E.E.S.O. N° 311 “F.B. GIULIANI”
ESPACIO CURRICULAR: Historia
DOCENTE: Marcelo Roa
TEMA: Sociedad Feudal: características
CURSO: Segundo año ALUMNO: FECHA:
EDAD MEDIA:
*DURACIÓN: diez siglos; comienza en el siglo V con la caída del imperio Romano en occidente y culmina en el siglo XV después de cristo.
*CARACTERÍSTICA ECONÓMICA: la sustitución del modelo de producción esclavistas a la producción feudal.
*CARACTERÍSTICA CULTURAL: se sustituye la cultura clásica por el teocentrismo cristiano o musulmán.
*ORGANIZACIÓN SOCIAL: desaparece la ciudadanía romana.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA: desaparece las estructuras centralizadas romanas.
Consigna: Luego de leer las características generales de la Edad Media, consulta el texto que se agrega a continuación y completa los conceptos que tienen que ver con cada una de esas características.
La Edad Media es el período histórico en Occidente comprendido entre la Edad Antigua, (que finalizó con la desintegración del Imperio Romano de Occidente en el siglo V) y la Edad Moderna (que comenzó para algunos después del descubrimiento de América, en 1492 y para otros después de la caída de Constantinopla en 1453).
Por ende, constituye un período intermedio entre la Edad Antigua y el Renacimiento y la Edad Moderna, tradicionalmente considerada como una etapa de oscurantismo, retroceso en materia de artes, ciencias y humanidades y predominio absoluto de la fe cristiana como doctrina única de pensamiento.
Esto le ganó el sobrenombre del Oscurantismo o de las Edades Oscuras, contrastándola con el esplendor de la época grecorromana previa o del renacimiento italiano posterior.
Se extendió por casi diez siglos durante los cuales fueron comunes las guerras y enfrentamientos religiosos, en especial contra las culturas árabes y el Islam, así como la implantación de un sistema de castas muy rígido y despótico denominado sistema feudal.
Hoy se sabe que la Edad Media fue un período extenso y complejo, difícil de resumir o de comprender uniformemente, con sus ganancias y pérdidas en materia cultural, científica y política.
El sistema feudal o feudalismo fue el modelo imperante durante el medioevo, y consistía en la organización político-territorial de Europa en pequeños reinos llamados feudos (extensiones de tierra concedidos por el rey a los nombres), en los que tenía pleno poder el terrateniente o señor feudal.
Allí vivían los campesinos que trabajaban para él y con quienes compartía el señor feudal el fruto de su trabajo, a cambio de protección militar y orden.
En el modelo feudal existían tres clases sociales, con una marcada desigualdad:
El campesinado. Los pobres y trabajadores, que no tenían mayores propiedades y que constituían el peldaño inferior de la pirámide, trabajaban para sus respectivos señores feudales.
El clero. La iglesia detentaba un enorme poder, ya que había acaparado el conocimiento e incluso los reyes eran coronados por emisarios del Papa. La iglesia además poseía un poder moral y espiritual con impacto real en la sociedad, con organizaciones como la inquisición que ejercía castigos y decisiones.
La nobleza. Los aristócratas eran nacidos de familias pudientes y de “sangre azul”, por lo que eran descendientes a su vez de otros nobles y terratenientes que controlaban el mayor valor de la época: las tierras. Allí albergaban a los campesinos y regían sobre ellos. Constituían la clase privilegiada de la que emergían los reyes y señores feudales.
La teocracia o el orden teocrático se llama al sistema político gobernado por la Iglesia y el clero, como lo fue durante buena parte del medioevo: los nobles eran favorecidos o desfavorecidos por el Papa y su autoridad era final, porque era la voz de Dios en la Tierra y no había textos legales o jurisprudencia laica que le contradijera.
La Iglesia influía en todos los aspectos públicos y privados de la vida de las personas, imponiendo el orden divino y el temor a Dios por sobre todas las cosas.
Esto sin duda cercenó toda posibilidad de avance en materia científica y de concepciones sociales. En el centro de todo estaba Dios y la Bibia.
Dado que la posesión de la tierra era un factor clave para el crecimiento económico, las invasiones armadas para conquistar más tierras eran moneda corriente.
Entre el siglo XI y el XIII tuvieron lugar nueve guerras santas o cruzadas, como se les conocía, pues los soldados cristianos iban pintados con la cruz a combatir a judíos, paganos y practicantes del islam en Tierra Santa, procurando restablecer el control del Papa sobre los territorios del Oriente Medio.
En líneas generales fracasaron todas y tuvieron elevados costos políticos y en vidas humanas, pero movilizaron a gran parte de Europa y permitieron el contacto y la mezcla con regiones alejadas del continente.
El medioevo fue un período principalmente agrícola y ganadero. La sociedad era primordialmente rural, con las ciudades como centros de comercio e intercambio o sedes burocráticas.
