, siendo su estudio más el trabajo de arqueólogos, filólogos o lingüistas , que no de profanos, como es este el caso.
Los pueblos de España tienen una riqueza toponímica inmensa y prestarle un poco de atención puede tener unos resultados sorprendentes .
Mirando cualquier mapa podremos encontrar topónimos verdaderamente bellos, pero otros en cambio no lo son tanto, feos, absurdos o malsonantes, como ocurre con los nombres o apellidos que se heredan muy a pesar del gusto o la voluntad de quien encima los lleva.
"SIBERIA EXTREMEÑA" FRENTE A "CAMPO DE ALCOCER"
Este puede ser el caso de la "siberia extremeña", un nombre fortuito que por cualquier razón arraigó bien, sin saber ciertamente que tiene en común esta tierra con la lejana siberia rusa, de la cual muchos de nuestros antepasados ni tan siquiera oyeran hablar.
Al parecer fue esta una ocurrencia de Mariano Téllez Girón, uno de los últimos duques de Osuna que, aparte de ser dueño de innumerables títulos y territorios (vizconde de la Puebla de Alcocer entre otros muchísimos), fue también embajador en la Rusia de los zares, el cual tras una visita por sus estados no tuvo mejor ocurrencia que soltar el apelativo de lo que a él se le asemejaba esta tierra. Ahí nos colgó el "sambenito" y, pobres de nosotros, lo adoptamos con recato. Para bien o para mal la humildad y pobreza de espíritu han sido siempre señas de nuestra propia identidad.
He visto que muchas personas están sensibilizadas con esta realidad, y en un intento de cambiar este desafortunado nombre, se ha propuesto denominar a esta comarca de diversas maneras, como "los montes", reivindicando un poco el apelativo que algunos pueblos del norte de la comarca tienen por ser montuosos y estar situados en las estribaciones de los Montes de Toledo, pero esta propuesta al parecer no tiene mucho éxito, entre otras cosas porque, en conjunto, no estamos ahí.
Incluso tratando de suavizar un poco al fatídico nombre he visto quien buscaba en su origen a una "silveria", pero como pasa con "los montes", no hay mucha "selva" en esta comarca, siendo un apelativo un poco forzado y desconectado de su origen.
Yo personalmente denominaría a esta comarca con el nombre que en realidad siempre tuvo (y aún puede verse consultando cartografía antigua) que no es otro que el de "CAMPO DE ALCOCER" nombre con el que por multitud de geógrafos fué reseñada antiguamente en los mapas de España y que aparte de ser un bonito nombre, pienso que es el que justamente debería haber prevalecido.
En cualquier caso, si nadie se ofrece a poner remedio, llevaremos colgado el "sambenito" con resignación, pues después de todo daremos gracias que a alguien no se le hubiera ocurrido llamarnos "la mesopotamia extremeña", que a fin de cuentas más sentido tendría, por aquello de estar entre ríos.
Bromas aparte, estoy convencido que a gran parte de los habitantes de esta comarca les agradaría librarse del dichoso topónimo siberiano, por lo que desde aquí animo a las autoridades o personas competentes a que apoyen esta iniciativa para que algún día pudiera hacerse realidad.