Fecha de publicación: 05-sep-2009 14:10:51
Regresaste de la montaña
y tus pies hacen menos ruido
al pisar el pasto.
Regresaste, y tus cabellos
huelen a pino, como salidos
de la raíz del campo.
Ahora miras, y tus ojos
llevan el cielo prendido
del brillante ocaso.
Llevas el viento enredado
y la hierba baila y susurra
si te das en un abrazo.
No puedes... tiemblan tus manos
por respetar el misterio
del campo arado,
la semilla sembrada,
el brote fresco.
Tus dedos
son ahora nuevo árbol
que elevan el agua, la vida,
de nuevo al cielo.
Y tu pecho es ahora de piedra
do la brisa dibuja
entramado secreto.
Ya eres uno con el aire.
Sol y sombra eres.
Agua cristalina y remanso.
Y es que,
aunque haya sido mucho el silencio,
regreste
y llevas el monte en tu cuerpo.