El campesinado analfabeta podía aspirar a insertar un hijo suyo en el clero, para que lentamente ganara posición social y política mediante el estudio, o en la milicia, para que en alguna guerra destacara y ascendiera quizá al señorío.
No obstante, la producción de alimentos y el intercambio entre regiones agrícolas fue el principal mecanismo económico, junto con la minería y la forja de metales.
Durante mucho tiempo se sostuvo que el medioevo había sido pobre en manifestaciones artísticas y literarias, pero hoy en día se sabe que no es tan así.
Simplemente estuvieron todas atravesadas por el fervor religioso propio del primer cristianismo, y luego por la vigilancia celosa de la Inquisición y sus fanáticos.
Sin embargo, sobrevivieron muchos escritos, relatos místicos y obras que exploraban los motivos judeocristianos y, además, numerosas tradiciones de origen pagano que no lograron ser erradicadas por la Iglesia y eran practicadas popular e informalmente: culto a la naturaleza, alquimia, sanación con hierbas.
Si bien existían reinos y principados, la defensa descansaba en los nobles y guerreros, de los que la permanencia de las casas reales dependía. Es por eso que la clase de los nobles era casi tan poderosa como los propios monarcas. Por otro lado, el clero era sumamente poderoso.
Entre los años 1000 y 1500 se construyeron en toda Europa gran cantidad de castillos a modo de construcciones defensivas, que les servían a los señores feudales para poder controlar sus posesiones y reaccionar ante amenazas, es decir que no solo eran la residencia del señor feudal, también constituían la base de operaciones militares.
El medioevo llegó a su fin lentamente, a medida que la burguesía jugó cada vez más un rol determinante en la nueva sociedad, en la que el linaje y la nobleza no fueron más importantes que el capital y los negocios.
Así, surgió luego del Renacimiento un mundo moderno que abolió el feudalismo y la teocracia.
E.E.S.O. N° 311 “F.B.GIULIANI”
ESPACIO CURRICULAR: Historia
DOCENTE: Marcelo Roa
TEMA: Edad Moderna.
ALUMNO: CURSO: FECHA:
Consigna:
1-Lee el texto adjunto y define y contextualiza los siguientes términos:
a-Renacimiento
b-Humanismo
c-Reforma Protestante
2-¿Cuáles fueron los principales cambios económicos y políticos que caracterizaron a la Edad Moderna?
La Edad Moderna es el tercer período histórico en que comúnmente se divide la Historia Universal, comprendido entre los siglos XV y XVIII, luego de la Edad Media, y antes de la llamada Época Contemporánea.
La Edad Moderna es considerada una era de afianzamiento de los ideales del progreso, la comunicación y la razón, que serán considerados desde entonces los valores de la modernidad y seguirán más o menos vigentes hasta hoy en día. Esto, contrapuesto a las consideraciones de oscurantismo y aislamiento de la Edad Media, asemeja la Edad Moderna con la Antigüedad o Época Clásica, en la que florecieron la filosofía y las Bellas Artes.
Sus principales protagonistas fueron las naciones occidentales de Europa y América (posteriormente), por lo que se ha acusado esta división de la Historia Universal de eurocéntrica o al menos restringida a la Civilización Occidental. Sin embargo, en ella tienen lugar la llamada “Era de los descubrimientos” de América y Australia, y además el surgimiento de la primera economía mundial, por lo que su importancia y su impacto fueron universales.
La Revolución Francesa fue uno de los eventos que marcó el fin de la Edad moderna.
Usualmente se ubica la Edad Moderna más o menos entre los siglos XV y XVIII, pero los eventos que marcan su inicio suelen considerarse la toma de Constantinopla por parte del Imperio Otomano y con ello el fin del Imperio Romano de Oriente, o según otros autores el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492.
Los eventos, en cambio, que sentencian su fin suelen ser la Revolución Francesa de 1789 o la independencia de los Estados Unidos en 1776. Según otros autores también podría tomarse como marcadores de su fin a las Guerras de Independencia Hispanoamericanas, A partir de entonces hablaríamos de la Edad Contemporánea o la Contemporaneidad.
Dada la magnitud de los cambios que tuvieron lugar en la Edad Moderna, ciertos historiadores de la escuela anglosajona suelen dividirla en dos etapas: la Temprana Edad Moderna (siglos XV-XVIII) y la Segunda Edad Moderna (siglos XIX-XXI). Según esta clasificación estaríamos viviendo aún tiempos modernos.
A este retorno del pensamiento y de las artes se lo conoció como Renacimiento y tuvo origen en Italia, con participación destacada de artistas, filósofos, políticos y pensadores como Leonardo DaVinci, Miguel Ángel Buonarotti, Rafael y muchos más.
Esta influencia pronto se extendió por toda Europa y produjo una explosión del conocimiento de la que provienen muchas de las obras que hoy entendemos como clásicas en los distintos géneros artísticos y del saber.
La Edad Moderna traerá consigo numerosos cambios políticos, muchos de los cuales ya habían empezado a gestarse en el Medioevo, como el surgimiento de la burguesía mercantilista, que asumirá posteriormente el rol político protagónico en sustitución de la antigua aristocracia y del clero. Esta revolución política y social tendrá su primera anunciación con la Revolución Francesa de 1789, en donde los Reyes de Francia serán decapitados.
Otro cambio importante será la escisión entre Estado e Iglesia, que se dará paulatinamente a medida que los reinos de antaño devengan naciones-estado. Esto significa que los códigos legales y las regulaciones y disposiciones sociales dejarán de obedecer a los mandamientos morales de la Iglesia y se desarrollarán por lo tanto como un cuerpo discursivo propio e independiente: las leyes.
Sin embargo, los grandes Imperios europeos no verán su declive sino hasta el final de la Era, cuando inicien los procesos de cambio que conduzcan a la pérdida de muchas de sus colonias. Durante la era moderna, más bien, se consolidarán como potencias mundiales, una vez que sus navegantes y exploradores descubran los continentes de América y Australia, aproximado por primera vez territorios que se ignoraban mutuamente desde la prehistoria.
El encuentro entre las diversas regiones mundiales (Eurasia, América y Australia) dará pie a la construcción de un mercado global de bienes que tendrá como epicentro a las grandes ciudades de los reinos europeos y asiáticos. Esto además propició la esclavitud y el sometimiento de los pueblos jóvenes del nuevo y novísimo mundo, lo cual impulsó la economía de las naciones dominantes, en un saqueo histórico sin precedentes. De hecho, el tráfico de esclavos y el contrabando de mercancías fueron actividades sumamente lucrativas durante la época.
Hacia finales de la era nacerá el mercantilismo y posteriormente el capitalismo, que dará pie a la burguesía y a la constitución de una sociedad de consumo, una vez ocurrida la Revolución Industrial. Esto acarreará el crecimiento de las urbes europeas y americanas, muchas de las cuales serán ciudades-estado.
Durante la Edad moderna ocurre la Reforma Protestante de Lutero.
La nueva sociedad urbana insurgente entra pronto en conflicto con las grandes religiones occidentales, sobre todo el Cristianismo, cuya Iglesia, ya escindida de la Ortodoxa, sufre numerosos movimientos reformistas. Esto da pie a la Reforma Protestante de Lutero, y a la respuesta conservadora de la Contrarreforma, protagonizada sobre todo por España y transmitida al Nuevo Mundo mediante sus colonias.
Esto dividirá el panorama religioso europeo en dos, con mayor influencia protestante en los países nórdicos y anglos, y católica en el Sur mediterráneo. Esto traerá consecuencias particularmente fieras en los países contrarreformistas, de la mano de la Santa Inquisición de la Iglesia Católica.
La Edad Moderna, y sobre todo el Renacimiento, centrarán en el hombre su perspectiva, que en tiempos medievales se centraba en Dios. El hombre pasará a ser la medida de todas las cosas, y mediante la recuperación y revalorización de las culturas de la antigüedad pagana, especialmente la tradición grecorromana, se dará impulso a la fe en la razón humana.
Surgen así el humanismo, el racionalismo y posteriormente la ilustración, doctrinas de pensamiento que darán un empuje enorme a las artes y en especial a las ciencias, que serán pródigas en descubrimientos, teorizaciones y fabricación de nuevos instrumentos, particularmente cuando no estén sometidas a la vigilancia inquisitorial en los países protestantes.
Destacan los aportes de Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Johannes Kepler, Isaac Newton y muchos otros más que sentaron las bases de la ciencia contemporánea.
El arte de la Edad moderna buscaba reflejar la fe en el hombre recién encontrada.
Las artes tendrán en la Edad Moderna un enorme crecimiento que se expresará en numerosísimos movimientos estéticos, entre los que habrá posturas neoclásicas renacentistas, barrocos (sobre todo el hispano, influido por su nueva herencia mora) y rococó. Estos movimientos tendrán influencia sobre la arquitectura, teatro, pintura, literatura, música y escultura, rechazando las motivaciones medievales (el “gótico”) y apostando por la construcción de grandes obras que reflejaran la recién encontrada fe en el hombre.
La creación del continente latinoamericano, mediante la confluencia de las razas india, negra y blanca, además, brindará al mundo una cultura única, fruto del sincretismo y la mescolanza, que si bien inicialmente se dará bajo el yugo católico español, pronto tomará sus propios caminos y derivas.
Al arte perteneciente a este período se le conoce como Arte de la Edad Moderna, y no “Arte moderno”, término empleado para producciones artísticas posteriores.